seis

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Lucía

Una chica rubia y bastante alta nos dirigió hasta dónde teníamos que sentarnos en las gradas para poder ver a Paulo entrenar. Hacía muchísimo frío, incluso puedo decir que mi culo lo sintió apenas me senté.

Martín dormía plácidamente en el coche y yo aproveché para agarrar mi celular un rato, saqué varias fotos de él durmiendo para mandarselas a Alicia, la abuela babosa.

Pasaron un par de minutos en los que Paulo precalentaba y se lo veía feliz con sus compañeros, cuando Martín despertó y comenzó a llorar para que lo cargará. Lo cargué no sin antes acomodar sus guantes y su gorrito, no quería que se enfermara.

El pequeño estiraba sus manos hacía dónde estaba Paulo y eso me obligó a acercarme más adelante de las gradas. Estaba jugando con Martín cuando se escucharon gritos desde la cancha y todos festejaban un gol que Paulo había marcado, gol que no pude ver.

El anteriormente nombrado miró hacía dónde estábamos y nos señaló mientras corría en la cancha. ¿Qué significaba eso? ¿Estaba dedicándole el gol a Martín?

No entendí mucho pero de igual forma le sonreí y agarré el bracito de Tincho para moverlo en forma de festejo, provocando que él riera.

Estuvimos un rato largo esperando a que Paulo terminara de entrenar, no sabía que los preparaban tanto, en realidad yo no comprendía mucho de fútbol pero ahora iba a tener que entender porque sino me aburriria.

Como pude salí de las gradas con Martín y el coche, fue algo bastante complicado pero no imposible. Paulo se había metido en los vestuarios así que tuve que esperarlo afuera con Martín en el coche, a quién ya tendría que darle la leche nuevamente.

Paulo nos hizo esperar un par de minutos más pero salió viéndose como un modelo de revista, era muy lindo y tenía una linda personalidad también. Ilusiones no me haría porque estaba con Antonella y ella si era alguien que estaba a su nivel.

- ¿Hace mucho me esperan? -preguntó dándome un beso en la mejilla.

- Más o menos, él te extrañaba mucho. -dije viendo como Paulo se acercaba a Martín para pellizcar uno de sus cachetes.

- ¿Vamos?

- Vamos.

Salimos del interior del Juventus Stadium para dirigirnos hacia el estacionamiento y buscar el auto de Paulo hasta encontrarlo. Saqué a Martín del coche y cuando las puertas del auto fueron abiertas, lo senté en su sillita y jugué con él hasta que Paulo terminó de guardar todo en el baúl.

Ambos nos metimos en el auto, yo atrás con Martín y él obviamente adelante. Nos pusimos en marcha para volver a casa, el camino fue bastante silencioso nuevamente y yo tenía mucho sueño, por lo que termine dormida.

Me desperté al sentir como la puerta del auto era abierta y Martín comenzaba a llorar, tirando manotazos y dándome en la cara. Sentí como alguien reía y no me sorprendí al darme cuenta de quién era, Paulo.

Con muchísimo sueño me baje del auto para poder sacar a Martín de su sillita y entrar a la casa, dónde nos esperaba Alicia con el almuerzo ya listo.

Paulo entró detrás de mi y cerró la puerta para después abrir el coche para que yo pudiera poner a Martín en él, estaba dormido el pobre. Me senté en la mesa para comenzar a comer la pizza casera que Alicia nos había cocinado mientras que con mi pie movía el coche despacito.

- ¿Estás cansada? -preguntó Paulo antes de darle una mordida a su porción.

- Un poco. -respondí suspirando.

- Podes dormir un rato en mi cama con Martín si querés.

- Está bien.

El almuerzo se pasó rapidísimo, no sabía si era porque estaba hambrienta o porque el sueño me hacía sentir como si todo alrededor mío pasará rápido.

Ayudé a Alicia a limpiar las cosas que se habían ensuciando y ella me dijo que me acostara si estaba cansada. El sueño me ganaba así que saqué a Martín de su coche para cargarlo en mis brazos e irnos al cuarto de Paulo no sin antes despedirme de Alicia.

Le cambié el pañal y después lo recoste a un lado mío, poniéndole almohadas alrededor de su cuerpo para que se no se cayera si se llegaba a mover.

No tarde mucho en quedarme dormida en la cama de Paulo, con su aroma en las almohadas y sábanas. Y soñé con él.

Papá Soltero {Paulo Dybala} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora