Capítulo 23

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REVELACIÓNES 3/3

¿Cómo puede soltarme algo así? Siento que en el cualquier momento despertaré de este absurdo sueño.

La mire insegura... - ¿Me encontraron? Y lo dices así, como si nada estuviera ocurriendo - alcé un poco la voz y ella solo me miraba angustiada - ¿están aquí?

- Si, puedo sentirlos - sus ojos de inmediato se llenaron de lágrimas.

- Eso significa que no hay uno solo, hay varios - Neith seguía rascando su nuca y soltando varios suspiros.

Inclinó su rostro - los puedo sentir, no es solo uno, a eso me refería cuando te dije que te cuidarás, el collar será tu defensor por ahora.

- Abuela debes protegerme, tengo mucho miedo - dije casi en un ataque de nervios.

- No cariño - acarició mi hombro - ya no puedo, esto ahora te corresponde a ti y se que puedes, eres más fuerte de lo que piensas, Neith también esta contigo.

- ¿Pero cómo me dices esto? - alcé un poco la voz - dijiste que no querias que supiera nada para que no estuviera en peligro y ahora me tiras directo a la boca del lobo, ¿Por qué desde un principio no fuiste sincera? Así me hubieras ahorrado morir tan joven - grité. Sé que fui muy dura y por más que trato de entenderla, simplemente no puedo.

- Cuidado como me hablas Debby Collins, si te lo hubiera dicho en ese entonces, no hubieras podido hacer nada, aún no estás entrenada.

Suspire - de acuerdo ¿qué debo hacer? - en ese momento recordé mi trato con Kamil... Ella me dijo que me sacaría de dudas, tal vez ella sepa algo de los protectores... ¿Pero cómo le explico todo esto? Ahora si creerá que estoy completamente loca - ¿De qué se trata el supuesto entrenamiento? - pregunté más calmada

- Te enseñaré a controlar tus poderes y a combatir con los Kertas - Neith y yo nos encontrábamos en un especie de trance, aun nos costaba creer todo esto.

- Abuela... Muy en el fondo se que puedo hacerlo, pero debes entenderme, me es muy difícil creer todo esto - la abuela cambió totalmente su expresión, ahora se veía frágil y conmovida.

- Mi pequeña Debby - se acercó y me acurrucó en sus brazos - todo estará bien, se que tu acabarás con esta maldición que nos ha causado tanto dolor, yo me encargaré de eso - acuno mi barbilla para que la observará mientras hablaba - tendremos entrenamiento todos los domingos a las nueve de la mañana hasta que termine el semestre, luego entrenarás todos los días conmigo - asentí - cariño... ¿Tus amigos están al tanto de todo esto?

Dude en responderle por unos segundos, tenía miedo de su reacción, pero no podría ocultarles algo tan delicado a los chicos, tarde o temprano ellos se darían cuenta de todo.

- Si abuela, no podría ocultar algo tan delicado, después de todo crecí con ellos.

- Perfecto - soltó una sonrisa bastante inusual para mi gusto - ellos deben asistir al entrenamiento, necesitaré su ayuda - no entendía su objetivo, solo obedecí al mandato - y Debby... Cuidado con lo que haces y con quienes vas a hablar, no pueden seguir ocurriendote cosas extrañas porque serás un blanco muy fácil - frunci el entrecejo, no entendí a qué se refería exactamente.

- ¿Por qué sería un blanco fácil? - pregunté.

- No te acerques a extraños... Aún no sabes las cualidades de un kerta y cómo puedes detectarlo, aún eres novata y seria más que peligroso - explicó o mas bien advirtió.

- Odio cuando me llamas novata - rodee los ojos - ya tengo que irme, los chicos deben estar preocupados.

- Debby tiene razón, yo tengo practica en una hora - explicó Neith con voz apagada - abue... Te prometo que la cuidaré, haré todo lo que este a mi alcance para protegerla - me quede pasmada observandolo, yo no podía creer lo que acababa de decir, Neith me ama, en verdad me ama. No me contuve y lo abracé; es increíble cómo los problemas llegan a unir familias.

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Llegó el día esperado por todas las putas digo, alumnas del Clarkson. Es sábado, les hablé a los chicos de mi trato con Kamil el día de ayer, Neith quizo matarme por aceptar algo así sin avisarle, Rosslik pensó que era una muy mala idea, Pato jamás a confiado en Kamil, y yo... Bueno, yo solo los convencí de seguirme la corriente y que asistieran a nuestra reunión. El viernes fue un día libre de clases para que todos pudiéramos conseguir los trajes para el baile.

Kamil ha estado enviadome mensajes estos dos días para estar al tanto de cómo van las cosas, mientras yo sigo aniquilandome poco a poco, no es fácil fingir una relación con quién ya tuviste una. Me duele saber que él es un vil mentiroso, me duele que detrás de esa hermosa sonrisa exista ese monstruo del que tanto me han hablado.

- ¿Todo bien? - Inok apareció detrás del arbusto que estaba al lado de mi banquillo.

- No - solté sin pensarlo.

- Esperaba un "si" por respuesta, pero ya que insistes - se acomodó a mi lado - cuéntame.

- ¿Estas loco? - trate de alejarlo - Nill puede vernos y créeme que ya no quiero más problemas - advertí.

- Calma, nadie nos verá aquí - señaló todo el lugar con una sonrisa en el rostro - ¿no ves que solo nos rodean arbustos? - deje de hacer fuerza sobre su pecho y suspiré - o... ¿Solo te pongo nerviosa? - se acercó demasiado a mi rostro y juró que por ese momento perdí la respiración. Observaba mi rostro, lo se porque sus ojos no paraban de dar vueltas.

- Inok... Deja de bromear conmigo - arrastré mi cuerpo como pude hasta el otro extremo del banquillo, pero el muy imbecil me siguió sin despegar sus ojos de los mios - te... Dije que te dejaras de bromas o te golpeó.

- Hazlo - dijo lentamente. Su rostro estaba tan cerca del mío que ya no podría aguantar un segundo más, sentía como mi cuerpo se quemaba, este chico activaba cada célula de mi cuerpo con una mirada. ¿Qué me pasaba? Tenía que hacer algo pronto...

- ¡Aléjate! - le pegué en el pecho, pero no me di cuenta de que estaba en el borde del asiento y casi caigo si Inok no me hubiera sostenido por la cintura.

- ¿Nunca puedes hacer nada bien? - aún me sostenía en el aire, sentía tanta rabia que en cualquier momento lo mataría. Notó mi reacción y me devolvió al asiento o... ¿Podría decir su pecho? Porque es justamente donde me encuentro, me sostenia la cintura con firmeza, como si jamás quisiera soltarla, su respiración golpeaba mi cara y no podía dejar de pestañear, es lo que hago cuando me pongo muy nerviosa además de recitar 100 trabalenguas por minuto.

- ¿Qu- que te pasa? - el respiraba, pero yo me había quedado sin oxígeno ¡Dios! Él es demasiado. Mi enojo había desaparecido en el momento que choque con esos orbes verdes azulados que hacian de mi un ovillo, seguía ahí sin decir media palabra, solo observándome - Si no dirás nada... Sueltame porque me estas asustando - trate de girar mi cabeza y evadir el hecho de que sentía unas ganas inmensas de besarlo, si, ESTABA LOCA POR BESARLO.

- Debby - escuché mi nombre de su hermosa voz y mientras voltee a mirarlo, tomó mi barbilla y pego sus labios a los míos.

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Holasaa!
Aquí terminan las 3/3 revelaciones.

PD: BESO! Debby & Inok en multimedia (^_-)

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