Devon miró en dirección al sillón negro de cuero que adornaba la habitación. Se sentía agotado, había sido un día largo y estaba seguro que no solo lo era para él. Podía verlo en su mirada de Joshua que, desde el sillón, jugaba con sus manos mientras sus ojos de movían de un lado a otro pensando en quién sabe qué.
Devon era observador. Era una cualidad que luego de un tiempo viviendo de esa manera, se llegaba a aprender. Nunca de la mejor manera, pero era necesaria. No sabía lo que estaba pensando exactamente el menor de los Hughes, pero se daba una idea.
Se cruzó de brazos y apoyó la espalda en el librero. Su celular vibró en su bolsillo sin embargo decidió que no era necesario responder en ese momento. No tenía tiempo para la castaña en ese momento. Ya tenía mucho con lo que lidiar y, de cualquier manera, sería lo mejor mantener un poco de distancia hasta que todo se resolviera.
Como si eso fuera remotamente posible, se respondió.
Trevor salió del pequeño baño. La sangre en sus manos se había ido y, al igual que su cabello, estas ahora se encontraban ligeramente mojadas, aunque intentaba deshacerse de aquello con una toalla.
Le dio una mirada de reojo a su hermano antes de sentarse en el sillón frente a él. Todo con aquella postura despreocupada que sacaba de quicio a Joshua.
—Esto es desastre —escupió Joshua. Su frustración era palpable—. Y tú estás allí, sentado, como si no te importara.
Devon miró hacia Trevor pero este no parecía reaccionar ante las emociones que desbordaba su hermano.
—Es lamentable, sí.
Joshua rodó sus ojos. —¿Te escuchas? Eres detestable, todo te es tan indiferente. Te crees superior al resto, pero solo eres un chiste.
—No te equivoques, Joshua. La situación no me es indiferente —dijo, aunque sus acciones no amparaban sus palabras—. Pero sabías que esto pasaría si te seguías involucrando con ella, te lo advertí. Decidiste ignorarme así que no trates de lucir sorprendido. Y no me creo superior al resto, simplemente no soy un idiota que se nubla por sentimentalismos.
Admiraba el control sobre sí mismo de Trevor. Siempre lucía tener todo bajo control incluso si era todo lo contrario, como en ese momento. Su hermano, por otro lado, era mucho más apasionado y aquello, muchas veces, le jugaba en contra.
Los puños de Joshua se cerraron. Cerró sus ojos y le tomó un par de respiraciones volver a tranquilizarse. Pero pareció no ser suficiente, al impulsarse lejos del sillón y quedarse parado frente a su hermano.
—¡Se supone que tenía que protegerla, imbécil! —exclamó—. Si tan solo tú...
Trevor arqueó una ceja. —No me eches la culpa de tus errores, Joshua.
—Te comportas como un gran hijo de puta. Pudiste haberlo previsto, nunca tuvo que suceder.
—Tu deber era mantenerla lejos hasta limpiar el desastre, pero ni siquiera pudiste controlarla por un segundo.
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Doble Error.
Ficção GeralConocerlos no fue un error, dejarse seducir por ellos sí. Uno es el aire que necesitas para vivir, el otro es el fuego que te mantiene existiendo. La sonrisa que te agita el corazón o la mirada que te hace temblar las piernas. El que te roba el cor...