Parte 6: Buscando el origen de las marcas

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12 de junio

Me levanté, me puse un chaleco y me dirigí al comedor. Allí estaba Gaspar limpiando unas verduras.

~ ¡Vaya! Hoy sí que has dormido ¿Quieres desayunar? ~ Me dijo al verme.

~ Eh... bueno... ¿Dónde está Max? ~ Me mordí la lengua ¿Por qué se lo estaba preguntando a él?

~ En el trabajo ¿Por qué la pregunta? ~ Sabía que me preguntaría eso. Trate de cambiar el tema.

~ ¡Ah no por nada!... ¿Cuándo llegaste tú? ~

Gaspar se hecho reír mientras se dirigía hacia la cocina, lo seguí.

~ He llegado hoy en la mañana. Me crucé con Max en el camino. Estaba un poco preocupado, pues no quería dejarte sola y no sabía si iba a volver luego ~ 

Hizo una pausa muy larga a mi parecer. 

~ Me contó que tuviste una pesadilla ~

¡Oh, no!

~ ¡Ah, sí! ~ No quería recordarla.

Ya estaba sentada con el desayuno al frente ¿En qué momento me senté? Hoy sí que estaba despistada.

~ ¿Qué...soñaste? ~ Me preguntó Gaspar con cuidado. Estaba sentado al lado mío. Pero no estaba tomando desayuno, lo más probable es que ya se lo hubiera tomado. Era una mañana ya bastante vieja.

~ Yo...no quisiera decirlo por temor a que se hiciera realidad ~ Tenía la vista pegada en el cuenco con cereales que me había servido Gaspar.

~ Luci, eso no va a pasar ~ Lo miré y él ya me estaba mirando.

~ ¿Me lo aseguras? ~ Mis ojos comenzaron a cristalizarse.

~ Te lo aseguro ~

Volví a mirar el cuenco con cereales.

~ Erick...Erick estaba muerto, fue horrible... ~

Hubo un silencio. Era como si estuviera sola.

Gaspar se levantó de la silla y me abrazó.

Gaspar se levantó de la silla y me abrazó

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~ Te aseguro que tu hermano está bien. No tienes de que preocuparte ~

~ Gracias Gaspar ~ De verdad necesitaba ese abrazo.

~ Ya, tranquila. Ahora debes tomarte el desayuno, es tarde ~

Terminé de desayunar y me fui a mi pieza, hice la cama, coloqué la silla en su lugar y me comencé a vestir.

Algo llamó mi atención. La marca verde que tenía en mis muñecas, ya estaba desapareciendo, pero lo más raro fue la marca que tenía en mis brazos: Por toda la extensión del color pálido de mi piel, se empezaban a formar grandes cardenales de color púrpura. Seguí con la mirada el trazo que hacían hasta mi hombro, pero solo eran débiles líneas de color. La marca más grande estaba en medio de mi brazo y de ella salían éstas pequeñas líneas como brazos de una estrella. Me di cuenta que tenía esta marca en los dos brazos. Presioné sobre un punto de piel morada en mi brazo izquierdo, que repentinamente desapareció donde yo había tocado, para luego reaparecer. 

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