5.Elliot

98 9 7
                                    

Abrí la puerta y el frío viento me golpeo la cara. Salí temblando y cerré la puerta del 221B tras de mí. Caminé por la acera, primero lento y luego rápido a causa del frio. Di vuelta a la derecha y bajé por la calle. Iba a tomar el metro, en ese momento un autobús paso a mi lado, por el rabillo del ojo miré a las personas que iban en este, en ese momento solo fue por curiosidad, quizás. Pude ver una sonrisa pícara en el vidrio y después nuestras miradas se conectaron, abrí mas mis ojos y el abrió la boca, de una sonrisa paso a una expresión de sorpresa. Pude ver como sus labios decían: ¨ ¿Rosie?¨ Se inclinó a la ventana y puso ambas manos en esta. Volvió a repetir mi nombre. ¨ ¡Rosie!¨ Casi podía oírlo decirlo.

Tan solo pasaron 3 segundos, el camión pasó por mi lado, lo miré y después nos miramos. El autobús nunca se detuvo o freno. Para cuando entendí todo el transporte ya estaba doblando la esquina y desapareciendo.

Mi móvil empezó a vibrar, lo saqué mientras aun veía la esquina donde el autobús se había ido.

— ¿Hola?— Contesté.

— ¿¡Eras tu verdad Rosie!?— La voz de Elliot sonó histérica al otro lado de la línea. Era de esperarse, no nos habíamos visto desde que inicio el semestre. —Mierda, cuando te miré me quedé con la boca abierta, no pude creer que eras tú y aun repito tu nombre sin acordarme que voy en el autobús escolar y que nos separa un vidrio. Que idiota, ¿no?— Empieza a reír, no me había dado cuenta cuanto extrañaba oír su risa real, no la cínica que siempre usa, tan falsa y robótica, como si fuera de plástico. Su risa real era contagiosa, ruidosa, algo tonta e infantil pero sin duda era una de las cosas que más me agradaban de Elliot, solo reía de esa manera cuando hablábamos. Sin saber cómo yo igual estaba riendo.

—Si, por eso al mirarte quedé perpleja, fue algo curioso que nos viéramos 2 días antes de que acordáramos salir. Por cierto, estabas riendo antes de que me miraras. ¿Qué era?— Empecé a bajar las escaleras, se me iba a hacer tarde y según mis estadísticas, el hacerlo no me convenía para nada con mi historial académico. Empecé a ver los horarios de los trenes, saque mi tarjeta para pasarla por el láser.

—Oh, eso. El idiota de River contó un chiste malísimo y fui el único que sonrió, solo lo hice para molestarlo, en eso miré de reojo la ventana y te miré.— Me relató, parecía que el autobús había llegado a la escuela, el ruido del fondo se había incrementado de un momento a otro.

—Ya veo, bueno, te dejo, tengo que subir al metro. Adiós. — No iba a esperar una respuesta de Elliot.

—Espera Rosie. ¡Espera! Por tu uniforme pude ver que vas en HighCollins, quiero pensar que no conoces a un tipo llamado O' Connor.—

—Acaba de entrar en mi aula, ¿Por qué lo dices?— El corazón se me aceleró, Elliot iba en mi antigua escuela, como iba a saber sobre ese psicópata.

—Solo no te acerques a él, no hables con ese tipo, ni siquiera lo mires, Rosie, ese chico tiene algo raro, si te mira no lo mires. Solo no lo hagas. — Colgó después de decirme eso. Abordé el tren y me quedé mirando el móvil.

Elliot nunca había dicho algo así, aunque los chicos de la escuela fueran malos o me dijeran comentarios incómodos, Elliot siempre les sonreía y los avergonzaba de alguna manera. Pero, ¿Cómo sabía que ese manipulador de O'Connor iba en mi escuela? Acaso, ¿Elliot lo conocía?

Guarde mi celular en mi chaqueta y apreté las correas de mi mochila. Tenía un mal presentimiento sobre todo eso.

—Ni siquiera lo mires, Rosie. Ese tipo tiene algo raro, si te miras no lo mires...—

Esas palabras pasaron por mi mente. Entonces automáticamente recordé lo del martes en la mañana, cuando nos miramos fijamente.

Oh mierda.

El hilo rojo del Destino ( Johnlock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora