Miré por encima de mi hombro el camino que había recorrido, las huellas que dejaba tras de mí, las sombras de viejas amistades desvaneciéndose por la falta de memoria o peor de interés y sobre todo recuerdos bochornosos.
Nunca fui agresiva ni busca pleitos, pero si me ponía ver la huellas que dejaba, me daba cuenta que en los últimos 2 años me había cambiado 4 veces de instituto, en cuentas claras, cada semestre me tocaba ser la nueva de la escuela, mi personalidad de doble cara no me ayudaba mucho en el ámbito social, por ello, en el penúltimo semestre me di por vencida para hacer nuevos amigos, de hablar con la gente, porque...¿ Para qué haría nuevos amigos si al final les diría adiós al igual que mis casilleros, que mi mesa en el salón, que mis profesor encargado del aula?
Preferí alejarme, concentrarme en los estudios, era la mejor en todo, pero aun con los elogios de los profesores, las miradas sorprendidas y de odio de mis compañeros me sentía tan sola. Traté de ignorar ese sentimiento por mucho tiempo y hasta cierto punto lo lograba, era fácil hacerlo hasta final de semestre.
Recuerdo que era horrible cerrar semestre y saber que no volverías a esa escuela. No dejaba nada atrás, ni amigos ni logros, una cara más en las fotos escolares, una ilusión, yo era esa chica la cual no recordabas su nombre pero si su apodo, no recordabas que le gustaba pero si recordabas porque era famosa.
-Oye Watson. ¿Es verdad que tu padre es Sherlock Holmes?- Esa pregunta estúpida de nuevo, la odiaba tanto, no respondí. - ¿Es cierto que es marica?- Apreté la mandíbula, seguía escribiendo pero apretaba tanto el grafito contra el papel que la letra se hizo más oscura. - Mi padre dice que por eso viven juntos, que tu padre y ese tal Sherlock son un par de niñitas que se encierran en el closet juntos. Acaso... ¿Tu sabes lo que hacen ahí dentro?- Realmente no recuerdo muy bien como pasaba, solo recuerdo que su cara de deformaba en una mueca de dolor debajo de mi mano, que siempre los golpeaba o mordía con todas mis fuerzas.
Siempre venia mi padre o el tío Sherlock, esperaba afuera de la oficina del director, oía gritar al director y siempre era silenciado por el tío Sherlock. La secretaria que se sentaba junto a mí, me miraba siempre con pena, a veces era joven, otras veces era una anciana. No importa ahora cuantas fueron, en cada escuela era diferente. Duraba sin poder ver la cara a mi padre o al tío Sherlock un promedio de 3 días, cada vez que ellos visitaban al director. Por ello me cambiaba de colegio cada semestre, después de las 3 peleas en el semestre era expulsada de la escuela.
Ahora que lo veo de manera más lenta y con detenimiento. Uno de los chicos que me molestaba, el que más molesto era, podía ver perfectamente su meñique de la mano derecha, tenía su hilo rojo atado al meñique de otro compañero. Que gracioso.
Un chiste agrio de la vida. Se me escapa una pequeña sonrisa y la cubro con mi mano. En ese momento me bajo en la quinta estación y camino escaleras arriba.
Entré en el aula, siempre se quedaban unos segundos mirándome y luego me ignoraban por completo. El alboroto de conversaciones juveniles a veces era tan tedioso de soportar. Puse mi mochila en el suelo y me recosté en mi butaca. Con los brazos cruzados y encima de ellos mi mentón. Mi celular empezó a vibrar. Lo saque rápidamente de mi saco. Era Elliot. Contesté y pegué la bocina del aparato a mi oído.
-Hola Rosie, ¿Qué tal esta mi sociópata favorita?- Su voz ronca tenía un tono burlón, típico de Elliot. Sonreí de lado.
-Mira quien habla, ¿qué quieres tan temprano Elliot? Mi clase va a comenzar en pocos minutos y...-- Fui interrumpida como siempre.
-No te quito mucho tiempo, solo quería que fuéramos por un café o una de esas cosas que la gente pone como pretexto para verse y hablar de cosas triviales y aburridas, ya sabes lo común. -El modo en que lo dijo me hizo preguntarme si hablaba con ese chico inteligente que conocí hace año y medio o con un maldito presumido y egocéntrico.
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El hilo rojo del Destino ( Johnlock)
FanfictionRosemund puede aparentar no ver cosas que los demás no pueden, el fingir ser normal se ha vuelto una rutina para ella, mientras esta descubriendo su propia personalidad, problemas extras se agregan a sus pensamientos. El comprender las relaciones h...