Capítulo 4

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-Aquel chico es realmente guapo.- Balbuceó Dinah señalando a un hombre de seguridad.

-Por favor DJ, ya basta.- Susurró la morena avergonzada cuando notó que su amiga dale hacía ojitos al tipo de rostro implacable y uniforme.

Dentro de su mente estaba esperando con ansias la llegada de la hermana de su amiga, sólo quería meter a Dinah en el coche y así poder marcharse de regreso a su departamento y disfrutar de las cálidas y acogedoras sábanas de su cama. Mientras intentaba hacer que su amiga dejase de beber con sus gritos y regaños por sobre la música del lugar, Lauren caminaba de prisa por las calles iluminadas de Seattle intentando dar con el club. Y entonces notó aquellas características luces de neón de esas letras que formaban las palabras Black Eyes, apresuró el paso y en poco estuvo adentrándose en el lugar esquivando a chicas ebrias y hombres problemáticos.

La música provocaba un zumbido en sus oídos y las luces destellantes que daban vueltas por todo el lugar le dificultaban un poco la vista. Sus ojos inspeccionaron con atención como todo soldado lo hacía hasta dar con su objetivo, observó los intentos desesperados que aquella chica morena por quitar una botella de alcohol de las manos de su hermana.

-Es suficiente Dinah, la fiesta terminó.- Dijo llegando hasta ellas y quitándole la botella a la rubia.

-Que bueno que estás aquí.- Camila suspiro con alivio y la ojiverde sólo le dio una mirada rápida.

-Es hora de irnos.- Dijo Lauren.

Cogió con delicadeza uno de los antebrazos de su hermana para comenzar a guiarla hasta la salida.

-Pero no quiero irme.- Se quejó Dinah haciendo pucheros- Necesito el número de aquel chico Mila.- Pidió arrastrando las palabras.

-Lo conseguirás en otra ocasión amiga.- Una mueca cruzó el rostro de la castaña al ver bien al hombre- O tal vez no lo quieras cuando estés sobria.

-Ella no tendrá un número telefónico.- Respondió la ojiverde de inmediato- ¿Dónde está el coche?

-Por aquí.

Camila tomó la iniciativa en cuanto estuvieron en el exterior y comenzó a caminar en dirección al aparcamiento del lugar trazando mentalmente su camino de regreso al auto para dar con el paradero de éste en el oscuro estacionamiento. Cuando por fin estuvieron frente al coche de un brillante azul la morena buscó las llaves en el bolso de Dinah quien no dejaba de hablar incoherencias prendida a Lauren.

-Yo conduzco.- La chica de ojos marrones miró interrogativa y algo sorprendida a la cirujana frente a ella.

-¿Has.....caminado hasta aquí?.- Preguntó quedando atónita en cuanto la ojiverde asintió.

-No tengo automóvil.- Dijo Lauren encogiéndose de hombros y recibiendo las llaves del coche antes de montarse en el asiento del piloto.

Silencio acompañado de los ligeros ronquidos de la rubia en la parte trasera fue lo que inundó el interior del auto en cuanto estuvieron de regreso en las calles de Seattle. Camila observó de reojo como la soldado a su lado conducía con la mirada fija al frente luciendo realmente concentrada en su acción. Pudo detallar detenidamente el rostro de la pelinegra junto a ella reparando en la línea que contorneaba su mandíbula, su semblante serio, sus pobladas cejas un tanto fruncidas y sus labios formando una línea recta. A decir verdad, debía admitir que la hermana de su mejor amiga resultaba ser bastante atractiva.

-¿Ocurre seguido?.- La voz de la ojiverde provocó que se sobresaltara.

-¿Qué?.- Preguntó confundida.

-Ya sabes, esto de salir y emborracharse.- Dijo Lauren mientras observaba a Dinah a través del espejo retrovisor.

-Es la segunda vez que ocurre desde que la conozco.- La morena se encogió de hombros y Lauren asintió.

Never Be The SameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora