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Habían pasado dos semanas, y Jimin aun no aparecía. Resultaba extraño no ver aquella cabellera alborotada, y esa chaqueta de cuero negra todas las noches.

Mientras tanto, me di el lujo de continuar saliendo con Jin, e intentar centrar mi atención única y exclusivamente en él.

Pero Jimin, Jimin era alguien que no podía salir de mi maldita mente.

Por otro lado, inicié la búsqueda de mi acosador, y descubrir de una vez quien era aquella persona que ansiaba tanto observarme.

Tenía miedo, y por esa misma razón acudí a la ayuda tanto de Jungkook como de Suga.

Jungkook se especializaba en todo lo relacionado con acertijos. Solía ser muy ágil con ese tipo de cosas.

Y luego Suga, que el era el dueño de la computación, y sin exagerar. Tenía mucho conocimiento acerca de informática, y tal vez, podía encargarse de colocar cámaras de espionaje en mi casa.

Todo parecía ser ideal, aunque era claramente muy complejo.

"No has tocado tu ensalada." Escuché la voz ronca de Suga y dejé de sumergirme en mi mente.

Lo miré algo desorientada. Y recosté de manera brusca mi espalda sobre el respaldo de la silla. "No tengo hambre."

Él rodó los ojos, para luego darle un sorbo a su licuado. "Aisha, pronto averiguaremos de quién se trata."

Parecía que me había leído la mente. Claramente eso era lo que me preocupaba.

"No puedo estar tranquila de todas formas." Me sinceré.

"Sé que la sensación debe ser horrible, pero en cuanto pueda ir a comprar las cámaras, las instalaré en todos los rincones de tu casa." 

Asentí a pesar de que tuviese mucho miedo. 

"Debo volver al trabajo." Se colocó de pie. "Necesito urgentemente mi sueldo." 

"Nos vemos." Sonreí y él, a medida que se alejaba, agitaba su mano. 

Suga había conseguido un trabajo en una pequeña tienda de dulces, lo cual era completamente irónico ya que odiaba el azúcar. Pero de todos modos era una manera de no perder el tiempo y poder ganar unos billetes. 

Recordé que yo debía ir al trabajo también. Estaba anocheciendo, y esta vez esbocé una sonrisa al recordar que hoy Jungkook me haría compañía, y seguido de eso, se quedaría a dormir a casa. 

Luego de pagar lo que consumí en aquél restaurante, me dirigí a la cafetería. Llegué en horario esta vez, haciendo quedar como una completa ridícula a Lesly. 

Déjenme aclarar, esto no se trataba de celos, ni siquiera de alguna especie de competencia. Simplemente detestaba las injusticias y tenía poca tolerancia a las personas egocéntricas. 

Saludé a mis compañeras de trabajo y troté hacia el cambiador, en donde, como habitualmente hacía, me coloqué mi uniforme de trabajo. 

Hoy solo me centraba en Jungkook. Quería verlo, estar con él. Tal vez me brindaba protección, o por lo menos me hacía sentir de esa manera. Sentía que si él estaba conmigo, al igual que con Suga, nada podría suceder. 

Y allí estaba él. 

Luego de salir por la puerta de la cocina lo veo sentado en una de las mesas, jugando con los sobres de edulcorante y el pequeño florero sobre ella. Gira la cabeza rápidamente para luego sonreír dulcemente.

"¡Shi!" Gritó haciendo levantando ambos brazos que todos los demás clientes voltearan a verlo. 

"¡Kooki! ¡No grites!" Exigí sin evitar soltar una risita. 

Tanto Suga como Jungkook me apodaban 'Shi'. Mi nombre era Aisha, pero se me llamaba tambien 'Ai' o 'Shi', este último para los más íntimos. 'Aishi' tampoco sonaba mal, pero amaba que el término 'Shi' saliera de la boca de Jungkook, y de la misma manera me pasaba con Suga. 

"Lo siento." Murmuró.

"Estás aquí." Afirmé sonriente. "No sabes cuánto te necesité." 

"Lo sé. Hace dos semanas me contaste lo de tu acosador, y desde entonces, solo hemos podido comunicarnos por mensajes." Frunció los labios levemente. 

"Me tiene muy preocupada." 

"Tranquila, no te hará daño si estoy aquí." Coloqué una mano sobre su hombro. 

"Déjame terminar el turno, así podremos hablar tranquilos en casa." Él asintió como siempre sonriente. 

Y volví a la cocina. 

.....

Las horas pasaron muy lento, seguramente porque estaba muerta de ansiedad por estar con Jungkook. Terminé de limpiar las mesas, cómo siempre sola. 

El local se hallaba vacío, tan solo Kookie, Erin y yo ocupábamos un pequeño espacio en el salón. Ella terminaba de limpiar las tazas y a mi me quedaba, además de limpiar las mesas, ordenar la vajilla. Esto último correspondía al trabajo de Lesly. 

No hace falta aclarar qué diablos había sucedido con ella.

Kookie miraba el techo, balanceando las piernas de un lado a otro mientras tarareaba una canción de cuna. 

Joder, parecía un niño a veces. 

A diferencia de él, Suga era un poco más frío, tal vez más maduro. Y prefería más el silencio que el alboroto. 

Personalidades opuestas, pero honestamente eran un buen complemento para mí y nuestra amistad.

"Parece que te dejaron plantada." Bromeó el pelinegro y ni gracia logró causarme. 

"Lesly hace lo que quiere, cuando quiere." Comencé a ejercer mayor presión y rudeza al limpiar la mesada. 

Jungkook amplió los ojos. "¿Por qué no lo comentaste a tu jefe?" Me detuve y lo miré. 

"Me tiene amenazada con su hermano." 

"¿Y te asusta?" 

"¿Tú que crees?" Sonreí y continué limpiando. 

"Tú no le tienes miedo a nada." Con sus ojos cafés analizaba cada movimiento mío. 

"No le temía a nada hasta ahora." Kookie arqueó las cejas en expresión de duda. "Temo ser observada por alguien que no tengo idea de quien es. Y temo al daño que ello me pueda causar." Me expresé muy seria.  Volteé en dirección a la cocina pero me mantuve en su misma mesa, mirándolo a los ojos. 

"Suena muy macabro." Expresó. Su mirada se corrió de la mía, y observó a lo lejos por encima de mi hombro. 

Sentí un calosfrío recorrer mi cuerpo, y una sensación horrorosa. 

"Creo que tu horario no ha acabado, Shi."

Amplié los ojos sintiendo cómo mi corazón se detenía de manera repentina. 

La campanilla volvió a sonar.



INSANE (JIMIN)-BTSWhere stories live. Discover now