Mis piernas se entumecían cada vez más de tan solo esperar a que el café se sirviese por completo en la taza. Mi horario de trabajo estaba llegando a su fin, y aun me quedaba atender tres mesas más en la cafetería. Me molestaba rotundamente que siempre los últimos clientes me los pasaran a mí, únicamente a mí, teniendo a Lesly como acompañante en el turno.
"¡Nos vemos mañana!" Exclamó ella saliendo con una sonrisa por la puerta de servicio.
Rodé los ojos mientras continuaba preparando el pedido. Era completamente injusto. Ni siquiera eran las 11 pm y ella se retiraba.
"Creo que vamos a tener que quedarnos un poco más del horario, Aisha." Murmuró Erin desde la cocina.
"Lo sé, ni me lo digas." Expresé molesta, tomando la bandeja para llevar a la mesa.
Caminé por el interminable pasillo que me llevaba hacia el salón principal, repleto de mesas.
Llegué a la respectiva mesa del pedido y entregué absolutamente todo. Nuevamente con la bandeja vacía me dirigí hacia la siguiente mesa que esperaba el pedido, y así lo hice sucesivamente con cada una hasta vaciar el salón por completo.
Comencé a quitarme el el uniforme en los cambiadores cuando escucho el ruido de la pequeña campanilla que indicaba que alguien estaba ingresando o saliendo del local. Me asomé a mirar por la puerta de servicio y observé a un joven de gorra que tomaba asiento en una de las mesas.
"Diablos, acabamos de terminar." Susurré para mí misma. Erin trota nerviosa hacia mí y me susurra con cierta histeria.
"¿Qué diablos hacemos con este de aquí?" Tomó mi brazo. "Yo no voy a quedarme más tiempo aquí, lo siento." Tomó su chaqueta y yo en susurro comencé a seguirla.
"¡Erin no me hagas esto! ¡Por favor es una persona más!" Suplicaba desesperada aun en murmullos pero ella ignoró mis palabras y se fue por la puerta de servicio.
Suspiré con el aire entrecortado mientras asomaba mi cabeza por la pequeña ventanilla de la puerta de la cocina. Él hombre parecía estar lo más tranquilo, revisando el menú.
"Le diré que se retire." Volví a abotonar mi uniforme y salí por la puerta.
Caminé hacia él sintiendo como el silencio del salón lograba incomodarme. Me coloqué frente a su mesa.
"Señor." Carraspeé nerviosa. "El horario finalizó hace un rato. Me temo que le voy a pedir que se retire." No lograba divisar su rostro, ya que la visera de su gorra lo tapaba.
"Es temprano aun." No quitó los ojos del menú. Logré escuchar por primera vez su voz. Era algo aguda, pero también ronca, una voz masculina muy peculiar.
Volví a carraspear mientras movía los dedos de mis manos, entrelazándolos. "Señor, cerramos a las 11 pm todos los días. Ya es más de media noche." Traté de sonar amable aunque mi paciencia se estuviese agotando.
Estaba exhausta, necesitaba dormir, y mi humor ese día no jugaba a favor de la situación.
"Será solo un café." Levantó por primera vez la mirada hacia mí. Su rostro era jodidamente atractivo. Tenía rasgos asiáticos, piel extremadamente pálida, y unos labios extremadamente voluptuosos y definidos. Su mirada era terriblemente profunda, tanto que sentí como me estremecí al verlo.
Suspiré sonriendo forzosamente. "De acuerdo, ¿Alguna particularidad en el café?" Ni siquiera me molesté en anotar e la libreta porque se trataba de un simple café.
"Que sea doble, por favor." Expresó relamiendo sus labios, sin quitar su mirada de la mía.
Me retiré nerviosa, siendo consciente de que estaba completamente sola en el local, con un hombre que parecía ser la persona más intimidante que había conocido en toda mi maldita vida.
Mientras servía el café, mis manos no lograban quedarse quietas, hasta el punto de volcar parte del líquido obscuro sobre la vertedora. Solté un suspiro e intenté calmar mis nervios.
Una vez preparado el pedido, salí con la bandeja sobre una de mis manos y caminé hacia su mesa. Coloqué el café sobre ella, al igual que los sobres de azúcar y edulcorante, la cuchara y las servilletas.
"¿Está bien así?"
"Sí, muchas gracias." Dejó escapar una sonrisa, una muy atractiva sonrisa.
"Bien." Asentí en dirección a la cocina pero su mano sujetó la mía de manera sorpresiva.
Volteé hacia él nuevamente algo asustada. Él continuaba sonriendo.
"Quédate, no necesito que te vayas para tomar un café." Asentí sintiendo la presión de sus ojos oscuros sobre mí. Tomé asiento frente a él y simplemente me dediqué a mirar hacia abajo.
Cuando levantaba la mirada, él simplemente se dedicaba a beber de la taza mientras sus profundos ojos analizaban por completo mi silueta. El silencio me estaba matando.
Una vez que finalizó tomó billetes de su bolsillo y los depositó a un lado de su taza.
"Gracias por la compañía. " Expresó. "¿Necesitas que te lleve? Te hice perder tiempo y es peligroso regresar sola a tu casa." Habló con la mayor confianza, lo cual me incomodó.
" Estoy bien, gracias." Respondí cortante mientras tomaba rápidamente las cosas y las montaba sobre la bandeja. Me levanté de manera tan agresiva que no logré percatarme de ser cuidadosa y tropecé cayendo con toda la vajilla al suelo. El ruido de las tazas me hizo soltar un chillido.
Ya de rodillas en el suelo, me percaté que me había cortado con la porcelana filosa de una de las tazas en la palma de la mano. Gemí de dolor, mientras intentaba tomar los pedazos rotos y colocarlos sobre la bandeja. Levanté levemente la miraba para contemplar sus pies frente a mí. Se puso de rodillas, en la misma posición que la mía y me ayudó a juntar las cosas. Una vez todo dentro de la bandeja, intenté sujetarla pero me dolía demasiado la mano.
Él notó que estaba sangrando y tomó mi brazo. "Se ve complicado." Expresó.
Repentinamente acercó la palma de mi mano a su rostro y pasó la lengua por la herida. Gemí de dolor y quedé sorprendida ante su reacción. Rápidamente quité mi mano de su alcancé y lo observé con rechazo.
Él soltó una risita por lo bajo y me miró. "¿Nunca te enseñaron a succionar la sangre de una herida cuando el sangrado no se detiene?" Negué con la cabeza alejándome cada vez más de él. "Deberías implementarlo para no morir desangrada." El sonido de su teléfono lo distrajo y se puso de pie. "Me tengo que ir. Gracias por todo."
Salió del local como si nada hubiese ocurrido, y yo aun permanecía shockeada en el suelo, sin comprender que diablos había sucedido.

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INSANE (JIMIN)-BTS
FanfictionNo había expresión alguna en su mirada. Simplemente se dedicaba a observar todo lo que hacía.