Capítulo 43.- Días De Disgusto

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Ha transcurrido una semana desde que me mude con el Adonis, una semana viviendo a su lado en esta etapa de mi embarazo, estoy nerviosa y ansiosa hace dos días atrás fui al médico a ver el progreso de mi embarazó y salud por fortuna estoy bien al menos es lo que dijo aquel hombre mientras me practicaba una breve encuesta para saber cómo me encontraba emocionalmente.

Sinceramente solo tengo el temor de que él me haya dicho que estoy bien, tengo temor a que las cosas cambien de un momento a otro. Mi madre y padre están felices por el progreso que llevo, creo que mis padres han dejado el odio y el rencor que tenían a todo lo pasado, en especial mi padre, suele llamarme y pedirme que le comunique con el Adonis, a veces me sorprende la gentileza que utiliza con Michael, a él también le sorprende pero comprendo que ahora lo único que quiere es terminar por hacer bien las paces con él.

Los parabrisas del auto se agitan de un lado a otro mientras eliminan todo rastro de gotas que caen con rapidez, aquel hombre de rizos va conduciendo mientras que mira hacia al frente con atención. Mi mano esta posada sobre su nuca mientras acaricio sus suaves rizos y juego con ellos, amo su cabello, simplemente amo todo de él. Para en una luz roja junto con otro auto que ya de igual manera lo ha hecho, se recarga por completo en el asiento mientras cierra sus ojos y disfruta aún más de las caricias que le hago.

─Estas tenso ─ digo en voz baja mientras lo veo sonreír levemente ─ deberías considerar tomarte un descanso, te afecta estar tanto tiempo encerrado en una oficina.

─Dejar la oficina, es como pedirte que dejes de pedirme que te compre cosas que no tienen sentido Robinsón ─ dice divertido mientras ya se encuentra mirándome ─ tus antojitos rebasan los límites amor.

─Bueno ─ suspiro ─ si lo que quieres es que este de un humor más grande que el tuyo... Lo consideraré.

─Aquí yo soy el único que puede tener el humor de mierda mi amor.

Solo reí ante su comentario para acercarme a él y besar la comisura de sus labios, la luz se puso en verde y él volvió a colocar las manos en el volante para comenzar a conducir. Su auto luce completamente como nuevo y es que después de haberlo chocado y haber dañado el foco tuvo que contratar a alguien para que lo reparara, no fue costosa la reparación pero sin duda nuevamente está feliz por tener a su auto como a él solo le gusta tenerlo, cuidado, limpio y sin ningún raspón o rasguño.

Cuando llegamos a la zona residencial metió el auto al enorme garaje donde ya se encuentran más autos de los residentes que habitan los apartamentos. Bajamos del auto mientras el sonido de la alarma automática colocarse se escucha con claridad. Él se dirige a la parte trasera del auto para abrir la cajuela y comenzar a bajar las bolsas plásticas de los comestibles al piso.

Camino hacia donde se encuentra aquella motocicleta cubierta por una sabana gruesa color blanca, la quito de encima de la motocicleta y de pronto, los recuerdos de ver a este tipo en la universidad con su moto se hicieron presentes. Hace tiempo que no la usa, hace meses que ha estado cubierta por esa sábana blanca...

─ ¿Por qué no la usas más? ─ pregunto con curiosidad recorriendo cada parte de esa moto.

─ ¿Has visto a un hombre con traje y corbata usar una motocicleta Robinsón? ─ Su voz es de gracia y diversión, niego sonriendo mientras escucho como ha cerrado la cajuela del auto. Tomo el manubrio de esta y paso una pierna por encima del asiento para al final sentarme.

─ ¿Pudo quedármela? ─ lo miro sonriendo, suelta una estruendosa carcajada para mirarme con seriedad al momento en que termina de reír, esa es la reacción que deseaba ver.

─No ─ responde con serenidad ─ ni siquiera sabes usarla. Con suerte quizás apenas puedas encenderla.

─ ¿Puedes ayudarme a aprender a usarla?

La Nerd  |[Libro #2]|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora