▼Welcome to the family ▼~ AU School~→

Things aren't what they seem

Aclaraciones:

*Antes de amenazarme de muerte terminen de leer, por favor

*Yaoi

*OTP/Ships:

*CaeJoseSuzi(wink)

*JotaKak

*MariahN'dol(Yas,my otp)

*Josuhan

*OkuToni(fight me)

*FugoNara

*GioMis

*JolyWR(fight mex2)

* GyJo

* DiegoPants(suena gracioso wwww)

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*No hay stands (o tal vez sí? Hm...)

*Sí, moderno AU pero no cambia la locación

*Diríamos que se divide en dos lados (?): Clases y después de clases

**No, no es un reencarnación AU, solo tómenlo como una amontonadera de ellos en una preparatoria, con su típica personalidad pero intentando unirse como Compañeros de clase para lograr sobrevivir en esa jauría de lobos que se la pasan haciendo de las suyas ('n ')9

*No uso honoríficos/subfijos, en dado caso es obvio:

Sin honorificos = Jotaro, Jolyne, Caesar.

" -San" =Josuke, Jonathan, Kakyoin, Gio y su squad.

Y así se dan una idea de quien usaría los honoríficos y como, lol.

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En verdad existen muchos personajes que se llevarían bastante bien, otros que serían el infierno en persona si están unidos y otros que unidos serían tan adorables que te harían querer estar entre ellos x'D Sin más que decir, les dejo leer.

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El día era nublado a pesar de ser primavera, Kakyoin Noriaki iba caminando hacia su nueva preparatoria, la famosa preparatoria por tener genios e inclusive delincuentes convertidos en personas reformadas, la hermosa y milagrosa "preparatoria Arrow", o eso era lo que decía la nota que le dio su madre a Noriaki, sin embargo él iba perdido en sus pensamientos, a pesar del reciente cambio de preparatoria por razones del trabajo de su padre, no podía evitarlo pero sentir que era como regresar a su antigua preparatoria, después de todo tuvo que ser cambiado en tiempos de vacaciones ¿Qué tan mala suerte puede tener? Ya iniciaba a llevarse bien con sus compañeros, por no decir 'fingir agrado hacia sus actitudes absurdas', todo con tal de que le dejaran de molestar por no soportar a tales idiotas y por su grandiosa suerte en evitar sus bromas.

Ahora que lo pensaba mejor, era demasiado raro que siempre tuviera suerte para ello, desde pequeño siempre sentía que era salvado de dichas bromas, al inicio caía en las bromas inocentemente, pero al pasar unos días fue todo lo contrario, desde cubetas de agua arriba de la puerta terminando lanzadas extrañamente hacia sus compañeros, tachuelas que ponían sus compañeros en sus wabaki terminaban en los wabaki de ellos, hasta cojines de broma desinflados sin siquiera haber llegado a sentarse ¿Era alguna clase de fantasma como decían los rumores de su preparatoria y vecinos? Y si así lo fuera, le importaba poco a Kakyoin, después de todo le protegía y seguro comprendía lo que tenía que soportar día a día, ahora sólo rogaba que ese fantasma le siguiera a esta preparatoria si era peor que la anterior.

Un montón de murmullos que se intensificaban detuvo su camino de bajar las escaleras – ¡Diego, que cruel!~ – Las voces provenían de sus espaldas, estos gritos que parecían más un halago que todo un regaño, vaya manera tan molesta de iniciar el día, soportar a uno de esos chicos guapos y narcisistas, rodeados por fanáticas descerebradas dispuestas a ser desechadas. – ¡Oye, tu! – Una masculina, grave y amigable voz grito desde sus espaldas, inmediatamente giro su cabeza para observar a la persona que le llamó, estaba hasta arriba de las escaleras, con una gran pose a la hora de bajar, sus largos rubios cabellos contoneaban mientras bajaba, sus ojos color cian contrastaban con sus cejas igual de rubias que su cabello, unas facciones típicamente agradables para las chicas ¿Acaso era modelo? A pesar de lucir como tal, su vestimenta era desordenada, su camiseta blanca fuera del pantalón y a medio abotonar, su corbata estaba apenas puesta en el cuello de la camiseta, sus pantalones oscuros apenas estaban abotonados, su maletín venia en su mano y esta lo cargaba en su hombro, anillos en sus dedos junto pulseras con picos, sus zapatos era lo único decente de él. Aunque se viera amable, Kakyoin sentía que no debía acercarse a ese tipo. – ¡Ah! Disculpa mi rudeza, pero tu uniforme se me hace conocido ¿Eres algún estudiante nuevo de la preparatoria Arrow? – Pregunto el rubio, ladeando levemente su cabeza y levantando las comisuras de sus labios para formar una sonrisa amigable, las chicas a sus espaldas quedaron en silencio total, un estudiante nuevo y era guapo ¡debían saber su nombre! – Algo así. – Cortantemente hablo Kakyoin no queriendo entablar amistad alguna, el rubio noto esto y no pudo evitar sentir un poco de tristeza ¡Todos los chicos huían de él por lucir engreído! Sabía que podía dar mala pinta por su rostro tan hermoso, pero era todo por culpa de compartir el intimidante rostro de su hermano, no significa que Diego sería igual, después de todo su madre le enseño a ser amigable – ¡No seas tímido, rojito! Mi nombre es Diego Brando ¿Cómo te llamas tú? – Alegremente pregunto Diego, extendiendo su mano hacia el pelirrojo, las miradas de sus fanáticas eran una mezcla de amor y admiración hacia Diego. Por lo contrario Kakyoin se sentía nervioso, amenazado y con nauseas, más con ese apodo de "rojito", sin embargo, no quería iniciar con el pie izquierdo y tomo la mano ofrecida para luego soltarla rápidamente. – Kakyoin Noriaki. – Obviamente, no diría su nombre puesto por sus padres y esperaba no lo obligaran en la preparatoria o su plan se vendría abajo, por ahora usaría el apodo que se puso desde pequeño y usaría una excusa para huir de este playboy. – Un gusto en conocerte, Noriaki ¿Gustas acompañarme? – Preguntó entusiasmado Diego pensando en la posibilidad de tener un amigo por primera vez en tanto tiempo, parecía que su sonrisa se había convertido una más alegre y menos engreída o intimidante. Kakyoin asintió intuitivamente ¿Qué más podría salir mal? Simplemente lo usaría para llegar y luego se las arreglaría para huir de él. – Bien, andando antes de que se haga tarde, Kakyoin – Emocionado hablo Diego, dándole una palmada al pelirrojo para que continuara bajando las escaleras, el pelirrojo simplemente asintió mientras intentaba que su rostro no expresara su nerviosismo y molestia por el repentino contacto físico.