Los chicos decidieron quedarse para que la situación no fuera más incómoda. Además, es mejor conversar a solas, ella no es muy sociable que digamos.
Me detuve en la puerta de la casa para calmar los nervios que estaba sintiendo en este momento.
Tengo maestrías y doctorados en la carrera de exageración.
Abrí lentamente la puerta y como siempre, se escuchaban murmullos en la cocina. Fui hasta allá y era mamá charlando con Neith.
- Hola mamá, ya volví - traté de poner mi mejor cara, no me sentía muy cómoda en casa después de saber tantas cosas ¿Mamá sabrá algo sobre esto? Tal vez si, o no... Sólo quiero salir de dudas.
- Hola cariño ¿Dónde estuviste? - vino hasta mi y me tomo por los hombros tranquilamente.
- Estaba en la casa de Ro, tenia mis apuntes y necesitaba traerlos para no olvidarlos mañana - salió a relucir mi sonrisa falsa.
- Pero no los traes contigo ¿Donde los dejaste? - miró mis manos unas cuantas veces - te conozco ¿Qué me ocultas? - su rostro cambio de adorable a molesto, no puedo creer lo mucho que mi madre me conoce.
- Hasta que aparece mi amada nieta - ¡salvada por la campana! hizo presencia la abuela en la cocina - ¿Por qué no esperaste a esta anciana en casa? - el corazón me palpitaba a una velocidad increíble, creo que si no me calmó nada saldrá bien.
- Yo... Quise dar una vuelta hasta que llegarán - le sonreí de la mejor manera que pude.
- Estas muy extraña hoy ¿pasa algo? - preguntó la abuela con un tono de preocupación.
¡¿Soy tan mala fingiendo?!
- No, sólo estoy un poco cansada. - respondí lo más tranquila que pude.
- Les miente - intervino Neith - ella ha estado comportandose extraño desde hace unos días - le envié un mensaje no verbal a Neith y este sólo lo ignoró.
- ¿Qué te está pasando Debby? - hablo la abuela con el ceño fruncido.
- ¡Nada! Además, ¿desde cuándo te ha importado lo que me pase Neith? - respondí desafiante - ¡no seas metiche!
- ¡No más! By, no vuelvas hablarle así a tu hermano, él solo estaba preocupado - habló mamá molesta.
- Lo siento, abuela... - es el momento indicado - ¿podemos hablar un momento a solas? - trague saliva dos veces y me mantuve tranquila.
- Claro - la abuela dio una mirada a Neith y a mamá, estos salieron enseguida de la cocina - puedes hablar tranquilamente - me sonrió.
- Abuela... - solté un suspiro y sacudi mis manos dos veces para calmarme - quiero hablarte del collar que me diste hace unas semanas, desde que lo tengo me han ocurrido cosas muy extrañas - cerré mis ojos por un momento para no perder la esperanza de que esto es una equivocación - quise investigar para no llegar a la conclusión de que me estoy volviendo loca - la abuela me observaba y escuchaba con la misma actitud de siempre, calmada y sin perder su postura, no me daba señales de sorpresa con todo lo que le decía - lo hice y no encontré nada lógico y hace unas horas entre a tu habitación - abrió un poco sus ojos, ahora si pude notar sorpresa en su rostro - lo siento, se que no te gusta, pero encontré un collar idéntico al mío y quiero saber... ¿donde los compraste? ¿alguna vez te sentiste extraña como yo? - termine de explicarle hecha una mierda.
La abuela soltó una risita - By, eso es normal, estas pasando por un momento difícil, recientemente perdiste a tu padre y es una herida que ni el tiempo logra curarla - me tomó por los hombros y acarició mi cabello con ternura - no estés sacando conclusiones apresuradas, los collares los compré en una tienda de accesorios, era para que siempre estuviéramos cerca de tu padre.
- Cómo se llama la tienda - tal vez ahí pueda encontrar respuestas.
- ¿Estas desconfiando de mi? - se notaba indignada.
- ¡No! Solo quiero saber el nombre de la tienda para encontrar respuestas - le sonreí para que no se preocupe.
- Cariño - se detuvo por unos segundos elevando la mirada hasta el techo - los compré en mi viaje a Londres hace 3 años - respondió sin mucha importancia.
Esto no me cuadra...
- Abue... Me acabas de decir que los compraste para que siempre estemos cerca de papá - sus ojos se dilataron más de lo común- no quería pensar esto - sentía como las lágrimas estaban a la puerta - ¿Por qué siento que me está mintiendo?
- ¡Debby Collins! Deja de decir estupideces, ¿qué insinuas? - me sorprendió muchísimo como la abuela respondió y actuó, es obvio que está nerviosa y que oculta algo.
- Sólo quiero que me digas la verdad de las cosas - Respondí sería.
- ¡¿Qué cosas?! ¿no te está cayendo bien la comida del internado? Porque al parecer te está dejando un poco mal, tienes que parar con todas esas estupideces Debby - no puedo creer lo nerviosa que se encontraba, no tenía nada que decir y este era el momento para sacarle todo.
- Sólo dime la verdad ¿De dónde sacaste esos collares? - trataba de no titubear, de mantener la postura y no cambiar mi tono de voz, necesitaba respuestas pronto.
La abuela soltó un suspiro - bueno...
Cuando la abuela estaba a punto de hablar, fuimos interrumpiedas por una llamada de Nill en mi celular, salí al patio por un momento y vi como la abuela subia callada a su habitación. Aquí hay gato encerrado, su actitud fue muy extraña.
Respondí la llamada
- ¿Bueno?
Hola preciosa, estoy aquí.
¡Ay no! - ¿Estás... Afuera?
Sep
Pude escuchar su risa.
- ¿Me espareras unos minutos en el parque que está a dos cuadras?
- Esta bien, allá te espero hermosa.
Colgué.
........
Salí a pasos agigantados. Solté mi cabello al natural, me puse unos jeans, un t-shirt negro a juego con un suéter de color blanco y unas botas negras. El estómago me da mil vueltas y verlo parado tan bien vestido me dan ganas de volver a mi casa y quitarme esto, traía unos jeans, una camisa azul marino que hacia contraste con su calentador gris y gorro del mismo color que combinaba a la perfección con sus botas, en pocas palabras, él es perfecto y me gusta. Salí de mi escondite y lo pinche por la espalda.
- ¡Llegaste! Pensé que te habías arrepentido.
- No, jamás te haría eso - le brinde una sonrisa - ¿a donde vamos? - pregunté ansiosa.
- No seas impaciente - contestó burlón - ¡vamos! - tomó mi mano haciendo que mi corazón latiera a mil por hora y subimos a su auto.
Teníamos alrededor de cinco minutos en una carretera que no conocía y en realidad no hablamos de muchas cosas.
- ¿A dónde vamos? Para no haber vivido aquí... Conoces muy bien el pueblo.
Soltó una risa - Eres demasiado curiosa - tomó mi mano y de inmediato volví a mi modo tomate - ya verás.
- Planeas violarme - me sonroje nuevamente al escuchar lo que acababa de decir.
¡¿Acaso me volví loca?! ¡¿Qué
estoy diciendo?!- Si fuera así no hubiera conducido por tanto tiempo - río un poco.
- Lo siento mucho, no se por qué dije eso - oculte mi rostro con las manos.
- Llegamos hermosa....
¤¤¤¤¤¤¤¤¤
Holasaaaaa! Ya tenía el capítulo casi terminado hace unos meses y no tenía el tiempo para terminarlo, perdón! Prometo dejar la vagancia y dedicarle más tiempo a la historia. Gracias por esperarme y.... Disfruten el cap.
Ciaaoo!!
PD: Los tortolos en multimedia.
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QUOD SUM?
Fiksi Ilmiah-¿Por qué no pueden dejar de hacer daño? -pregunté llorando sin cesar. -No lo podemos evitar - respondió con firmeza- es como si nuestras acciones fueran propias, pero el destino nos impulsa a torturar, destruir, hacer daño y causar dolor, es impo...