Capítulo 9

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Aclaración: No soy dueño de Naruto ni de Sekirei, tampoco de cualquier personaje de otro anime/manga/videojuego que aparezca en este fic.

ADVERTENCIA: Este capítulo contiene lemon

Capítulo 9

-¿Dónde estoy, dattebayo?- Se preguntó Naruto en voz alta mientras miraba a su alrededor. Se encontraba parado, en el medio de un claro circundado por árboles, salvo por un sendero de tierra.

-Qué extraño- El rubio levantó su mirada al cielo. Era una noche despejada de luna menguante que no opacaba a sus compañeras en el cielo. Era la noche de las estrellas.

El viento sopló. Naruto sintió la fuerza del viento en su rostro, en su cabello, y en todo su cuerpo. Las hojas de los árboles se desprendieron llenando de musicalidad sus oídos.

De repente escuchó una risita muy cerca de él. De un salto se volvió hacia el lugar de donde procedía el sonido, pero no halló a nadie. La risa se escuchó de nuevo, pero esta vez el joven tuvo tiempo de atraparla con la mirada; una chica lo observaba desde la alta rama de un árbol cercano.

Naruto la miró detenidamente. Tenía el cabello largo de color rubio, piel blanca, ojos azules claros, y orejas de elfo. Tenía una figura muy increíble, delgada, curvilínea, con grandes senos bien parados, una cintura fina y caderas voluptuosas. Traía puesto un vestido verde hasta medio muslo, con una cinta blanca rodeándole la cintura, unos guantes de color blanco, unas sandalias blancas, unas medias mallas blancas hasta arriba de las rodillas, y un sombrero amarrado al cuello.

-¿Quién eres?-

La chica soltó otra risita, y bajó de un salto del árbol, haciendo rebotar sus grandes senos.

Se quedaron mirándose un largo rato hasta que ella habló.

-Naruto-kun, sigueme- Se giró y corrió hacia hacia los árboles.

-¡Hey, espera!- Gritó el ojiazul, corriendo tras ella. -¿¡Cómo sabes mi nombre!?-

Ella no respondió.

Corrieron varios metros, saltando raíces y esquivando ramas y arbustos. Llevaban casi diez minutos en lo mismo, ya con algunos raspones en las piernas y brazos.

-Por aqui- Le indicó la rubia, adentrándose en un arbusto, Naruto la siguió después, y salieron en un enorme lago.

La inperturbable superficie del lago reflejaba como un espejo la luna y las estrellas que se alzaban en el vasto firmamento, los grillos emitían su canción y las luciérnagas danzaban alrededor del lago, dando un toque mágico al lugar.

-Wow- Fue todo lo que pudo decir Naruto.

La rubia se acercó a la orilla, se quitó las sandalias y las medias, y metió sus pies en el agua.

Naruto la escuchó sonreir de nuevo, su risa era suave y fresca, tranquila, llena de paz y sincera.

Su mano se deslizo sobre el agua, acariciando la superficie, jugando.

El viento sopló alrededor de los dos, trayéndoles el olor dulzón de las flores que se abrían de noche.

-Naruto-kun, ven- Susurró la chica elfa, girándose hacia él, con los brazos abiertos.

El ojiazul se quitó las zapatillas y las medias, y se acercó a ella. -¿C-cómo sabes mi nombre?-

-Jeje, porque soy tu Sekirei- Y se abrazó a él, rodeándole la cintura con sus brazos, y enterrando su cara en su pecho.-Soy Tiffania, Sekirei N° 99-

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