Capítulo 9

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Ninguna de las dos sabía exactamente cuánto tiempo llevaban bailando al ritmo de la música, se detuvieron en cuanto sus cuerpos estuviesen exhaustos y algo sudorosos y entonces caminaron de regreso a su mesa para pedir algo de beber. Con una charla llena de risas, bromas y la música de fondo dieron por terminada la velada para caminar de regreso al edificio. Las farolas de las calles estaban encendidas y parecían trazar un camino para ellas, y Lauren logró apreciar el perfil iluminado de su compañera aquella velada, resultándole éste muy hermoso.

-Ha sido una buena noche ¿No crees?.- Preguntó la soldado acomodando su chaqueta.

-Por supuesto que sí.- Estuvo de acuerdo la morena- Nadie en mucho tiempo había logrado hacerme sentir tan especial. Me hiciste recordar muchas cosas, y de verdad te lo agradezco demasiado.

-No lo hagas. No lo planeé fue espontáneo.- Se encogió de hombros pasando una mano por su cabello- Podríamos......¿Repetirlo?

¿Por qué se sentía tan nerviosa e insegura cuando se trataba de Camila? Esa era la pregunta que rondaba la mente de la ojiverde mientras balbuceaba.

-Me encantaría.- Una sonrisa se formó en el rostro de ambas y entonces Lauren dio un paso al frente acercándose a la chica de ojos marrones quien contuvo el aliento ante la cercanía de la más alta.

La soldado se debatía consigo misma mientras intentaba decidir si besarla o no. Pero entonces decidió contener sus deseos de tomar los labios de la chica entre los suyos y optó por depositar un beso en su mejilla izquierda manteniendo sus labios contra la piel de la castaña. Camila sonrió con algo de timidez.

-Buenas noches Camz.- Murmuró Lauren permitiéndose a sí misma perderse en aquel profundo color marrón por unos cuantos segundos.

-Buenas noches.- Respondió la morena.

Ambas se giraron en direcciones opuestas para adentrarse en los respectivos departamentos no sin antes echarse una última mirada a través de la ranura de la puerta al cerrarse. Camila soltó un suspiro recargándose de espaldas contra la puerta principal de su apartamento y cerró los ojos intentando recordar todo lo que había sucedido aquella noche. Había sido una velada grandiosa de eso no había duda, aunque debía reconocer que hubiese sido aún más magnífica si aquel beso se hubiera concretado con éxito.

Lena saltó del sofá en cuanto oyó los pasos de su dueña en la entrada y no dudó en ir hasta ella para recibirla con ronroneos y caricias con su cola.

-No tienes una idea de al intensa y divertida noche que he tenido hoy. No tienes una idea.

...

-¿Tú bailaste salsa?.- Matthew no se creía las palabras de la soldado quien se encontraba concentrada en un par de tablas de madera.

-Así es.- Ignorando por completo la expresión en el rostro de su amigo.

-¡Debo ver eso!.- Exclamó el cirujano soltando las carcajadas que había intentado contener.

-No lo harás.

-¡Oh por favor!

Ambos caminaron un poco alejándose unos cuantos metros de al fachada de la casa para así apreciar el trabajo que habían hecho aquel día tal y como lo hacían cada vez que trabajaban en el que sería el futuro hogar de al ojiverde.

-¿Dejarás que un contratista haga el resto?.- Preguntó el pelinegro posando una mano en el hombro de su amiga quien miraba fijamente al frente cruzada de brazos.

-Creo que me gusta.- Dijo Lauren.

-Pues claro, hemos hecho un buen trabajo.

El cirujano sonrió con orgullo sin notar que la declaración de su amiga no era para la casa. La soldado pestañeó un par de veces antes de volver la vista hasta Matt quien la miraba algo confundido. No podía dejar de pensar en la increíble noche que había pasado con la castaña hace un día atrás y ya quería repetirlo.

Never Be The SameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora