noventa y uno

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Lucía

No había sido nada fácil dejar que Paulo se fuera a Argentina sin mi, pero tenía que quedarme para hacer unas cosas y él no tenía que saberlo, por lo que me inventé cualquier excusa creíble. Antonella sabía lo que tenía que hacer e iba a acompañarme, por lo que la tuve a las siete de la mañana tocando el timbre de mi departamento.

Sabía que solamente venía a buscarme, así que tapé bien a Valentino en su coche mientras él dormía y fui hasta la puerta para abrir. Saludé a Antonella sintiendo como su barriga no me permitía acercar mucho mi cuerpo y cerré la puerta del departamento con llave, guardando la misma en el bolsillo de mi abrigo.

Nos subimos al ascensor para bajar hasta el primer piso, encontrándonos con Alicia en la puerta esperandonos y me saludó cuando me vio. Salimos del edificio, sintiendo como la brisa nos daba de directo en la cara y comenzamos a caminar por aquella galeria en la que viviamos. Nuestro destino no estaba tan lejos, así que simplemente iríamos caminando.

- ¿Estás nerviosa? -preguntó Antonella mientras cruzabamos la calle.

- Un poco, no puedo mentir. -respondí haciéndola sonreír y me abrazó por los hombros.

- Vos disfruta de estos momentos, son únicos. -habló mi suegra, sintiendo que sus palabras me llegaban mucho.- Espero que nunca te arrepentientas.

- Estoy segura de esto, su hijo me sacó las inseguridades. -respondí haciéndola sonreír.

Caminamos unas dos o tres calles aproximadamente hasta que llegamos al local dónde habíamos estado anteriormente y esperamos a que nos atendieran. Minutos después quedé frente a la chica que estaba en el mostrador y le hablé sobre lo que estaba buscando, a lo que me respondió asintiendo y rodeo el mostrador para acercarse hasta dónde yo estaba.

Nos llevó hasta un especie de armario gigante y sacó el vestido de novia que yo había elegido hace unas semanas, ya completamente confeccionado con mis medidas. Lo agarré emocionada y me giré para ver a Alicia sonriendome, al igual que Antonella.

- Dale, queremos ver como te queda. -dijo Antonella.

- Ay bueno ¿me lo miran? -pregunté refiriendome a Valentino.

- Si si, anda tranquila. -respondió Alicia.

Caminé con el vestido cubierto por una funda y al entrar al probador le quite el mismo, quedandome impresionada con lo hermoso que era. Me desnude para poder ponermelo, me costó un poco por el tamaño y lo delicado que era, pero finalmente después de unos cuantos minutos pude hacerlo. Me miré en el espejo unos segundos, sonriendo al verme con algo así y casi se me escapan unas lagrimas. Salí del vestidor sintiendo la mirada de las mujeres que me habían acompañado y se quedaron igual de impresionadas que yo.

Una de las tantas chicas que estaban ahí en el local, me acercó hasta una mini pasarela que tenía espejos alrededor y podía mirar el vestido de todos los ángulos. Fue en ese momento en el que vi por uno de los espejos como mi mamá entraba al lugar y después de saludar a mi suegra, me miraba con lágrimas en los ojos. Verla a ella me hacía pensar cuanto daría por poder tener a mi papá para que pudiera verme también, hubiera estado igual o más  emocionado que ella.

Con lágrimas en los ojos me di la vuelta para mirar a mi mamá sonriendo y ella se acercó hasta mi para abrazarme con dulzura, haciéndome sentir un nudo en la garganta.

- Estás hermosa, no lo puedo creer. -dijo alejándose y poniendo sus manos en mis mejillas.

- Gracias ma, yo tampoco puedo creerlo. -respondí emocionada.

- Perdón si llegué tarde, me había quedado dormida. -dijo haciéndome reír.

Después de haber estado probandome el vestido y verificando si no tenían que hacerle algún arreglo más, salí con el vestido guardado en una funda y una hermosa bolsa. Cuando llegará a casa me tocaría hacer la prueba del peinado que usaría. Caminamos ahora las cuatro hasta el edificio y subimos al ascensor para ir hasta mi departamento en el tercer piso. Al entrar sentí como el ambiente hogareño me recibía y fui hasta mi cuarto para guardar bien el vestido en el armario, en algún lugar dónde Paulo no pudiera verlo nunca.

Volví al living minutos después y llevé unas cuantas facturas para que desayunamos algo todas, pero justo tocaron el portero y tuve que bajar a abrir. Al estar en el piso de abajo me encontré con la chica que había contactado y subimos juntas hasta el tercer piso. Solamente hablaba italiano, así que teníamos que manejarnos en ese idioma a la hora de de comunicarnos. Se saludaron entre todas y después la peluquera puso manos a la obra, peinandome mientras yo me comía una factura y veía como mi mamá cargaba a Valentino en sus brazos.

Justo en ese momento estaban pasando en la televisión como Paulo y algunos compañeros de la selección habían estado entrenando el día anterior, verlo me hacía sentir mala porque él no sabía que me había quedado por esto. Aunque algún día lo descubriría.

- Estaba re emocionado cuando se enteró de que estaba convocado, me llamó llorando creo. -contó Alicia mirándome sorprendida.

- Y si, él quería mucho vivir esto. -respondí sonriendole.

- Se lo merece mi yerno favorito. -habló mi mamá.

- No seas chupa medias. -dije haciendo reír a mi suegra.

- Es medio tonto a veces, pero la quiere mucho a Lucía. -contó ella.

- Yo también lo quiero mucho. -dije completamente enamorada.

Pasaron unos cuantos minutos cuando la peluquera había terminado de peinarme y quedé embobada al ver el peinado que me había hecho, era tal cual lo que yo quería. El pelo estaba recogido sobre las orejas por unas trenzas que se unían y en lo que restaba de pelo suelto, las puntas estaban onduladas, sin decir que todavía faltaba verlo con los apliques y esas cosas.

Estaba emocionada a más no poder, sabía que el casamiento con Paulo iba a ser el mejor día de mi vida. Él era el amor de mi vida.

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Tenía pensado empezar a escribir los últimos capítulos, pero pensé y pensé hasta que decidí alargarla un poco más. Probablemente la novela se alargue hasta la final del mundial (aunque eso depende de como le vaya a la selección). Así que nada, quería avisarles eso por si ven que se hace un poco extensa.

Papá Soltero {Paulo Dybala} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora