Capítulo 5

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-No voy a hacerlo Drake-

La respuesta de Damián fue tajante.

Tim era el tercero de cuatro hermanos varones, con dieciséis años era casi cuatro años mayor que el menor de la familia.

Pero Damián no era como cualquier otro niño, de hecho, no era un niño propiamente dicho, sino un preadolescente, acababa de cumplir 13 años, pero en la familia se solía decir que el menor había nacido de cuarenta, y cada año cumplía dos más.

-No voy a invitarte a nuestra boda- Tim se cruzó de brazos  fastidiado, él y el menor nunca habían sido las mejores migas.

-No va a casarse contigo porque apenas sabe que existes- le respondió venenoso y Tim tuvo que contener su aliento ofendido.

Si Tim tuviera que estar en una balsa en medio del mar con alguno de sus hermanos,  elegiría a Jason, porque era práctico aunque su humor era igual de sarcástico y acido que el de Damián, Dick era una compañía amable y divertida, pero se mareaba rápido.

Tim calculó que Damián accedería fácilmente a cualquier cosa si fuera Dick quien se lo pedía, el mayor había cuidado del niño desde que naciera, y cuando apenas tenía año y medio solía caminar detrás de un Dick adolescente llamándolo papá. En resumidas cuentas, Richard era el único que consideraba a Damián el niño más adorable del universo.

Pero Dick no estaba por allí, su carismático y extrovertido hermano mayor era actor, había debutado en espectáculos circenses, después como modelo y ahora protagonizaba una película de talla mundial  llena de drama y tristeza.

Muy en su papel, Dick siempre había sido un rompecorazones.

Tim supo que sus opciones se acababan cuando Titus y Acehound, los perros de Damián se acercaron con las correas dispuestos a salir a pasear.

-Ellos también tienen un perro, podría ser amigo de los tuyos- le dijo sabiendo que estaba desesperado.

-No voy a dejar que Titus y Ace se llenen de pulgas de perros corrientes Drake- le dijo Damián asqueado acariciando a los canes.

Tim no era una persona de animales, pero Damián si, tenía dos perros, un gato, un pavo y una vaca. No era nada raro para los demás saber que el menor iba a ser veterinario.

Estresado por las negativas recurrió a su último recurso.

-Por favor haré lo que quieras- le pidió sabiendo que iba a arrepentirse después, pero aquello había llamado la atención del menor  -solo acompáñame, puedo...- recorrió el lugar en busca de opciones -  limpiare tu cuarto- pero el cuarto del menor era un lugar sobrio de oscuros colores sin ninguna cosa fuera de lugar, el cuarto de un hombre - le daré de comer a los animales, bañare a los perros, pero ven conmigo a esa fiesta- Tim le compuso su mejor cara de cachorro apaleado bajo la lluvia.

Los ojos verdes de Damián le miraron fijamente -¿Tan importante es para ti ese tal Kent?-

Tim asintió resumiendo años de desesperada persecución y fantasía mezcladas con deseo y hormonas.

Damián rodó los ojos chasqueando la lengua soltándose del mayor quien le había sujetado de la ropa en un intento de retenerlo.

-Está bien, iré, pero todo lo que tenga que hacer para que tu quedes bien va a costarte- le aseguró achicando los ojos.

Tim estrechó su mano a forma de trato y supo que había firmado un contrato en blanco con el diablo.

Tim estrechó su mano a forma de trato y supo que había firmado un contrato en blanco con el diablo

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