F I N.

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–¿S-señor?– Dice me miraba con los ojos abiertos como platos, yo también estaba pero si nerviosisimo, ya no había de otra mas que aparentar estar seguro. Aun cuando sentía mis mejillas ardiendo.

–Escucha, por que no lo repetire...Dice, eres mas que un empleado para mí. Eres "más" que todo lo que me a pasado. Jamas me había sentido así por nadie– . Sentía que un nudo en mi garganta mientras mi  seguía procesando lo que pasaba, lo sabía por su cara.


El diablo solto nuestras manos y se levanto a un costado de la mesa estirando su mano en busca de que yo la tomase. Me levante con nervisosimo y la acepte, el la tomo con dulzura. Como si nunca fuera a soltarla, yo ni siquiera podía hablar, sentía que si lo hacia alguien me escucharía y despertaría, no quería que el sueño acabara aún.

Mis ojos se abrieron, mis mejillas brillaron, mis labios temblaron, mis manos sudaron y mis piernas luchaban por mantenerme en pie. Todo esto paso desapercibido, estaba enloqueciendo por dentro debido a que la persona que yo amaba se había arrodillado sin soltar mi mano, en realidad, ya que sus piernas estaban firmes contra el suelo, la sostuvo con ambas manos firmemente mirando al suelo, note que el estaba tan nervioso como yo.


Finalmente abrí mi boca, con miedo, pero lo hice. Deje que los sentimientos que se escondían en mi corazón salieron y rogué, por que lograran convertirse en palabras suficientes como para que el fuera mío de una vez por todas.

–No eres como los demas. Y, es por eso que...quiero que te quedes a mi lado, aunque quisiera amarrarte y obligarte a amarme. No mereces que sea así, me tome el tiempo que me tome hacer que lo hagas, Dice. Es por eso que, lo que yo te dare no es un anillo, sera un trozo de papel.

–No me diga que...


No era un anillo, era una hoja. Para ser mas exactos, un contrato. No venía solo, venía junto a una propuesta, del diablo arrodillado, si algo había aprendido es a no hacer mas tratos con el Diablo ¿A quien le importaba? Para muchos podría ser un ser hecho de mal, pero para mi era un niño vulnerable con demasiado poder y muy mal temperamento. Pero asi era perfecto, lo era para mi, y asi lo amaba.

–Quiero que te quedes, no por un contrato, sino por que sientas lo mismo que yo...por que Dice...– Su cuerpo comenzo a temblar, por fin levanto su vista hacia mí. Nos miramos y fue como ver un reflejo en el cielo en sus ojos, las estrellas parecían estar realmente en ellos.

–Te amo.


El de moño se agacho hasta estar a mi altura, con elegancia se acomodo en el suelo mientras acariciaba dulcemente mi mejilla. –Con, o sin contrato, siendo hombres o mujeres, siendo tu en realidad una cabra...mis sentimientos no cambiarían, Devil. Te amo–.

Me deje caer sobre ambas rodillas sosteniendo la mano que acariciaba mi mejilla, sin moverla, claro esta. Ambos sonreimos con alivio, como los idiotas enamorados que eramos, no necesitabamos una declaración directa para saber lo que ahora eramos ¿Novios? ¿Esposos? ¿Pareja? Tampoco necesitabamos entrar en una categoría así. Nos amabamos y ya. Sabía que Dice compartiría mi opinión.


Era hermoso entender por su mirada que el pensaba también en que ahora eramos "algo más" más que amigos, más que pareja, más que todo. Sin pensarlo dos veces posicione mis manos en sus mejillas, acercando su rostro con el mío, sus labios con los míos.

Y lo bese.


Y me beso.


Y fue...


Maravilloso.


Maravilloso.


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Por fin esto llego al final. Trate de hacer lo mejor aun cuando esta historia ya no me emocianaba como en un principio lo hizo. Aun así, estoy orgulloso de haber podido terminarla a pesar de que esto ya paso de "moda", al igual que el fanfic.

Aprecio a todos los que leyeron, los que comentaron, los que no, los que votaron, los que no.

A todos...

¡Gracias por acompañarme!

Amor Restringido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora