Prólogo

248 20 1
                                    



3 años después.

Ahí estaba nuevamente, mirando las oscuras aguas del río Han, pensando en todas las cosas que pudo haber hecho diferente a lo largo de su vida, una cosa en específico. Sus ojos hacía mucho habían dejado de soltar lágrimas al estar allí, pero siempre tenía la intensa sensación de que en cualquier momento lo harían de nuevo.

En realidad, creía que ya no debía ir allí, porque el motivo para hacerlo siempre era arrepentirse, y él era muy razonable como para saber que esono le servía de nada. Aun así, ahí estaba, una semana más, un día más, un instante más, arrepintiéndose.

Jungkook sabía que si hubiera sido más sincero, que si hubiera aceptado lo que sentía sin huir o fingir todo lo contrario, no habrían llegado a eso. O tal vez sí, pero al menos tendría en su conciencia la certeza de que intentó cuanto pudo.

Pero, a pesar de haber estado siempre cerca de él, había demostrado desprecio y lo lastimó. No sólo eso, había alejado a Jimin de tal manera que, hace más de cuatro años, su relación de compañerismo con él, había terminado. No hablaban, no se veían, ni siquiera preguntaban a sus amigos en común por él otro. Y aunque JungKook no pudiera estar completamente seguro que Jimin hiciera lo mismo que él, creía haberlo conocido lo suficiente para saber que era cierto.

Y nuevamente volvió a arrepentirse, porque su cabezonada no sólo lo había separado de la persona que amaba, sino que había destrozado una familia y un sueño. BTS había dejado de sentirse como un hogar, y todos habían decidido separar caminos y cortar en gran medida el contacto.

Y entonces, al pensar en sus compañeros decepcionados, en el asiento vacío en donde debió estar Jimin en esa última reunión como un grupo, sus ojos no pudieron evitarlo más y lloró nuevamente.

Pero ya era suficiente, él ya no era un niño y era tiempo de dejar de comportarse como tal. Por eso, a la luz de la luna, con el susurro del agua y la visión de su oscura profundidad, prometió que la próxima vez que regresara hasta ahí, habría cerrado ese abismo de dolor y sufrimiento en el qué había caído.

 Por eso, a la luz de la luna, con el susurro del agua y la visión de su oscura profundidad, prometió que la próxima vez que regresara hasta ahí, habría cerrado ese abismo de dolor y sufrimiento en el qué había caído

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Close |JiKook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora