Capítulo 3

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-Así que esta es tu madriguera temporal.- Dijo Matt mientras observaba a su alrededor.

-Dinah tiene este departamento desde que cumplió dieciocho. Estuve a punto de morir así que creo que es buena idea pasar tiempo con mi hermana.- Dijo la ojiverde.

-¿Dónde está ella?.- Preguntó el pelinegro mirando otra vez a su alrededor.

-¡Laur! ¿Qué tal hot cakes para desayunar?

La rubia apareció por el corredor atando su cabello en una coleta y vistiendo su pijama que consistía en un pantaloncillo corto y una camisa que dejaba al descubierto uno de sus hombros. Se detuvo de inmediato al notar que su hermana tenía compañía pero sonrió segundos después al examinar detalladamente al soldado especialista en traumas.

-Oh. No sabía que recibirías visitas.- Dijo Dinah.

-Pues el es Matt, un compañero del escuadrón.- Respondió con simpleza la ojiverde.

-Y su mejor amigo. Ella siempre olvida aquella parte.- Bromeó el soldado sacando una risa de los labios de la rubia.

-¡Ey!.- Lauren le soltó un codazo llamándole la atención- Es mi hermana.- Lo señaló con un dedo acusador antes de dirigirse a la chica otra vez- Y tú, regresa a tu habitación y asegúrate de cubrir tus piernas.

-Sólo para que lo sepas, ya no tengo cinco años Lauren.- Dijo ella rodando los ojos antes de darse la vuelta.

Pero Lauren sólo pasó por alto su comentario antes de regresar su atención a Matthew, quién no había dejado de ver a la chica que desapareció de regreso por el pasillo ganándose otro golpe por parte de su amiga.

-¡¿Y eso por qué?!.- Se quejó mientras la seguía hasta la cocina.

-Habló en serio Matt. Aleja tus ojos de mi hermanita.- Advirtió.

-Esta bien, voy a intentarlo. Ahora dime ¿Lograste dormir?

-No por más de diez minutos seguidos.- Suspiró con resignación.

Y es que la noche anterior había sido un infierno. Aún con el clima frío de Seattle se había despertado sudorosa en el sofá de la sala de su hermana deseando con desesperación un vaso de agua. Imágenes como las del avión se hacían presentes en sus sueños atormentándola durante toda la noche, y de hecho, agradecía no haber despertado a Dinah con sus gruñidos. Necesitaba desesperadamente una forma de distraerse y desahogarse, una que no implicara estar recostada en un diván mientras era oída por un psicólogo.

-Entonces ¿Por qué estoy aquí evitando mirar a tu coqueta hermana?.- Matt comía tocino con demasiada ansiedad sentado frente a la ojiverde.

-Pues porque me ayudaras con la casa.- Dijo Lauren.

-¿Aún tienes esa idea?.- Dinah se adentró en la cocina caminando directo a la nevera para coger un poco de jugo de naranja- Creía que después de tanto tiempo te olvidarías de eso.

-Es una de mis metas. Terminaré esa casa antes de mi próxima misión.- Aseguró mientras por su cabeza pasaba aquella imagen que tenía como perspectiva.

-Tenemos mucho tiempo antes de que eso ocurra.- Mencionó el pelinegro y era cierto.

Es posible que pasaran años antes de que fuesen considerados para otra misión y es que la situación en la que se vieron involucrados era delicada. Así que mientras tanto participarían de capacitaciones para jóvenes cadetes en una de las bases de la U.S Army en cuanto fuesen llamados. Y hasta esa llamada utilizaría cada tiempo libre para trabajar en la construcción de su casa, la cual hasta lo que recordaba sólo era una gran estructura en medio de un hermoso espacio rural junto al lago.

Never Be The SameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora