Seguro que era la única persona a la que le gustaba ir al trabajo, por más ridículo que sonara me emocionaba levantarme a las 5:00 am para ir a un empleo mal pagado donde a veces me quedaba a dormir.
Sinceramente, no creo que podría aguantar esos tratos en otro trabajo, la verdadera razón por la que disfrutaba de eso era mi jefe, el mismo diablo. Por más exagerado que podría sonar mi jefe si era el diablo, el enemigo del hombre, ¡la viva encarnación del mal! Como sea, mi jefe no era una mala persona, solo era un niño mimado acostumbrado a que le temieran. Claro que le tengo respeto a este pero solo eso, respeto.No amor, no cariño; Por qué si llegara a sentir algo como eso por el, instintivamente se aprovecharía de eso, supongo. Y claro, el no necesita que yo sienta algo por el para cumplir sus órdenes, como su mano derecha para mí es un placer.
Dejando esto de lado, se me hacía tarde para el trabajo, no vivía lejos de este y de hecho consideraba lograr que el jefe me rentara una oficina para vivir literalmente en el empleo. En cuanto llegue me dirigí a la oficina del jefe, toque la puerta suavemente.
-¿Jefe?- no hubo respuesta, entre sin permiso. Grave error.
Mis mejillas se tornaron de un ligero lila al ver al jefe durmiendo tan vulnerablemente, no pude hacer nada más que colocarle una cobija, sentarme en el sofá y esperar a que este despertara, sin embargo, termine quedándome dormido también.Al despertar, note como la misma cobija que le había colocado a Devil ahora me calentaba a mi, me sentía con una idiota adolescente enamorada por emocionarme tanto, así que solo me senté bostece y voltee a mirar al jefe.
-Siento causarle molestias
-No importa- respondió con su mismo ceño malhumorado de siempre, me levante y me acerqué a el. -Hoy llegaste tarde, ¿Has estado durmiendo bien?
-No e dormido últimamente- le respondí algo cabizbajo mientras que su mirada no se despegaba de los papeles que ojeaba. -De hecho, jefe, quería pedirle algo...-
-Habla- levanto su intimidante y a la vez dulce mirada para hacer contacto con mis ojos. -Quería saber, si fuera posible poder rentar alguna oficina del local...ya sabe, creo que sería mejor y más cómodo para ambos- se mantuvo con su misma expresión, me miró de pies a cabeza y sonrío. -Claro.- No quería alargar más la conversación, me volví a sentar en el sofá y miraba de reojo a Devil cuando de repente note que este se sonrojó y comenzó a mirarme de reojo también, no sabía si el se daba cuenta de que yo lo miraba o de que yo sabía que el me miraba, igual me parecía tierno.
Pasaron los minutos y el me seguía mirando hasta que nuestras miradas se cruzaron, hubo un pequeño silencio se puso rojo y...
-¡Fuegos artificiales!- exclamó en un grito mientras se levantaba bruscamente de su asiento colocando sus manos en la mesa ahora evitando el contacto visual. -Dice, h..hoy abran fuegos artificiales en la tercera isla...a..acompáñame.- dijo, no note lo nervioso que Devil en realidad lucía puesto que yo era un fanatico de los fuegos artificiales, pero más me captó la atención que el no se tomaba seguido la molestia de recordar las cosas que me gustaban, aún después de conocernos hace más de 10 años. -Claro, jefe.- sonreí y salí de la habitación, me detuve en la puerta -Asegúrese de cubrirse bien, las temperaturas bajan aún más en la noche- termine la frase, salí y cerré la puerta.
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Amor Restringido.
FanfictionAun a pesar de tener todo ese orgullo el joven se encontraba en una banca, con un ramo de flores en la mano y una mirada enamorada en sus ojos.