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confidence is leaving me

 ACLARACIONES & UPDATE DE LA HISTORIA: 

Dado que tengo poco tiempo entre el trabajo y otras cosas la historia será en partes y para explicarme mejor diré:

Historia aparte de Kakyoin (ejemjotakakejem)(Esta tendrá un ~ en el titulo para aclarar y por si quieren saltarla)

Historia aparte de los personajes/ships mencionadas

Ambas las iré turnando, añado que las historias de ships no será de "apenas nos conocemos" estas ya tendrán su tiempo conociéndose para no atrasar más la historia.

Por excepción este será lo último que escribo todo mezclado~

Ajuste el nombre de HotP, quedara como Haruka y queriéndolo o no, tendrá que tener la segunda palabra como apellido (?)

Y creo que la portada la dejare en la misma historia,espero no moleste

Sin más que decir, gracias por leer ^^
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Un aroma de dulce café invadía el lugar, causando que Noriaki quisiera abrir los ojos para ver de dónde provenía tan dulce aroma y poder probarlo, pero algo raro es que se sentía muy cómodo, demasiado cómodo, casi como si estuviera en su cama, pero tal cosa no era posible ¿verdad?

Curioso, Noriaki decidió iniciar a abrir su ojo izquierdo y termino siendo asustado por una voz repentina. – ¿Por qué demonios tengo que quedarme en la enfermería? Lo peor es que tengo que estar contigo – Una voz masculina hablo, con un tono como si su apretada agenda no le permitiría estar ahí. – Porque tienes gripe y yo soy el que está a cargo de la enfermería cuando la linda enfermera no está. – Hablo un poco cansado lo que parecía ser Josuke, Kakyoin abrió ambos ojos y decidió enderezarse, notando que estaba recostado en una cama, rodeado por una cortina blanca. – Además sabes que existen maneras de curarte ¿no? – Con un tono muy amigable hablo Josuke, Kakyoin se levantó de la cama rápidamente para saber porque estaba ahí, pero algo se cayó de su mano causando un ruido estruendoso. – ¡Fantasma! – Exclamo Josuke, un suspiro se escuchó e inmediatamente se corrió la cortina donde estaba Kakyoin. – Es el nuevo, vaya miedoso eres Josuke. – hablo un chico de cabello negro que sostenía una taza de café, su cabello era levemente largo y estaba peinado hacia un lado al punto que colgaba un poco, algo rapado de los lados pero no tan notoriamente, ojos verdes y una expresión molesta, si Kakyoin no recordaba mal él estaba en su salón, era uno de los pocos que prestaba atención al pizarrón. – Cállate. – Con un puchero hablo Josuke . – ¡Hey! ¿Ya estas mejor? Vaya susto que diste a todos, en especial a mi justo ahora. – Josuke quito su puchero y retomo su actitud genial mientras se estiraba, Kakyoin asintió, tallando sus ojos y tomando asiento de nuevo para despejarse. – Oye, déjalo que despierte bien. – Ordeno el pelinegro, Kakyoin respiro hondo y tomo el valor de despertarse completamente. – No hay problema, agradezco la preocupación de ambos. – Kakyoin observo bien a su alrededor, obviamente esta era la enfermería. – No agradezcas, yo solo estoy cuidando por ahora, agradécele a Jotaro. – Josuke aclaro, sentándose al lado de Noriaki, el pelirrojo reacciono sobresaltándose un poco ante el nombre, no recordaba mucho sobre lo que pasó hasta el punto en que Jotaro azotó la puerta – ¿Agradecerle? ¿Qué sucedió? – Kakyoin pregunto lo más educado que pudo, observando al ojiazul que ahora también le regreso una mirada. – Eso quisiera saber también ¿Kujo? ¿Ayudando? Pero no levanta ni a los que les rompe los huesos. – El pelinegro dejo su taza de café en una repisa cercana, saco una libreta y un bolígrafo de su bolsillo e inicio a escribir ¿Era algún tipo de entrevista esto? Josuke suspiro y miro al suelo – Hablas porque no lo conoces, Jotaro parece grosero y lo puede llegar a ser, pero en el fondo no es así, en fin. Sólo me dijo que se resbalo y él lo pudo atrapar antes de que fuera una caída grave, pero Nori se desmayó del impacto. – Hablo con seguridad de lo que decía, aunque algo sorprendido por las acciones de Jotaro, Kakyoin también se sorprendió ¿Un bravucón ayudándole? ¿Fue por lo del pañuelo? Noriaki miro al suelo, sus ojos se abrieron como platos al ver ese reloj, ese reloj que traía recuerdos de su infancia, ahora partido por la mitad, todo gracias a su descuido, pero esto también trajo de regreso los recuerdos sobre cómo fue que se desmayó, recordando como pensaba golpear a Kujo por tener este reloj a la mala. – ¿Qué sucede, Nori? – Josuke giro su cabeza para observar al nuevamente pálido pelirrojo, observando el objeto roto. – ¿Eso fue lo que sonó hace un momento? ¿A-acaso lo tire? – Pregunto con preocupación en su voz, levantándose para tomar las mitades del reloj, Kakyoin reacciono y también se levantó para iniciar a tomarlas pero Josuke fue más rápido – No fue tu culpa, yo lo tire por error – Aunque lo dijo con un tono neutral, su rostro permanecía pálido, Josuke guardo las piezas en su bolsa y se levantó, pero no sin antes darle una palmada a Kakyoin para que reaccionara. – ¡Casi lo olvidaba! El señor Speedwagon pidió que fueras en cuanto despertaras, ve con él en lo que yo reparo esto. – Josuke le lanzo una sonrisa al pelirrojo, dos suspiros se escucharon a la par en la enfermería, eran suspiros del pelinegro y Noriaki – Eres demasiado despreocupado – Dijeron en unisón, durante unos segundos los tres quedaron sorprendidos y al siguiente segundo Josuke estaba riendo. – ¡Algo me dice que se llevaran muy bien! –Aun riendo hablo Josuke, sujetando su estómago por el dolor que provocaba tanta risa. – Eh, lamento interrumpir pero quiero al menos reparar esto, luego iré. – Kakyoin hablo con una sonrisa algo incomoda mientras tocaba su gran mechón frontal de cabello, aun algo perdido en sus pensamientos, dejando su cabello y extendiendo su mano hacia el joven pelinegro en señal de entregarle el reloj, Josuke le tomo suavemente la mano, saludándolo y causando un leve Ejem por parte del compañero de Noriaki. – Tú déjame esto y ve con él, confía en mí – Josuke detuvo su lado bromista para hablar seriamente, le dirigió una sonrisa a Noriaki, una sonrisa algo simple pero el pelirrojo sentía que podía confiar en él, así que simplemente asintió mientras soltaba su mano – Muchas gracias, Josuke. Es muy amable de ti querer ayudarme, pero regresare luego a repararlo ¿podrías dejarlo como esta? – Con el tono más educado que pudo hablo, observando a Josuke que ahora parecía algo decaído – Si eso es lo que quieres, está bien, después de todo es tuyo. – Josuke respondió, suspirando y tomando asiento en la cama en la que estaba el pelinegro, aun escribiendo. – Gracias, con permiso. – Noriaki dijo esto e hizo una leve reverencia para agradecer, luego se enderezo y se dirigió a salir de la enfermería.