El despertar

La playa

Una leve brisa movía las copas de los arboles. Hacía bastante frío y el cielo estaba cubierto de nubes.Sin embargo, el sol intentaba asomarse, luchando con las esponjosas nubes. Se podía escuchar algún que otro animal vagar por el entorno lleno de arboles muy tupidos.

Un tibio rayo de sol iluminó su cara haciendo que despertara de tan plácido descansar. Cuando por fin pudo incorporarse, notó cierto dolor en su cuello, producto de haber dormido en el frío suelo. Todavía podía verse las pequeñas brasas brillar en un tono naranja, casi apagadas. Pasaron unos minutos hasta que James volvió a recordar la realidad que estaba viviendo. Aún seguía bastante conmocionado por todos los sucesos que habían ocurrido.

"Es increíble que esté pasando. Mi madre, mis amigos, mis vecinos... Ojalá alguien supiera decirme que esta pasando." pensaba el chico mientras comía una pequeña barra nutritiva que tenía en su bolsillo.

—Sea lo que sea que esté sucediendo... tengo que continuar.—   se decía así mismo mientras empezaba a caminar por el bosque

James se encontraba ahora adentrándose en un bosque espeso y oscuro. Él estaba dejando todo atrás. Tampoco sabía si estaba siguiendo el camino correcto. Solo tenía el objetivo de saber que había sucedido con su madre. Sentía una tristeza brutal, estaba guardando muchos sentimientos dolorosos prácticamente inaguantables. Muchas veces ha estado al borde del llanto. Sin embargo, él sabe que debe ser fuerte.

Entonces el chico solo caminó y caminó. Solo se detenía para comer algo y beber agua. Los días pasaban. Sus suministros poco a poco se agotaban y él sabía que debía solucionarlo de alguna forma. Intentó recolectar algunas bayas de los arbustos que encontraba. También utilizaba las hojas más grandes para recoger agua de lluvia, la cual luego hervía para purificarla. Los días seguían pasando en ese bosque y cada vez subsistir se hacía más difícil. Lo único que lo ayudaba, eran esas fogatas que encendía en la noche. Al principio le costó acostumbrarse a hacerlas, pero poco a poco fue consiguiendo entrenarse y ahora se ha convertido en algo totalmente natural para él.

Una noche de mucho frío, mientras se preparaba para pasar la noche, pudo notar algo entre los arboles. No supo si era una persona o un animal. Solo notó algo parecido a una sombra. Esa noche se sentía observado, tenía mucho miedo.

"¿Qué habrá sido eso?"

"¿Estaré alucinando?" pensó con mucho temor.

Finalmente James fue vencido por el sueño...

El viento soplaba cada vez más fuerte y las copas de los arboles tambaleaban de un lado a otro. El frío en la noche se acrecentaba y unas nubes extremadamente grises comenzaron a posarse en el oscuro cielo...

Al día siguiente el joven aventurero despertó muy temprano y muy hambriento. Necesitaba de forma urgente algún tipo de alimento, al menos agua. Estaba muy débil.
Fue así como empezó a caminar sin descanso...
Poco a poco James notaba que el bosque empezaba a tener menos arboles. Como si cada vez fueran más esporádicos.
Estaba a punto de rendirse, pero algo le dijo que no lo hiciera...

Y por fin la encontró...

—¡Una playa!—  gritó mientras mostraba una sonrisa de oreja a oreja.

James sabía que con la ayuda de algún palo en punta lograría pescar algún pez.
Y así fue...
Luego de encontrar un palo parecido a una lanza salió en busca de su presa.
Aquel pez dio su vida... dio su vida, pero James la recuperó

Al caer la noche nuevamente, el chico armó la fogata que tanto amaba. Y ahí durmió, junto al fuego y a la hermosa playa, pensando en como continuaría en busca de su madre...