15. Peso muerto.

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—Aurora, ¿estás bien?

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—Aurora, ¿estás bien?

Aurora no podía describir cuanto odiaba esa pregunta. Le parecía estúpida y sin sentido; era bastante obvio que no se sentía bien. Solo hacía falta mirarle la cara para darse cuenta de lo alterada que se encontraba.

Odiaba la pregunta porque se veía obligada a responderla. La odiaba porque, últimamente, cada vez que se la hacían tenía que mentir. Era mucho más fácil murmurar un "sí, estoy bien" y componer una sonrisa en lugar de explicar todo lo que le pasaba.

Así que eso mismo hizo.

—Que bien —ensanchó su sonrisa—, porque no tenemos tiempo para distracciones, necesitamos decidir cuál es el tema del baile, cuáles serán las decoraciones, la música...

La representación del demonio en el cuerpo de una delgada chica de cabello rojizo siguió hablando sobre las millones de cosas de las que se debían de preocupar pero ella decidió hacer caso omiso. Finalmente sería ella la que se ocuparía de todo como siempre así que hizo oídos sordos y siguió escribiendo en su libreta, ajena a las quejas de la presidenta del consejo.

—Podemos repartir el trabajo a voluntarios a cambio de puntaje extra en sus asignaturas —opinó Dake jugueteando con un lápiz entre sus dedos—. Ya hemos hecho eso antes, no sería una mala idea. Con la apertura de más clubs, supongo que sería más fácil que nos ayuden.

Lisa asintió. —Aun así, nos quedan cosas de las que encargarnos —ojeó su carpeta donde los miembros del club habían dejado sus ideas. Las pasó una por una hasta detenerse en una—. Necesitamos hacer este baile el mejor que haya tenido esta universidad.

—No tiene sentido, Lisa, la gente solo estará un par de horas antes de irse a una fiesta improvisada —cortó Aurora con un suspiro.

Lisa no levantó la vista de la carpeta y simplemente le hizo un gesto para que se callara. Aurora frunció el ceño.

—Por eso organizaremos el primer baile de la historia donde la gente se quede toda la noche.

Julián soltó una audible carcajada que puso las mejillas de la chica del mismo color que su cabello.

—No va a pasar. Es físicamente imposible.

Lisa blanqueó sus ojos, frustrada. —Cállate, Julián.

—¿Qué te hace pensar que preferirían una fiesta sosa en lugar de una llena de alcohol y diversión?

Ambos empezaron a discutir y es allí cuando Aurora volvió a perder el hilo de la conversación porque realmente no le apetecía ser parte de esas pequeñas discusiones que se daban en cada reunión.

En lugar de eso, se volteó hacia su amiga quien tenía su mirada fija en ella.

—Deja de mirarme así —murmuró.

Doble Error.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora