Karma Police

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Solté un suspiro al terminar mi vaso de cerveza de un trago. El gas me escocía la garganta mientras que la temperatura me la helaba, más no le tomé importancia, ya que solo quería borrar de mi mente aquel delicado cuerpo que hace un mes no había vuelto a recorrer.

Liam se había esfumado de mi vida desde la última vez que nos vimos y me dijo que yo no soy más que una entretención. No contestaba mis mensajes, ni mis llamadas, y casi nunca se hallaba en su departamento —o no se dignaba en abrir la puerta— cuando iba a visitarle en la madrugada.

Lo extrañaba mucho. Pero claro que no era por un lado sentimental, sino porque ese torpe chiquillo era el único que sabía como complacerme de la mejor manera. Sabía cada uno de mis fetiches, cada posición y cada movimiento que me excitaba en esos momentos que compartíamos en aquella cama con sábanas blancas y el dulce aroma de su perfume a vainilla.

-¿Pensando en ese tío con greñas, otra vez? Pareces colegiala enamorada.

Bufé cuando Alex vino otra vez con sus aburridas bromas sobre mi situación. Odiaba que dijera que estaba enamorado, cosa que era imposible. No quería sentir nada más que placer por parte del niñato Gallagher.

-¿No tienes alguna tía con la cual follar para que me dejes en paz? -pregunté con notorias intenciones de sacarlo de mi lado.

Vale, era mi compañero de copas y mi fiel confidente, pero podía ser un grano en el culo cuando se lo proponía.

-Pues acabo de follar con una buenísima, pero se marchó cuando le dije que no volveríamos a vernos -rió y bebió de su vaso con quien sabe qué tipo de bebida alcohólica-. Venga tío, que te hayas quedado sin culo para follar no es mi culpa.

-No soporto esto, ese niñato era el único que me saciaba del todo... ni siquiera sé si sigue en la ciudad o algo así.

-Ve a verlo de nuevo, no pierdes nada con eso.

Saqué un cigarrillo de la cajetilla que tenía en mi bolsillo y lo prendí en mi boca luego de pedirle fuego a Alex.

-Mi dignidad, ¿quizás?

-Perdiste la dignidad cuando un niñato de veintidos años se olvidó de ti en menos de una semana, Damon Albarn.

Tenía razón. Exhalé el humo de mi boca mientras fulminaba con la mirada al torpe pelinegro de mi amigo, quien se reía de mí con la risa más burlona del planeta.

-Ya verás, esta vez no me iré de su edificio sin que me perdone todo lo que me ha hecho -dictaminé.

Me levanté furioso de la silla y salí del bar con rápidas pisadas hacia el departamento de Liam.

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Pasé sin permiso alguno al departamento del castaño ya que la puerta estaba abierta y me senté en el sofá con mi típica sonrisa engreída y con la frente en alto. El castaño con enormes greñas cruzó la puerta con una bolsa de papel entre sus brazos. Al verme me fulminó con la mirada y noté que quiso cerrar la puerta de un golpe, pero se limitó a ello y terminó por cerrarla con suavidad.

-¿Se puede saber que mierda haces aquí? -preguntó en un susurro combinado con un grito.

-No te exaltes demasiado, gatita -dije de forma burlona y me acomodé un poco más en el sofá-. Lindo sofá, ¿eh?

-¿A qué viniste?

-Simplemente me preguntaba qué ha sido de ti, qué has hecho todos estos días sin mí.

Él no contestó. Soltó un largo suspiro y pasó su mano por su cabello para luego poner sus manos en sus caderas.

-¿Eso a ti que te importa? Vete de aquí si no quieres que llame a la policía.

Me levanté del sofá riendo y me acerqué a él para tomarlo del mentón y hacer que nos viéramos fijamente a los ojos.

Sus hermosos ojos azules. 

-Liam Paul Gallagher, ambos sabemos que no eres capaz de hacer eso.

Le guiñé un ojo y me crucé de brazos para obtener una respuesta de su parte.

-¿Sabes? Seguí tu consejo y conocí a alguien más -hizo una pausa- ya no quiero volver a verte ni a acostarme contigo nunca más.

Mis ojos se abrieron con sorpresa ante aquella confesión. Esto no podía ser posible, él me lo había dicho antes que yo a él, ¡y yo solo lo había dicho como venganza! ¿Alguien aparte de mí fue capaz de conquistar a Liam? ¿No se supone que estaba enamorado de mí? Esas preguntas me atormentaron la cabeza, pero ninguna de las anteriores fue más dolorosa como la que mis oídos acababan de escuchar. ¿Por qué sentí una punzada en el pecho al escuchar aquella frase provenir de sus labios?

-Planeo estar con él para siempre, ya que de verdad me gusta y es muy bueno conmigo.

Sonreí por su comentario. Definitivamente su voz no estaba cargada de seguridad al decir aquello, por lo que sabía que estaba mintiendo.

-El "para siempre" no es para todo el mundo. ¿Es "para siempre" para ti?

Reí cuando noté que lo había dejado sin una respuesta que darme, esta vez yo lo había dejado callado a él. Soltó un par de titubeos y murmullos sin sentido, pero ninguna respuesta coherente. Por primera vez en mi vida lo había visto tan frágil, débil y en completo silencio frente a mí.

-¿Vas a dejarme por otro? ¿Realmente vas a dejarme por otro?

Tomé sus caderas y lo atraje bruscamente hacia mi, eliminando la distancia que había entre nosotros. Sonreí al notar el nerviosismo en las palabras de Liam cuando me pedía que me alejara. Sabía que no podría superarme tan rápido ni yo a él.

-Reacciona por favor, sabes que nadie me complacerá como lo haces tú conmigo.

-¡Joder Damon, vete de una maldita vez!

Su griterío fue rápidamente callado por un pequeño suspiro cuando pasé mi lengua por su cuello y mi mano se coló dentro de su camisa. Acaricié su suave abdomen y pasé mis manos por su espalda de vez en cuando.

-¡Te ha dicho que lo dejes! -exclamó una fuerte voz.

Detuve mis acciones al sentir una tercera voz desde el pasillo que daba hacia las habitaciones. Me sorprendió ver un chico de cabello rojizo-anaranjado y piel de un preocupante color blanco en el pasillo. Iba con el torso desnudo y podía notar en su rostro que acababa de despertar. Suspuse que por la libertad de estar sin camiseta en una casa ajena, ese era el chico por el cual Liam me había reemplazado.

-Thom te juro que no es nadie importante. Damon Albarn ya se iba, ¿verdad?

Reí levemente ante la formalidad que había sido puesta tras mi nombre. Liam nunca solía ser formal conmigo.

-Es cierto, yo ya me iba, por ahora. No crean que me iré para siempre.

Sonreí engreído hacia el tal Thom, recibiendo una mala mirada de su parte. Sus leves ojeras y aspecto de yonki me puso muy nervioso.

-Esperaré pacientemente a que recapacites sobre esto -le susurré al castaño.

Acaricié su hombro y salí del departamento con la frente en alto.

Sí, me había ido sin el propósito con el que había ido. Pero ahora tenía la seguridad de que recuperaría a Liam con más facilidad que antes.

Cigarettes and Alcohol (Diam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora