MinSeok había regresado en la tarde a su casa, tomando un taxi debido a lo tarde que era, esperaba que sus padres no se molestaran con él. Aunque lo más probable es que estuvieran en la sala con un gran sermón en la punta de sus lenguas, sus sirvientes le abrieron la puerta y le dieron la bienvenida y justo cuando quiso cruzar la sala para correr a las escaleras fue detenido por el aclaramiento de garganta de su padre.
Cabizbajo se dirigió hasta donde se encontraban sus progenitores.
—¿Has visto la hora? —su madre señaló su reloj de mano.
—Lo siento madre precisamente por eso no he notado el tiempo, pido una disculpa —se inclinó a en un ángulo de noventa grados.
—¿Dónde has estado?
MinSeok no tenía amigos con quien hablar y el único amigo que tenía era su primo JunMyeon que estaba en Alemania por su gran intelecto. MinSeok no tenía amigos porque todos los chicos de su edad les gustaba tomar, drogarse, tener aventuras de una noche, ninguno compartía sus pensamientos pero así estaba bien no se entrometían en sus sueños. Y sus padres estaban complacidos de que no tuviera un amigo o un novio que terminara con su hijo prodigio.
—Estaba escuchando al cantante del parque.
No iba a decirles que se habían besado y mucho menos que eran novios. Su primer novio, un cantante de calle. Sus padres estarían en contra, pero JongDae no tenía la culpa de que sus padres lo abandonaran y lo dejarán a su suerte. Simplemente hay que gente que lastima a otra sin saber el daño que hace.
—¿Me dices la verdad?
MinSeok asintió, en su vida había mentido, pero esa era la primera vez y era piadosa para protegerse y proteger a su novio.
—Lávate las manos que ya vamos a cenar.
MinSeok subió corriendo las escaleras. Al llegar hasta su habitación cerró la puerta y saltó de emoción, ¿así se sentía el amor? Una sensación que te llenaba en el pecho, una sensación en el estómago que le hacía cosquillas. El muchacho sacudió su cabeza antes de lavarse las manos.
Un nuevo día llegó y JongDae seguía cantando en ese parque acompañado de la guitarra de su amigo Yi Xing, el chino también tenía una hermosa voz con la que a veces acompañaba al muchacho. La gente solía verlos como algo tan genial pero no podían hacer más que darles una moneda o en su caso grabarlos por unos minutos.
MinSeok estaba ahí como de costumbre escuchando a JongDae dedicarle las partes más sensibles y románticas de la canción. Su mano en el pecho le indicaba al cantante que le había encantado cada palabra.
—Se siente muy bien estar aquí contigo —dijo MinSeok cuando las estrellas bañaron el cielo y el color negro lo pintó —. ¡Mira JongDae cuántas estrellas deslumbrantes, me gustaría ser una!
—No necesitas ser una estrella para deslumbrar, no necesitaste ser una para enamorarme —miró el cielo como su novio.
—Sabes no solamente eres un cantante, también eres un poeta, ¿a cuántos has enamorado así? —se cruzó de brazos fingiendo molestia.
—Tal vez seas al único que haya enamorado —habló JongDae.
MinSeok lo pensó y le plantó un beso en los labios.
—¿No te molesta? —JongDae miró al pianista.
—¿Molestarme qué? —parpadeó un par de veces.
—Tenerme como novio, recibir besos de un don nadie —suspiró profundamente —. De alguien que no vale nada.
Bajó su mirada. MinSeok tomó su mentón e hizo que lo mirara a los ojos.
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Calles y Canciones ♪ ChenMin
RomanceKim JongDae es un cantante de calle, a sus dieciocho años tuvo que aprender a vivir solo, a ser independiente debido a que no contaba con ningún familiar así que trabajar en la calle no es tan malo aprendes muchas cosas de ella tanto buenas como mal...