Pasaron las semanas y nada parecia cambiar. Tu seguias con tu mirada perdida, y yo estaba perdida en ti.
Llegó un momento en el que me deaste de importar, me dejo de importar lo que hacías, a donde ibas, cómo estabas.
Ya nada era lo mismo, aunque nunca fuimos nada, ya no sentía lo mismo.
Mi pequeño Igor, qué nos pasó, que te sucedió, por qué actuabas de esa manera...
Si te soy sincera, me olvide de que existías. Hasta que.....
Tú y otra chica.
Fue todo lo vi, fue todo lo que basto para terminar de romperme, fue lo único que necesitaba para dejarte ir.
Desde el primer día que te vi con esa chica, me dejaste de importar, y trataba de ya no mirarte, porque el solo verte me lastimaba, el saber que ya no me ibas a mirar nunca más, el saber que alguien mas estaba contigo.
Toda mi vida he creído que Dios hace las cosas por algo, y si el no nos quería juntos lo entendía. Pero no entendí por qué dolía tanto, mi pecho sentía una presión increíble cuando te veía, mi corazón dolió, mi vista se nublaba, y todo por ti.
Las ultimas semanas del semestre ya ni me importabas, ni siquiera me daba tiempo de buscarte, mi mente estaba mas concentrada en exámenes y en pasar a la Universidad que en saber si estabas bien.
Y así paso, mi pequeño Igor, deje que te fueras de mi vida lentamente...
