Capítulo 5: Verdades de nuestro pasado.

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Cuando él le dijo que el momento había llegado, no entendió exactamente  a qué se refería, la llevó a la pradera de Hyrule y se dispuso a hablarle seriamente

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Cuando él le dijo que el momento había llegado, no entendió exactamente a qué se refería, la llevó a la pradera de Hyrule y se dispuso a hablarle seriamente.

-Zelda. Ya llegó la hora de las verdades. Sé que es pronto pero el destino está moviendo sus hilos.

- ¿De qué hablas Link?, ¿El destino?

- ¿Quieres saber por qué estoy aquí?

-Si... sinceramente es algo que me intriga, es decir, alguna vez mencionaste que cruzaste la línea sin permiso, ¿a qué te refieres con eso?

-No tengo permiso de estar en este mundo Zelda.

- ¿No?

Él negó con la cabeza. Miró al horizonte mientras el sol del amanecer apenas si salía.

-Pero... vas a decirme algo triste ¿verdad?

-Es necesario. De lo contrario cuando llegue el momento podría ser muy doloroso.

La princesa agachó tristemente la mirada y caminó hacia el castillo de Hyrule.

-No te vayas Zelda. No me dejes aquí solo... pronto llegara y necesito que nos acompañes.

- ¿Acompañes?

Pero Link no respondió a su pregunta, porque en ese instante se escucharon unos leves pasos, la princesa se viró a sus espaldas en donde unos curiosos ojos violáceos le sonreían.

-Alteza- clamó alegremente haciendo reverencia.

- ¡Señor Aragón!.. yo... este- no sabía que decir, se había escapado de madrugada y en teoría nadie debería verla fuera del castillo.

-Es temprano- habló él con una sonrisa - espero que eso no le moleste.

La pobre princesa se quedó aún más confundida que antes. El adivino caminó hasta donde se encontraba Link mirando al horizonte.

-Señor héroe- saludo de la misma manera haciendo reverencia.

Los ojos de Zelda se abrieron de sobremanera y sintió como el corazón se le paralizaba.

- ¿Lo has traído?

-Sí. Tal y como usted me lo pidió- hizo un curioso chasquido con la boca y de entre los matorrales salió un bonito caballo blanco. - Ven Kelpie- lo llamó de agradable manera.

El caballo relincho de forma gustosa agitando la cabeza y haciendo que los largos mechones de su crin le taparan por completo la cara.

Link irguió una ceja de forma curiosa.

-Espero que de verdad no sea un Kelpie- habló de forma preocupada.

-Ya quisiera- dijo el adivino en tono sarcástico- pero no, es tan difícil encontrar creaturas fantásticas en estos días. De todas formas me hace ilusión llamarlo de esa forma.

Kai (2): Eternamente juntos... Eternamente SeparadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora