Hurts

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JongDae volvió a casa totalmente herido. MinSeok lo había negado, nunca había tenido el sentimiento de tristeza y querer llorar pero ahí estaba sentado en la cama mirando el suelo con una expresión totalmente triste. Las lágrimas comenzaron a resbalarle por las mejillas era un muchacho de dieciocho años que se desahogaba debido a la decepción que sufrió. El amor podía ser muy cruel e injusto. ¿Pero cómo se reacciona ante el dolor? JongDae había conocido el romance un par de veces muy escasas pero el amor nunca y con MinSeok lo experimentó mas dolió.

No contó el tiempo que se la pasó llorando hasta que escuchó la puerta se cerrarse, sabía que era Lay con la cena de esa noche, se limpió las lágrimas e iba a fingir que todo estaba bien.

—¿Qué tal te fue? —Yi Xing sonrió con para sentarse a un lado de él —. ¿Le diste la rosa?

—Le di la rosa —contestó con desgano.

Lay era tan cercano a él que inmediatamente se dio cuenta de la tristeza de su mejor amigo.

—¿Qué sucedió? —preguntó dispuesto a ponerle toda la atención que se merecía.

Como los amigos que eran iba a aconsejarle pero sobre todo a escucharle.

—No sucedió nada.

—A mí no más a engañarme, dime, ¿qué sucedió? —insistió.

—Fui a su camerino y lo felicité, nos dimos un beso y luego llegaron sus padres, preguntaron quién era yo. ¡Me negó Lay, me negó!

Su mirada estaba en un punto fijo.

—Te dije que esos niños bonitos y millonarios no son los indicados para nosotros —aclaró.

Recibió un abrazó del chino.

—Tenías razón y yo no te hice caso.

Expresó totalmente triste. Tal vez no le hubiera importado tanto si no hubiera estado tan enamorado del muchacho pero cielos que sí dolía y dolía mucho tal vez saber que no era nada comparado con MinSeok y que por eso le dio vergüenza presentarlo frente a su familia. No quería pensar que era por la ropa o por ser pobre.

—Hay muchos peces en el agua —intentó animar.

—Ya había atrapado a un gran pez pero tengo que dejarle ir —JongDae se hallaba totalmente afligido.

—Mejor vamos a cenar que no es bueno que tengamos hambre, no podemos ir a la cama con el estómago vacío —se levantó de la cama con la esperanza de que su amigo lo siguiera.

—Yi Xing —llamó.

—¿Qué? —preguntó con aquella cara que no utilizaba cuando no entendía nada.

—Gracias.

Yi Xing sonrió.

—Para eso estamos los mejores amigos —un hoyuelo apareció en sus mejillas.

—¿Quién dice que somos mejores amigos? —eso sorprendió a Lay —. Somos los mejores hermanos.

Aclaró e inmediatamente el otro se aventuró a robarle un abrazo. Ellos dos se conocieron una noche cuando JongDae volvía del parque donde trabajaba, era un adolescente de diecisiete años en ese entonces, pasó por callejón cuando escuchó gritos de alguien pidiendo ayuda, en ese momento sólo se le ocurrió silbar e imitar la voz de un policía salvando la vida del pobre chino que iba a hacer abusado por un par de hombres. Chen le enseñó coreano y Lay chino, en ese momento se convirtieron en los mejores amigos que el mundo pudiera conocer.

Un nuevo día comenzó y ahí estaba él cantando de nuevo a diferentes personas en algunas ocasiones eran las mismas sin embargo daba igual mientras dejaran unas monedas no contenía ese brío y el humor decayó al ver al pianista entre la poca gente que estaba ahí con una sonrisa que no le correspondió. El corazón de MinSeok se empequeñeció ante esa situación. Culpa sentía.

Calles y Canciones ♪ ChenMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora