Y entonces pasó, mi pequeño Igor, empecé a cambiar, por ti, por mi, ni siquiera estaba segura de cual era mi motivación.
Comencé a ir al gym, comencé a cuidarme, comencé a preocuparme por mi, comencé a ir a terapia con un psicóloga, comencé a quede hacer todo perfecto.
Al principio creia que lo hacia por ti, pero cuanto mas pasaba el tiempo, me di cuenta que lo hacia por mi. Porque volvía.
Lo que pasó fue maravilloso, porque empecé a amarme, a quererme, a pesar de los cambios que estaba haciendo, empecé a mirarme con otros ojos, ahora, ya no me despreciaba, ahora me sentía suficiente para mi y para alguien más.
Recuerdo que volví a creer en un futuro, volví a creer en mis sueños, volví a creer en mi.
Pero entonces la pregunta me invadió.... ¿Todavía sentía algo por ti?
¿Todavía me gustaba el juego de miradas? ¿Todavía te quería en mi mundo feliz?
No fue fácil saber la respuesta. Recuerdo mis vacaciones pensando en eso, ¿realmente me aceptarías ahora, o seguiríamos como siempre?
Solo estaba segura de algo.
Si Dios quiere que estemos juntos, mi pequeño Igor, íbamos a estarlo.
