Capítulo 2

4.3K 447 175
                                    

Tim no era feo, solo era esmirriado y bajo, tenía el cabello muy lacio, tanto que el gel no ayudaba mucho a darle alguna clase de encanto extra, su piel era más bien sensible y por ello no le gustaba demasiado estar expuesto al sol, porque era tan blanco que su único color posible aparte de blanco era rojo doloroso.  Su cara era lo mejor de él, tenía unos grandes ojos azules, con pestañas largas y rizadas (de niña según sus hermanos),  con una pequeña nariz y unos labios muy delgados y por lo general resecos (por la falta de besos, según la revista de 15 a 20 para mujeres).

Se miró al espejo con ojo crítico y trató de mostrar sus músculos, incluso él se sintió ridículo. Está bien, los músculos no impresionaban a todos, él tenía una gran personalidad, una bonita letra, buenos sentimientos y podía recordar al menos 20 dígitos de pi, lo cual según los programas del corazón, lo volvían una gorda sin novio o un nerd.

Miró de soslayó los lentes en su escritorio que utilizaba para no lastimarse la vista y los descartó por completo.

En primer lugar estaba la presentación, se había deshecho de toda su ropa holgada, sus sudaderas extra grandes, los tenis desgastados y sus bóxer con agujeros preferidos de color naranja chillón.

Abrió la bolsa de ropa que había pedido por internet después de analizar a los videoblogers y decidir que era la moda para ese año, para terminar haciendo un montón de compras de todos los productos que eran mejor vendidos.

Parecía que hacer un cambio de apariencia en pleno siglo veinte no era tan difícil si tenías a la mano una tarjeta y una computadora, le gustaba la modernidad, el hecho de poder obtener todo desde la comodidad de tu casa, sin tener que interactuar con los demás. 

Comenzó a vestirse, tenis negros, bóxer blancos ajustados, un pantalón de mezclilla oscura y una camiseta simple con un suéter oscuro entallado. 

Miró el cambio sintiéndose compacto y pequeño, la ropa a su talla no le haría ver más grande, era el más bajo de su familia y no podría aparentar lo que la genética no le había dado, pero según todos los consejos de los gurús de la moda, era mejor tener ropa que te quede bien y con la cual te sientas cómodo que algo apretado y demasiado brillante. 

Complacido con su aspecto, salió de su habitación. 

-¿Vas a algún lado Timbo?- Jay, su hermano mayor le recorrió de arriba abajo con mal gesto y una paleta en la boca, su papá no le dejaba fumar en casa.

-Tendré una cita-le dijo asombrando al otro

-¿Una persona real?  ¿Seguro? No alguien de un foro de internet o de algún juego online, ¿eso es posible?- le dijo burlón riéndose –Voy a decirle a todos- dijo dándole unas palmadas en la espalda que lograron desbalancearlo antes de salir a toda carrera para contar el nuevo chisme.

Tim rodó los ojos, sus amigos de juegos en línea eran personas reales y era perfectamente normal participar en torneos y tener algún seudónimo de juego. Aunque lo cierto es que no tenía una cita propiamente dicho, de hecho había conseguido el horario y agenda de Kon de manera poco legal e iba a encontrarse con él "casualmente".

Miró su celular, iba a llegar tarde sino se apresuraba.

Miró su celular, iba a llegar tarde sino se apresuraba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Every breath you takeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora