Miré hacia el cielo y lloré sin saber el motivo. Nunca supe el motivo, solo vi como poco a poco el hilo que estaba atado a mi meñique se iba haciendo más delgado, más y más hasta que se rompió. Esa noche de Agosto había perdido a esa persona que estaba al otro lado de mi hilo rojo.
En el cielo solo habían dos estrellas, la calle era silenciosa para que fuera un sábado por la noche, las estrellas brillaban tanto y eran tan hermosas que no tuve el valor para decirles que estaban muertas, desde hace muchos años luz, ellas estaban muertas y eran hermosas.
Como un rayo pasó por mi mente la imagen de mi difunta madre y apreté los dientes para no hacer ningún ruido.
Miré mi mano de nuevo y ahí estaba, mi hilo rojo había vuelto...
— ¿Un fantasma?— Susurré para mí misma y empecé a limpiar mis lágrimas, apreté mis manos en el pecho y cerré los ojos —Cuando te encuentre, te abrazaré y cuidaré. Y...Te amo.— Le murmuré a alguien que estaba en cualquier lugar del espacio, en un tiempo indefinido, en una hora que no recuerdo, un día que olvidé, besé mi meñique de la mano derecha y caí dormida.
Abrí mis ojos y tomé rápidamente mi celular para mirar la hora. Apagué la alarma del mismo y maldecí en voz baja. Eran las 6: 30 a.m. y tenía que llegar a la escuela antes de las 7:00 a.m. Me pare como una loca errática de la cama y empecé a quitarme el pijama, me puse el uniforme como si la vida se me fuera en eso y aventé los cuadernos dentro de mi mochila, acomodé un poco mi cabello para que no se vieran tan mal al salir de mi habitación.
—Buenos días. — Saludé a mi padre y al tío Sherlock que estaban en la cocina, los miré de reojo y me encerré en el baño. Sin prestar mucha atención a mi entorno, empecé a lavarme la cara y a peinar mi cabello. — Vaya Rosie, hoy tenemos a dos nuevos invitados...— Comencé a hablarle al espejo mientras revisaba mis dos nuevas espinillas, apenas se habían ido unas y otras llegan. Se parecen a los clientes de Papá y el tío Sherlock. Entonces miré por el espejo en dirección a la bañera, me quedé mirando detenidamente aquella cosa sin comprender por qué y cómo estaba ahí. Después recordé que vivía con Sherlock Holmes y tomé aire para gritar. — ¿¡Qué hace un cadáver en la bañera!?— Salí disparada del baño y me puse delante de los hombres con los que vivía.
—Buenos días...— Contestó mi padre haciendo caso omiso de mi pregunta anterior, las blancas canas invadían sus patillas y un poco de su frente. — ¿Quieres huevos con tocino o cereal?— Señalo las cosas con el dedo índice.
—Creo que no entiende lo que acabo de decir Señor Watson, tengo 16 años, no puedo traer visitas a casa, mi casa, sin tener que revisar en cualquier lugar si no hay un cadáver o restos de ellos. — Miré al castaño que estaba junto a mi padre y se hundió mas en el periódico que leía.
—Son las 6:40. — Respondió Sherlock y bajó el periódico, me miró con sus grisáceos ojos que se parecían a los de un felino. — Se te hace tarde, toma esto y compra algo en la escuela. — Sacó unos billetes de no sé dónde y me los dio. —Y es una prueba Rosie, solo una prueba, me sorprende que aun te asombres.— En ese momento en vez de seguir leyendo el periódico tomó su celular y se levantó de la mesa.
—Bueno, me voy. — Con la mano me despedí de mi padre y salí corriendo de la cocina y del 221 B de la calle Baker, corrí por la acera y doble en la primera esquina. Era Septiembre, estaba nublado como siempre, dejé de correr en la tercera cuadra, mi condición no me permitía mas de ello, con mi respiración entrecortada caminaba rápido, me detuve justo arriba de la calle Walls miré calle abajo y estaban brillando. Todos aquellos hilos, que se enredaban, se retorcían, flotaban entre sí, suspiré y sentí un escalofrió mientras un autobús pasaba por un lado de mí. Este día iba a ser muy largo.
Era una noche de Agosto cuando pasó, mi hilo rojo por un momento se rompió, me prometí a mi misma encontrar a esa persona que estaba al otro lado del hilo rojo, eso fue hace un año.
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Segundo capitulo! Espero que les guste! Yeiii!!
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El hilo rojo del Destino ( Johnlock)
FanfictionRosemund puede aparentar no ver cosas que los demás no pueden, el fingir ser normal se ha vuelto una rutina para ella, mientras esta descubriendo su propia personalidad, problemas extras se agregan a sus pensamientos. El comprender las relaciones h...