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O'CLOCK

 ACLARACIONES:

SÍ, no actualice en meses pero tengo bastantes razones, al final les comento.

Sí, muchas cosas no quedan :u why? Me pasa lo que Araki, no recuerdo que hice y tengo que regresar a leer lo que hice xD

Recordatorio: Me llegan notificaciones de sus listas, no sean super mean y pongan mis fics en "cosas que no leere", "fics inconclusos", "No esta terminada o eso creo"

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Extrañamente Kakyoin esperaba ver una casa pequeña, un desastre en el cuarto de Josuke y sus padres regañándole por traer visitas sin previo aviso, pero no fue así, la casa era amplia a simple vista desde afuera, por dentro estaba ordenada y limpia sin excepción alguna, no había nadie pero se sentía esa calidez familiar gracias a las fotos colgadas en las paredes o las que estaban sobre algunos muebles, el periódico del día sobre la mesa del comedor, un desayuno envuelto en plástico con una nota ¿Acaso lo hizo la madre de Josuke para él? Vaya bonita familia debía tener.

– Siéntanse como en casa – Menciono Josuke alegremente, despertando a Noriaki de sus pensamientos.

– Pero no entren al cuarto de mi madre – Ordeno repentinamente serio, mientras los tres se quitaban los zapatos. – No lo digas por mí – Rechisto Jotaro mientras apagaba el cigarro que había fumado durante todo el corto trayecto, pero sin quitar su intimidante mirada sobre Noriaki – ¿Te gusta jugar videojuegos, Nori? – Pregunto inmediatamente y puso su mano sobre el hombro del pelirrojo que observaba el suelo, lo único que pudo hacer fue asentir ¿Por qué Josuke se tiene que llevar con ese brabucón? No quedaba con lo que había mostrado hasta ahora de su personalidad. – Vamos ¡No seas tímido! – Exclamo Josuke dándole nuevamente una palmada en la espalda, de inmediato Kakyoin se cohibió lo suficiente como para hacer un gesto con su boca como si fuera un pez fuera del agua, abriendo y cerrando su boca pero su voz no salía, no sabía que decir o hacer. Una leve risa provino de Jotaro, el pelirrojo se ruborizo ligeramente de la vergüenza. – Ejem – Josuke aclaro su garganta para cortar el incómodo ambiente formado por Noriaki – Mi madre no llegara temprano, así que puedo pedir algo de comer – Hablo mientras caminaba hacia la sala y lanzaba su maleta al sofá – ¿Acaso planeas ir por sopa instantánea? – Pregunto el pelinegro, en un tono burlón, Kakyoin se sobre salto y le dirigió una mirada molesta a Jotaro, el pelinegro noto esto – ¿Qué? ¿Me perdí de algo? – Pregunto mientras les miraba a ambos, Noriaki simplemente negó con la cabeza y procedió a sentarse en una almohada que estaba en el suelo, justo enfrente de la televisión, Jotaro le hizo segundas – Que raro ha sido este día – Susurro Jotaro, acercando su mano a prender la televisión y la consola que estaba al lado. – Iré al restaurante de los padres de Tonio, no se maten en lo que regreso – Josuke procedió a tomar algo de la cajonera de la entrada, ponerse sus zapatos y salir corriendo, después de todo, solo estaba unas calles la pizzería.

Jotaro observo por la orilla de su ojo a Noriaki, observaba el control de la consola con admiración y casi parecía que tenía miedo de si quiera sujetarlo, tenía una pequeña sonrisa y sus ojos se iluminaron, internamente se dijo «No cambias»

Sin querer Noriaki recordó sus días de pequeño, con ese compañero suyo que siempre le hacía salir de la monótona rutina, si no hubiera sido por él, en su infancia siempre hubiera sido acompañado por su imaginación y soledad, esa gran sonrisa que tenían mientras jugaban con el balón, cuando se la podían pasar en el jardín jugando escondidas, jugando cartas y, como olvidar el triste día que se mudó, Noriaki otorgo ese hermoso reloj de cerámica y marco las iniciales de los nombres de sus amigos imaginarios, así nunca olvidarían esos cálidos y felices días, fue una despedida dolorosa para él, quizás para su amigo mucho más, por algo portaba tan importante reloj hasta la presente y ese altanero se lo quito, tal vez hasta le hirió.