Alexander POV
-¿Que? ¿estas invitándome a salir?-dijo Daniel con un tono de sorpresa en su voz.
-Si- dije agachando mi cabeza con la vergüenza, jamas había hecho nada parecido siempre esperaba que los demás dieran el primer paso- lo siento, pensé que tu...
- Es-esta bien,quiero decir, ¡sí, acepto!- dijo interrumpiéndome.
-¡Genial! ¿puedes darme tu numero? asi podemos ponernos de acuerdo, porque ahora debo ir a la universidad- dije en la forma mas tranquila que pude, no queria parecer muy emocionado y espantarlo.
-¿vas a la universidad?- pregunto con sorpresa, al mismo tiempo que ignoraba mi pregunta.
-Si, estudio biología en la UNDC, de echo soy uno de los mejores en mi curso-dije orgulloso.
-¿E-en serio? yo también estudio allí, solo que yo voy en literatura- dijo mostrándome un libro que hasta ahora no había notado que estaba sobre la mesa ¿siempre estuvo allí? no lo se, sus dulces ojos no me dejaban prestar atención en otra cosa.
-¿Como es que jamas nos hemos topado en el campus? yo siempre paso por tu facultad antes de llegar a la mía, y estoy seguro de que jamas olvidaría tu cara.
Rápidamente volteo su cara para que no viera que se había sonrojado, pero ya era tarde para eso, y se veía de lo mas adorable cuando se sonrojaba.
-No lo se, simplemente soy bueno ocultándome de las personas.
-gracias a Dios, no se que pasaría si alguien como tu fuera por allí dejándose ver por todos, seguramente estarías aquí desayunando con otra persona y yo no tendría ni la mínima oportunidad ni de ser tu amigo.
Y allí iba el otra vez, poniéndose rojo cual tomate, podría acostumbrarme a esto.
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Luego de esa pequeña charla en la cafetería caminamos juntos hasta el campus, no era tan lejos así que no fue pesado caminar y no era necesario tomar otro medio de trasporte. Durante todo el camino me limite a mirarlo mientras me hablaba de el libro que leía, al parecer ya lo había leído hace años pero uno de sus profesores pidió que lo leyeran por lo que tuvo que volver a hacerlo, el parecía muy entretenido hablando y a mi por alguna razón que no logro explicar, me gustaba escucharlo.
¿Ubican esas historias donde los protagonistas solo se conocen y en un mes ya no pueden vivir sin el otro? pues yo estaba harto de esas historias, eso no pasa en la vida real, o eso pensé yo, ahora no estoy tan seguro, pero quien sabe, aveces la vida nos da pequeñas muestras de que estamos enormemente equivocados.
Durante la clases no pude concentrarme, veía a los profesores mover los labios, pero a mis oídos no llegaba el sonido de sus voces, los veía escribir en el pizarron pero no entendía las palabras que colocaban allí, mi cuerpo se movía en automático porque mi mente estaba pensando en que haría esta noche con daniel, ¿le gustaran las películas? ¿a quien no le gustan? ¿sera mejor no arriesgarme y solo llevarlo a un restaurante? ¿o me veré muy cliché?, odiaba estar de esta manera, de verdad lo odiaba, pero en este momento no podía evitarlo.
Al final decidí dejar que el decidiera, le plantearía ambos escenarios y el tomaría el que mas le apeteciera, estaba allí afuera de el centro comercial como habíamos quedado, aun faltaban un par de minutos para las 6pm así que trate de no entrar en pánico al ver que no estaba por ningún lado, lo se, si dijimos a las 6 es a las 6, pero yo por las ansias había llegado media hora antes, y ya mi cerebro empezaba a crearse películas raras; pero entonces vi una silueta que se acercaba, era daniel.
-Hola- dije tímidamente cuando lo tuve lo suficientemente cerca.
-Hola, ¿hace mucho que me estas esperando?
-No -mentí- realmente acabo de llegar -no quería sonar tan nervioso como en realidad estaba y mucho menos que pensara mal de mi por llegar media hora antes.
-Bien, no quise hacerte esperar pero el trafico en esta ciudad es terrible - dijo con un tono que no logro descifrar ¿estaba apenado por hacerme esperar o solo era mi imaginación?- ¿que tienes en mente?- me pregunto sacándome de mis pensamientos.
-Pues podemos ver una película, o ir a dar un paseo y luego cenar, o ver la película y luego cenar. ¿que quieres hacer? -dije en un tono demasiado ansioso para mi gusto.
-Creo que la película y luego la cena no suena nada mal -dice el.
Entramos al cine compre los boletos a una función para una película de comedia, porque daniel dijo que no quería ver nada romántico, y eso solo dejaba esta película y una película disney, y no creo que disney sea buena idea para una primera cita.
Daniel se empeña en comprar las palomitas, y yo me opongo, pero al final termino aceptando, ya que, me dijo que si no el pagaría la cena, durante la película casi no hablamos, nuestras manos no se unieron al tratar de tomar palomitas, ni cuando fui a agarrar el vaso de refresco, aun así nos la pasamos bien, reímos un montón, tanto que casi lloro.
la cena transcurrió normal, pedimos un par de hamburguesas en un pequeño Mc donald's, y si, ya lo se, ¿Mc donald's? ¿en un primera cita? pero resulta que daniel amaba las papas fritas y los helados del local, así que ¿por qué no?.
charlamos un poco de todo, de la universidad, de como llegamos a estudiar allí, de nuestros gustos por la música ¿quien diría que somos tan parecidos? ¿es enserio misma canción favorita? no puede ser coincidencia, seguimos hablando por un par de horas después de comer y luego nos despedimos, y cada quien hacia su casa.
Si, así, sin beso de despedida, sin siquiera tomar el mismo taxi, solo nos despedimos y cada uno toma una ruta diferente - debí acompañarlo a tomar un taxi - me digo a mi mismo en un pequeño susurro, sin embargo no me doy la vuelta para ir a buscarlo, asi que llamo al primer taxi que veo en el camino y voy directo hacia mi casa.
Paso toda la noche pensando en su sonrisa, como reía a montones durante la película, empece a recordar su voz, sus ojos, esos que me hacían perder la noción del aquí y el ahora, sin pensarlo saco mi celular y le escribo un mensaje, cuatro simples palabras, que expresaban todo y nada, pero era lo único que podía escribir en ese estado:
-Me encanto salir contigo.
Y presiono enviar, bloqueo mi celular y me voy a la cama con una sonrisa de oreja a oreja, de esas que ni siquiera durmiendo se te borran, aunque cabe mencionar que esa noche no pegue el ojo en ningún momento.
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Desde ese día.
Romansadaniel y alexander dos jóvenes que, ademas de la edad no tienen nada en común, o eso creían, hasta ese día donde por casualidad se encontraron, en ese lugar, su lugar.