-Hola.- Dijo en cuanto la puerta se abrió y Camila apareció del otro lado.
La morena vestía un pantalón de algodón con una camiseta a juego y traía el cabello recogido en un desordenado rodete.
-Hola.- Respondió algo sorprendida.
-Yo te oí tocar y......
-Lo siento.- Se disculpó Camila se inmediato con una mueca en el rostro-Siento si te he despertado. Es sólo que cuando no puedo dormir suelo tocar algunas piezas. Puedo detenerme si es lo que......
-No.- La interrumpió de inmediato la ojiverde- No quiero que lo hagas.
-¿No?.- La castaña lucia confundida.
-Es decir, tampoco podía dormir y me he concentrado bastante en la melodía así que sólo......la seguí hasta aquí.- Lauren se encogió de hombros mientras rascaba su nuca bajo su coleta alta.
Ellas continuaron viéndose por un par de segundos más antes de que la morena se atreviese a hablar para hacer una a la soldado.
-¿Te gustaría tomar una taza de café en la azotea?.- La ojiverde pareció pensárselo muy bien antes de dar una respuesta pero finalmente aceptó y se adentró en el departamento para aguardar a que Camila prepara el café.
-¿Por qué debemos ir a la azotea?.- Preguntó la pelinegra mientras permanecía con sus pies clavados sobre la moqueta en la entrada.
-No quiero despertar a otro vecino con mi tocata matutina.- Dijo Camila desde la cocina vertiendo café en dos tazas mientras sonreía para sí misma.
-Oh, está bien.
Lauren continuo aguardando pacientemente en su lugar y no pudo evitar inspeccionar el lugar, o al menos lo que tenía a la vida. El interior del departamento lucía bastante hogareño, las paredes eran de color blanco y estaban decoradas con fotografías y pinturas. Más al fondo en la sala la pared que coincidía con la habitación del lugar era de unos ladrillos de color rojizo.
De pronto la soldado sintió un peso cálido pegarse a su pierna izquierda y bajo la mirada para averiguar de que se trataba exactamente. Un gato de sedoso pelaje color café se frotaba contra su pierna mientras ronroneaba.
-Veo que ya conociste a Lena.- La ojiverde alzó la mirada para encontrarse con los marrones ojos de Camila.
-Es agradable.- Admitió la soldado sonriendo de medio lado.
Esa era la segunda vez que la morena le veía sonreír.
-¿Te importaría ayudarme? Debo ir a por el violín.- La soldado asintió de inmediato antes de recibir las tazas que la morena le tendía.
Camila desapareció en dirección a la sala para volver segundos después con el instrumento de brillante madera, se adelantó a la cirujana para abrir la puerta del apartamento y así permitirle la salida. Dentro de cinco minutos más estuvieron de pie en medio de la azotea del gran edificio caminando por la orilla de la piscina hasta estar en aquellas hamacas ancladas a la pared entre un par de árboles en macetas.
-¿Qué quieres que toque?.- Lauren frunció el ceño ante la pregunta de la morena- Tu dijiste que querías oírme tocar. O al menos insinuaste que no querías que me detuviera, ¿Qué quieres que toque?
-No lo sé. No entiendo mucho acerca de......este......tipo de música, yo sólo sé que me mantiene.......serena.- Admitió la ojiverde desviando su mirada hasta la humeante taza de café entre sus manos.
-Esta bien, tal vez te agrade un poco de Bach.
-Lo que tú quieras está bien para mí.- Afirmó la pelinegra.
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Never Be The Same
Fanfiction"Eres el culpable Con solo un golpe, sabrás que nunca seré la misma."