16. Empezar otra vez

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Al llegar a casa su familia la recibió con una deliciosa barbacoa de bienvenida, luego de los saludos respectivos Alma se encargó de ayudar en lo que hacía falta mientras Luk asaba la carne. Pasaron una tarde muy divertida, les contó muchas cosas del viaje, obvió algunas otras como era lógico. En cuanto terminaron de comer fue a su habitación para bajar los presentes que le había traído a su familia.

- Gracias por el detalle Alma, me encanta – Dijo Danna, la novia de su hermano.

- De nada, sabes que lo hago con mucho cariño – La pelinegra la abrazó a manera de agradecimiento. Danna era una buena chica, Luk y ella se conocieron en la universidad y estaban juntos desde entonces, tenían una buena relación, aunque a veces su hermano y sus inseguridades les traían problemas, pero solían salir de ellos rápido, se querían mucho. Esperaba que su hermano no demorara mucho en proponerse.

- Alma, está increíble, gracias – Se acerco Luk a ambas muchachas abrazando por la espalda a su novia.

- No es nada Luk, como le decía a Danna, lo he hecho con mucho cariño.

- Creo que nuestras próximas vacaciones serán ahí.

- No se arrepentirán, se los aseguro.
- ¿Le contaste? – Preguntó Danna a Luk.

- No, aún no – Contestó él.

- ¿Contarme qué? – Indagó curiosa.

- Esto – Respondió su hermano, balanceando frente a sus ojos las llaves de su renovado apartamento que había sacado de su bolsillo.

- ¿Ya está? – Preguntó emocionada con una sonrisa en el rostro.

- Si hermana, al fin tu querido lugar está listo – Cuando Alma decidió remodelar su cómodo y espacioso apartamento, tuvo que mudarse a casa de su madre. La entrega se había aplazado por unos detalles en la decoración. Luk era arquitecto, Danna diseñadora de interiores y Becka estaba cursando el penúltimo semestre de decoración de interiores. Entre los tres se encargaron de la remodelación del lugar.

- Wao, ya quiero ver cómo quedó.

- Lo imaginamos, así que cuando tú lo digas, iremos. ¡Ah! Y también llamaron de la empresa automotriz para decir que tu auto ya está listo, puedes pasar a recogerlo el viernes.

- Mi hermoso bebé, no puedo creerlo – Se sentía bien pues poco a poco las cosas iban tomando su rumbo, tenía su espacio otra vez, su movilidad, su independencia, estaba empezando de nuevo y con nuevos propósitos en su vida. Decidió dejar la visita a su apartamento para el día siguiente, se sentía realmente cansada, no había parado desde que llegó.

Luego de pasar un lindo momento en familia decidió que ya era hora de ir a descansar, aunque recién eran las ocho de la noche, le faltaban horas de sueño y lo que más deseaba era recuperarlo ya que esa semana no será muy tranquila, tenía que hacer la mudanza, recogería su auto y prepararía todo para volver de lleno al trabajo. Llegó a su habitación y decidió llenar la bañera. Alistó todo para que el baño se volviera un mini spa, incienso, música relajante, agua caliente y espuma. Luego de su sesión relajante, vistió un pijama y se metió en la cama, se disponía a dormir cuando un mensaje llegó a su móvil.

“¿El vuelo estuvo bien mariposa?” – Sonrió, la atracción que sentía por Aaron era extrañamente intensa y fuera lo que fuera eso que había entre ellos, a ella le gustaba.

“Todo bien felizmente, llegué sana y salva, ahora estoy lista para dormir”

“Bien, que descanses mariposa”

No respondió mas y fue exactamente lo que hizo, sin darse cuenta quedó profunda.

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Alma de MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora