La propuesta.

10.7K 179 1
                                    

De vez en cuando escuchaba a la señora Clement riendo, hablando o entreteniéndose con la niñas. Ella era una de las pocas mujeres que podían ponerle en su sitio cuando sus instintos se disparaban o cometía alguna falta de tipo paterno-filial. Ser padre era duro, incluso en una situación de riqueza como aquella. Aquel hombre se dedicaba a escribir a máquina unas copias para cierto ministro cuando de pronto escuchó otra voz femenina, la intervención de la señora Clement y unos pasos hacia la casa. Los dedos dejaron de escribir para quedarse totalmente quietos con una "N" a medio avanzar hasta el papel.

-Señor, tenemos visita.-Dijo la señora Clement cuando entró por la puerta.

Los ojos del señor de la casa miraron la agenda con rapidez. No tenía visitas programadas para esa hora. Entrecerró los ojos, con sospecha, se levantó y bajó las escaleras precedida del ama de llaves. En el salón de invitado se encontraba su pequeña, con un chocolate caliente en las manos y una mujer madura, de unos cuarenta y tantos, con nariz fina, ojos ambarinos y aun conservando un cierto atractivo de épocas pasadas. El hombre miró a su hija, que le sonrió con un bigote de chocolate, señal inequívoca de que no era nada malo.

-Usted debe de ser el padre de esta señorita.-Dijo aquella mujer. Acento de tierras del este.

-Soy yo, sí... ¿en que puedo ayudarla?.-Preguntó el hombre sentándose frente por frente.

-Soy la maestra de teatro y coreógrafa de la escuela de su hija.-Dijo aquella mujer de mirada penetrante.

-Es la que me enseña las danzas papi, como la del árbol feliz y las ardillas sonrientes.

-Oh.-Dijo el buen hombre. No sabía que mas decir.-Hija, ven un momento con papi.-Dojo con una cálida sonrisa. La niña obedeció y tomando las manos de su hija preguntó.-¿te ffias de esta mujer?

-Sí, es bastante seria y pone esa cara que pones cuando algo no te gusta.-Dijo la niña soltando una pequeña risita.

-¿Cual cara?.-Dijo todo serio, alzando levemente una ceja.

-Justo esa.-Dijo e nuevo con otra risita.-A mi me cae bien aunque el resto de niñas le tienen un poco de miedo.

-Mmmmmmmm comprendo.-Invitó a su hija a sentarse de nuevo. y él hizo lo propio mirando de nuevo a aquella mujer.-Creo que viene a proponerme algo.

-Pues sí.-Dijo la mujer, sentándose algo mas derecha.-Quiero que su hija haga una prueba para el ballet nacional.

El hombre miró durante un rato que pareció eterno a aquella mujer, que no había dudado ni vacilado un solo instante en su proposición. A continuación miró a su hija, a su niña, su pequeña. Aquellas palabras de la mujer encendieron su rostro como pocas veces había hecho él.

-Hija.-Dijo la pesadilla de muchos hombres poderosos.-¿quieres hacer esa prueba?

-¡SIIIIIIIIIIIIIIIIII!-Y se puso a saltar de felicidad.

El padre hizo un gesto con la mano hacia la señora

-Adelante pues.-Dijo el caballero.

Padre e hija.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora