Regenbogen Augen Maiden

Explicación

Que cosa no se puede decir que ya se haya dicho. Soy una persona a la cual le cuesta tomar un solo camino y mantenerse firme. Que con el mínimo error es suficiente para considerar otras opciones.
Para quienes hayan tenido la oportunidad de leer Xenoverse Warriors, la versión anterior, se habrán dado cuenta de que muchas cosas estaban ahí porque sí. Explicaciones largas para un universo complejo que traté de meter muy rápido. Personajes que no tenían objetivos claros, mientras que otros eran como eran porque… sí. Básicamente la novela se volvió un artilugio plástico que me sentía obligado a continuar.
Los personajes tampoco me hacían empatía. Comenzaron siendo unas copias de personas que conocía en realidad y pronto cambiaban de personalidad y actitudes porque sí. Porque debía ser así en la trama para que no fueran personajes de adorno y eso la verdad me dejaba muy mal sabor de boca.
La visión de la saga comenzó muy lenta, y no me refiero al desarrollo de la historia en sí, me refería al mensaje que quería transmitir. Quienes interactuaban con Abraham estaban casi muertos, como si fueran voces en su cabeza que te dicen lo que quieres oír porque es su voluntad, porque quería sentirse bien o verse genial.
Me arriesgo a sacrificar el “éxito” de Xenoverse Warriors solo para recrear una saga que realmente tenga ganas de escribir. Quizás me demore más, quizás tenga más ánimos y me demore menos. No quiero prometer cosas que no cumpla.
Para terminar, siempre quise que Abraham fuera un reflejo de mí: una persona de varias facetas que cambiara dependiendo de la situación emocional que tornaba su cabeza. Terminé creando un protagonista de Shonen gritón como Naruto o Goku, pero bipolar/muerto como Ken Kaneki fusionado con Kirito. Pasó de ser un poema a un escape infantil de la realidad. Qué asco me doy a mí mismo.