Me estampo contra la pared de su habitación, cerrando la puerta detrás. Su boca devoraba la mía con cada beso y esto comenzaba a salirse de control. Solté un gemido cuando Harry comenzó a jugar con mi cuello de una manera única.
—Mnh… Harry –susurre—
—Te lo advertí, preciosa –dijo con voz ronca— ¿En realidad crees que voy a detenerme ahora? Tienes que ser mía
Su lengua recorrió mi cuello brindando pequeñas mordidas, mis ojos se cerraron y no pensaba detenerlo porque me gustaba. Él me gustaba muchísimo. Mis tacones cayeron al suelo en cuestión de segundos y las manos rápidas de Harry se encargaron de bajar el cierre de mi vestido.
—¿Estás seguro de esto? –pregunte con la respiración agitada—
—Siempre he estado seguro de esto –sonrió—
Aquellas palabras fueron las últimas que dijo. El vestido desapareció de mi cuerpo y allí estaba yo. Semidesnuda ante él, con las piernas temblando porque no quería decepcionarlo. Sus labios me encontraron de nuevo y apretó su cuerpo contra el mío.
—Eres hermosa –susurro—
Abracé su cuello al escucharlo decir eso, quería creerlo. Soltó una pequeña risa mientras me besaba. Lo deseaba y si estaba loca… era únicamente por él. Sus manos tocaron mi espalda delicadamente, sus dedos resbalaron entre mi piel llegando hasta el broche de mi sujetador y me separé escasos centímetros.
—Harry –murmure— Yo… yo… eh…
—Lo disfrutarás, amor –me miro— Lo prometo
Desabrocho el sujetador con tanta facilidad que me sorprendió. No aparte las manos de este solamente para que no cayera. No estaba pensando muy bien, y dudaba que alguien pudiese pensar claro teniendo a Harry Styles de esa manera. Tan malditamente caliente.
—Créeme –sonrió— Quiero verte, joder. Yo me encargaré de todo… estarás bien
—¿Y si no te gusto? –pregunte ruborizándome—
—¿Cómo no vas a gustarme? –pregunto deslizando sus manos por mi cintura desnuda— Te he deseado desde que te vi… quiero verte –me miro— Desnuda
Tomó mis manos y las separo de mis senos lentamente. El sujetador negro cayó al suelo y los ojos de Harry brillaron de lujuria. De un momento a otro, él había perdido su camiseta pero aún tenía los pantalones puestos y yo quería quitárselos.
Volvió a pegarse a mí, haciendo que mis senos quedaran atrapados en su torso. Abracé su cuello nuevamente mientras que él no apartaba sus manos de mi cintura. Introdujo su húmeda lengua en mi boca y yo hice lo mismo. De pronto, las manos de Harry bajaron un poco más, llegando hasta mi trasero y lo apretó fuertemente.
—Estás mojada –susurro y no me lo estaba preguntando, estaba confirmándolo—
Asentí con la cabeza, había perdido la cordura… por él. Necesitaba sentirlo, saber que era mío. Me miraba y note mi lápiz labial esparcido en su cuello, mentón y labios. Me ruboricé aún más.
—Estás mojada para mí, ¿cierto?
Sus dedos bajaron por mi abdomen, hasta llegar al borde de mis bragas, las estiró ligeramente e introdujo el dedo índice. No pude evitar que un gemido se escapara de mis labios, ese hombre estaba volviéndome loca.
—Oh…
—¿Qué? –sonrió burlonamente— ¿Estoy haciendo algo malo?
Movió su dedo en círculos, tocando mi clítoris. Por un momento me olvidé de todo, aquello era estúpidamente bueno. No quería terminar.