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Void

(Solo añadi portada,les tkm)

"I wonder how I got by this week

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I only touched you once"

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—Dio ¿podrías llevarme por un regalo para Erina?—el rubio rodó los ojos,no le quedaba de otra, solo acceder a su pedido, su padrastro estaba justo al lado de él y no podía si quiera llevar la contra. Dio asintió, bajando el libro que tenía a la altura de su rostro y poniendo una sonrisa forzada mientras se levantaba del sillón, despidiéndose de su padrastro con una palmada en el hombro.

—Nos vemos para la cena, padre—Dio dijo de forma condescendiente—.Vamos, solo dime "papá", no hay necesidad de ser tan formal.

Pidió el padre de Jonathan, el rubio simplemente decidió fingir que no escucho, saliendo a prisa por la puerta sin siquiera llamar a su hermanastro. Jonathan suspiró ¿en verdad detestaba tanto ser parte de su familia? Intentaba comprenderlo pero cada vez era más distante e inclusive con su padre ya le costaba fingir esa amabilidad tan característica suya, era demasiado mal agradecido pero no era su deber ponerle un alto.

Sin decir nada en absoluto ambos se subieron al auto, ya en el camino la tensión se podía sentir aun cuando la radio estaba prendida con el locutor haciendo chistes,eran tan pésimos los chistes que le daban risa a Jonathan,su risa subió de volumen un poco, olvidando que Dio podía callarlo en cualquier momento.

—¡Dios,eso es tan absurdo!—exclamó entre carcajadas,sosteniendo su estómago que ya iniciaba a doler de tanta risa, pero un estruendoso claxon le sacó de su alegría, recordando que tenía a su lado al mismísimo grinch. Retomó su posición lentamente,aclarando su garganta y encontrándose con que el semáforo ya no estaba en alto, giro para ver a su hermanastro. Encontrándose con unos ojos ámbar observandolo directamente, con una mirada perdida ¿acaso se rió muy fuerte? No había tiempo para pensar en eso, los autos detrás de ellos estaban tocando desesperadamente sus claxon.

—Deberíamos movernos, ya no está en alto—sugirió con un leve tartamudeo —.Me importa un comino, si quieren que se salgan de la fila

Jonathan iba a protestar ante su falta de conciencia pero prefirió guardar silencio, se notaba su mal humor a leguas y lo mejor en esos casos,es no darle motivos para liberar su furia.

—¿Por qué no pudiste pedir en línea su regalo?—. reclamó, rechinando sus dientes. No obtuvo respuesta alguna, es que era obvio, Jonathan no sabía ni abrir su correo sin ayuda de alguien. No era torpe, solamente la tecnología se le hacía confusa y dado que nunca le llamó la atención hacer sus deberes en computadora, no tenía nada más que un celular último modelo otorgado por su padre hacía tan solo unos meses. El resto del camino hubo silencio, lo único que llegaba a sonar era la música de la radio y el ruido de los autos.

—Ve a donde tengas que ir, yo espero aquí—.ordenó, terminando de estacionar el auto

—¿No me acompañas? No conozco tanto el lugar y son tre-

—No—.Finalizó, no pensaba caminar horas para algo que no sería para él o su madre. Reclinó su asiento y se acomodó, sin importarle que Jonathan estuviera aún en la ventana, con ojos suplicantes. —Si me demoro, quizás me perdí ¿me podrias buscar en nuestro punto de reunión?

Dio no respondió, cerró los ojos y esperó hasta que escucho sus pasos alejarse. Cuando le giró a ver, caminaba un poco cabizbajo, mirando a todos lados como si algo pudiera atacarlo en cualquier segundo, o eso le parecía a Dio.