Capitulo 9

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Y es que me duele saber
Que yo te quiero de a de veras
Mientras que por otro lado
Tú te enredas con cualquiera

Como la palma de mi mano—Banda San José de Mesillas

Media hora después de aquellos incómodos sucesos casi todos los habitantes de la casa se habían evaporado. Enedina volvió de misa, y Lucía del mercado, pero repentinamente la gorda se dio cuenta de que se había olvidado de visitar a una comadre que según ella estaba muy enferma. Lucía fue a la cocina a dejar y guardar sus compras, Abraham volvió, pero solo para pedirle a Sonia que ensillara su caballo para ir de emergencia a buscar una vaca parida que había escondido su becerro. No recuerdo que excusa tenían los gemelos, pero seguramente césar estaba por ahí en la cantina emborrachándose y gastando el dinero que no tenían en alguna prostituta. (Qué se le va a hacer, estaba en su etapa de rebeldía el nene).

De manera que en la casa solo quedó la señora Lucía, Otis, Rachel y Poli. Otis sentía curiosidad por la nueva mejor amiga de su prima, que era una chica notablemente atractiva, pero una mirada de advertencia por parte de su hermana que parecía querer decir “no está disponible” lo obligó a mantener una distancia prudente.

Era un día caluroso de verano, pero a Rachel la tenía sin cuidado, en Los Ángeles siempre hacía calor, pero los villanovences se sentían un poco más incómodos al respecto, ya que muchos se dedicaban al campo y una insolación prolongada en verano podía ser muy perjudicial, aunque nadie se preocupaba demasiado hasta que la tierra se secaba por completo. Sonia era de las que se preocupaba siempre por el clima, ya que estaba demasiado involucrada en las cosas que tenían que ver con el sustento del hogar, como los cultivos y el ganado. Eso era una de las pocas cosas que a Rachel le molestaban de su prima, ya que eso le quitaba tiempo con ella, pero esta vez estaba agradecida por tener la oportunidad de estar a Solas con la Betancourt, porque la Robles pelirroja tenía unas cosillas que hablar con la pelinegra.

Lucía era una estupenda cocinera, sabía hacer todo tipo de cosas: Pozole, tamales, enchiladas, menudo, cochinita pipil, mole verde, tortas ahogadas, asientos de chicharrón en chile verde; y no solo de comida mexicana, sino de todo lo que se le pusiera adelante. Por desgracia su hija no había heredado ninguno de sus talentos culinarios ni su buena sazón. Con decirles que hasta el agua se le quemaba.
Poli sabía hacer huevos y quesadillas (de queso), por lo que no podía morirse de hambre pero no es que se supiera la gran variedad de alimentación. Contrario a lo que se podía esperar, Sonia cocinaba bastante bien, tenía sazón de su abuela, pero no lo hacía mucho porque no lo disfrutaba.

Pero me estoy desviando de lo que vine a contar, que es esta escena muy particular.

Lucía  quería hacer una vaporera de pozole para la cena, que la familia supiera lo que es comida de verdad, no como las porquerías “bajas en grasas” que la bruja de Enedina quería retacarle a su propia familia. Después de anunciar su cometido la mujer fue a buscar leña para poner el nixtamal, pues decía que tomaba un sabor especial que no tenía al ser puesto en la estufa de gas. El nixtamal, queridos lectores, es un proceso al que se somete el maíz (porque sabrán que un mexicano no puede tener una dieta sin el obligatorio maíz), en el cual se pone a hervir en agua limpia con una pequeña porción de cal. Sí, cal, la que se encuentra en las construcciones. No estoy segura pero creo que elimina algunos patógenos presentes en el maíz, luego de que se reblandece se lava, se elimina el agua con la que se hirvió y se le enjuaga dos o tres veces, hasta que el agua deja de tener ese color amarillo. Entonces se muele, en el caso de las tortillas, para obtener una masa, luego en una máquina, ya sea industrial o casera, se le da forma de discos delgados y se ponen a cocinar en un comal, una lámina de acero circular color negra destinada especialmente a este propósito, o ya sale cocida en la maquina industrial. Cuando se hace pozole no se muele, pero sí se nixtamaliza, se lava, luego se pone a hervir junto a la preparación del chile y la carne de cerdo, que preferentemente tiene que ser de la cabeza.
Pues bien, Lucía se fue a hacer un recuerdo de sus tiempos de muchacha, ya que en Estados Unidos tenía un trabajo y una casa que cuidar, además de dos hijos. Allá no tenía tiempo de limpiar el maíz crudo, poner el nixtamal, o inclusive tener cinco minutos a solas. En lugar de eso compraba maíz enlatado precocido. Sabía a lata oxidada, pero era todo lo que podía hacer. Entonces la mujer se fue y en la cocina quedaron Rachel y Poli, Poli estaba lavando el repollo y los betabeles y Rachel los estaba picando con un cuchillo de una marca muy famosa, pero que no pienso decir su nombre porque no me traería ningún beneficio.

El Peón Negro (Trebejos Negros Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora