I Will Spend An Eternity At Your Side. [Jason Voorhees fanfic]

Capítulo 1 {Sin supervisión}

Lucy

Todo el lugar estaba en paz. El piar de los pájaros, el sonido del viento acariciando la hierba, el arroyo del agua proveniente del lago cercano al campamento provocaba una enorme sensación de calma y tranquilidad. Incluso hubo un momento en el que me arrepentí de irrumpir aquel maravilloso paisaje con mi presencia.
Realmente me hubiera gustado admirar el paraje mucho más tiempo, sin embargo debíamos encaminarnos a las cabañas correspondientes y elegir lugar para hospedarnos los siete días acordados por nuestros profesores.
La gracia del viaje es que los tutores pagaron para permitir que unos “pre-universitarios”, es decir, nosotros, pasaran una semana entera sin supervisión alguna y a su libre albedrío; en otras palabras, estaríamos completamente solos. Con los recursos necesarios tales como comida y bebida para poder sobrevivir, claro esta. Por supuesto existía una condición: si armábamos algún jaleo o accidente que perjudicara al campamento o al pueblo vecino nos llevarían de vuelta a casa y avisarían a nuestros padres sin escuchar escusa alguna.
El camino en dirección al punto de retiro no tenía pérdida, llegamos en menos de diez minutos. Una vez allí visualizamos unas cuatro cabañas colocadas en forma circular, aparentemente una de ellas era más alta y extensa que las anteriores.

Acto seguido, un mismo numero de chicos se colocó delante del grupo, liderado por Ken.

-Quedaos todos aquí, Bryan, Eric, Derek y yo investigaremos las casetas- dicho y hecho los mencionados entraron, cada uno en un lugar, y al cabo de un minuto salieron los tres primeros. Estos concordaron en lo mismo: cada cabaña poseía cuatro dormitorios con dos camas y dos cuartos de baño con solo un inodoro en cada una. Esperamos al ultimo muchacho, quien salió varios segundos después y fue informado nada más pisar el terreno.

-La que acabo de ver tiene la cocina, un salón con televisión, las duchas, dos habitaciones con dos camas y estanterías con bastantes libros.

Mis ojos resplandecieron al oír las palabras bastantes libros, miré de reojo a Elly quien mostraba el mismo brillo. Ambas intercambiamos miradas y sonreímos levemente, ya habíamos elegido el sitio para establecernos.

-Bueno pues ahora nos dividimos en parejas y ORDENADAMENTE...- no le dio tiempo al pobre Ken a terminar la frase. Como una estampida de búfalos cada uno se fue por su lado -...elegís cabaña..- concluyó a la nada, Eric le dio palmaditas en la espalda para intentar reconfortarlo mientras Bryan se dirigía a una caseta.

-Lucielle- la voz masculina de uno de los muchachos, perteneciente a Derek, resonó llamándome. Me giré observándolo fijamente a sus globos oculares color cielo -puedes compartir dormitorio conmigo..si te apetece claro- se le notaba nervioso a pesar de aparentar tranquilidad.

-Muchas gracias por tu invitación pero creo que me veo en la obligación de rechazarla, ya tengo compañera- respondí apartándome un paso hacia atrás, dejando ver a mi amiga rubia quien bajó la cabeza.

-Ya veo..- creyendo la conversación finalizada tomé mis pertenencias con la intención de marcharme -por cierto...¿leiste mi carta?- me detuve en ese lugar. Aun por mi fácil irritabilidad mantuve mi rostro neutral y sonriente y me volteé para verlo de nuevo.

-Así es- afirmé asintiendo la cabeza.

-¿Y...cual es tu respuesta?- preguntó con los nervios aumentados.

-Me pareces un chico agradable y simpático, Derek. Pero siento decirte que no estoy interesada en empezar una relación con nadie, al menos en este momento- le expliqué sin titubear ya que yo había rechazado a varios en el pasado. Pero siempre mis disculpas eran sinceras, a pesar de mi mayoría de edad no me sentía atraída por ningún hombre ni por ninguna mujer -espero que lo entiendas- y ahora sí, terminó la charla.

Nos alejamos unos metros pero pude oír perfectamente como la palabra “zorra” salía de la boca del muchacho. No creía que él intentara decirlo lo más bajo posible pues Elly también lo oyó. No hacia falta reclamarle nada pues con esa actitud ya demostraba el tipo de persona que era, al no soportar un simple rechazo de una de las billones de muchachas que hay por el mundo, por lo que lo ignoré y continúe caminando con la cabeza alta.

Hicimos una buena elección al escoger aquella cabaña, tal como describí antes rebosaba de espacio, no le faltaba iluminación, estaba bastante limpia y poseía suficientes libros para entretenerme un mes si me lo proponía. Como no parecía que ninguna otra persona quería establecerse allí elegimos la habitación que más nos gustó a las dos: una en el piso de arriba, con un ancho balcón, con vistas al bosque.
Entonces algo captó mi atención mientras una pequeña ráfaga de aire surcó la tierra, vi una quinta cabaña. Esta estaba algo más alejada, pero no lo suficiente para no visualizarla a simple vista, estaba casi al lado del lago. Curiosa decidí pasear un poco por los alrededores después de terminar de vaciar las maletas y ordenar el cuarto.

Sin embargo, mientras volvía a contemplar el paisaje, aquella vez no me percaté de que la misma figura de antes me vigilaba desde un punto lejos de mi campo de visión, observándome atentamente.