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No podía creer lo que estaba viendo. Estaba frente mío, y él sabía perfectamente que todo esto me parecía sumamente inquietante.

Sentí como mi respiración lograba entrecortarse.

"Señorita, ¿Necesita un vaso de agua?" El mozo preguntó preocupado y parpadeé un par de veces para regresar de mis pensamientos.

"Oh, no, gracias. Estoy bien." Mentí sintiendo cómo mi presión arterial descendía.

Era aun más terrorífico verlo en una esquina del salón, sentado en una mesa apartada del resto del mundo, y con luces tenues de un tono rojizo iluminando muy poco su rostro.

Su cabellera descontrolada, y nuevamente esa chaqueta y pantalones de cuero, lograban que perdiera por completo el raciocinio.

Estaba segura que era Jimin, no había duda alguna. Tuve la suerte de que Jin estuviese de espalda a él.

"¿Decidiste?" Escuché la voz de Jin y le dirigí una mirada perdida.

"¿Decidir qué?" Pregunté como una ilusa.

Jin rió por lo bajo mientras se acomodaba el cabello. "Diablos Ai, ¿Dónde tienes la cabeza? ¿Eh?" Acarició con sus nudillos mi cabello suelto.

Suspiré. "Lo siento Jin. De verdad estuve muy estresada estos días, y a veces necesito procesar todo." Le regalé una sonrisa y tomé el menú. "Creo que pediré los langostinos y el puré de calabaza." Espeté y el mozo anotó con una sonrisa en su rostro.

"Buena elección." Agregó Jin. "Yo pediré el salmón grillado y las papas horneadas."

"Perfecto. En un rato regreso." El mozo se retiró y finalmente tuve un tiempo a solas con Jin.

Bueno, si se podía decir a solas, ya que tenía la mirada de Jimin sobre mí y eso no me dejaba nada tranquila.

Comimos bastante rápido, y durante el transcurso charlamos de múltiples temas, lo cual lo hacía mucho más interesante.

Noto repentinamente que Jimin se coloca de pie y camina hacia los pasillos, seguramente dirigiéndose a los baños.

"Jin, espérame." Dije colocándome de pie mientras miraba en dirección al pasillo. "Debo ir al baño." Le dirijo una corta mirada y él asiente sin problema.

Casi en un trote llego al pasillo donde estaban los baños y lo veo recostado sobre la pared con las manos en los bolsillos, mirando hacia abajo. Estaba al lado del baño de hombres.

Me acerco algo histérica. Él levanta la mirada y esboza una sonrisa de placer.

"¿Qué diablos haces aquí?" Sentí como la garganta se me cerraba.

Él simplemente se dedicó a observar a un punto indefinido mientras continuaba manteniendo aquella sonrisa extraña.

"Hice una reserva." Dijo para luego mirarme directamente a los ojos.

"Claro, exactamente en el mismo lugar al que asistiría yo." Hablé con ironía mientras continuaba peinando mi cabello con las puntas de mis dedos.

"La reserva la hice esta mañana." Se separó de la pared y colocó todo su cuerpo frente al mío, a una distancia muy escasa. "Si todo este escándalo es por tu novio, realmente es penoso."

Sentí como la ira comenzaba a crecer en mí.

"No es mi novio."

"Estan saliendo. Ambos quieren avanzar pero no tienen el valor para hacerlo." Coloca una mano en mi cintura y me acerca a él. Amplío los ojos. "Eres virgen." Compactó sus labios con los míos y sentí como mi cuerpo temblaba. "Y ese, fue tu primer beso."

Mi mano quedó estampada en su mejilla, resonando en el pasillo. Colocó su mano izquierda en su mejilla, talvez sintiendo como el dolor y el ardor se apoderaban de él.

Soltó una corta carcajada, mirando hacia abajo. Y sin más nada que decir, desapareció en dirección al salón.

Mi cuerpo quedó en una parálisis momentánea. No podía creer lo que acababa de pasar.

Sentía un leve cosquilleo en los labios, y una sensación completamente nueva. Las lágrimas comenzaron a florecer por mis ojos, nublando mi vista.

Había sido mi primer beso. Mi primer beso, con un completo desconocido. Me generaba más impotencia aun saber de que ese beso lo estaba reservando para una persona muy especial.

Y talvez esa persona podría haber sido Jin.

Ingresé fugazmente a el baño de mujeres y corrí al lavabo. Centré mi mirada en el espejo y sequé mis lágrimas. Tomé agua juntando mis manos, formando un cuenco para retenerla y me bañé el rostro en ella.

Todo esto había resultado ser tan repentino.

Salí del baño dirigiéndome hacia el salón. Una vez que estuve allí, aun mientras me dirigía a mi mesa, observé panoramicamente para encontrar con la mirada a Jimin.

Había desaparecido.

Solté un suspiro e intenté mostrarme calmada una vez que llegué a la mesa.

"Te tardaste mucho. ¿Te encuentras bien Ai?"

"Estoy bien, Jin." Tomé asiento nuevamente. "Creo que ya es hora de que vayamos a casa." Sonreí y él realizó la misma acción.

"Bien." Asintió para luego hacerle una seña al mozo.

Saqué mi billetera de mi bolsa y sentí como su mano se posaba en la mía.

"¿Qué crees que haces?" Sonrío divertido.

"Voy a pagar lo que consumí." Afirmé seria.

"En tus sueños." Exclamó sacando el dinero de su bolsillo.

Una vez que pagamos, Jin me llevó hasta mi casa, y como siempre, con un beso en la mejilla, me despidió.

Jin sabía que aun no había dado mo primer beso, por lo que respetaba la espera a que yo me sintiese preparada.

Pero eso ya no tenía relevancia en absoluto. Jimin había sido mi primer beso, y de manera sorpresiva, logró dejarme muy angustiada. Me llenaba de rabia saber que había estado guardando ese beso para una ocasión especial.

Dejé las llaves sobre la mesita que estaba al lado de la puerta de entrada y subí las escaleras hacia mi habitación. Me quité los zapatos sintiéndome terriblemente aliviada de sentir mis pies relajaste.

Volteé hacia mi cama y mi respiración se corta.

El cajón de mi mesa de luz se hallaba abierto, y junto con ello, la ventana que se encontraba a su lado, también estaba abierta.

Alguien había entrado a mi casa.

INSANE (JIMIN)-BTSWhere stories live. Discover now