•Capítulo 8: "¿Tuya? ¡Jamá! "♣Aprendiendo a Mentir♣

135 9 11
                                    

†‡†

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

†‡†

Especial...

~No te atre...~

Todos se movían muy rápidos a mi alrededor, subían, bajaban y viceversa, me causaban mareo e irritación.

Hoy tendría que pasar la prueba de "fuego", y no empezaba el día muy de buenas.

¿ Cómo podría hablar de "mi relación ", y parecer creíble?

Exacto, no podía, Porque no existía tal relación. Suspire sintiéndome cada vez mas pesada.

Camine hasta toparme con Annabell que repartía ordenes a diestra y siniestra. Ella decía "Todo debe quedar perfecto ". Aproveche la oportunidad y me acerqué.

— ¿Puedo ayudarlas?— Sonreí servicial.

Negó rápidamente, hice una mueca — No hace falta cariño — me regalo una sonrisa sincera, jamás había visto unos ojos tan llenos de amor, eran ojos que te atravesaban el alma brindándote paz, eran los ojos de una madre.

Me quede colgada, nunca había sentido tal necesidad, la lejanía de mi padre ya me estaba afectando.

Cuando estuve a punto de replicar una chica del servicio que siempre andaba junto a Marie se acerco a nosotras. Sus ojos de un color jade, pelo negro, piel pálida cual papel, complexión esbelta y su andar ligero, le daban el aspecto de un ser de cuentos de hadas. Ya estaba delirando.

Dejare las drogas de ahora en adelante, lo prometo.

— Señora...la están esperando en el despacho...— me perdió desde de que dijo que me esperaban. Ya era hora.

Agradecí y fui hasta el despacho. Toqué con ganas de salir corriendo, me convencía a mi misma que esto era por mi padre, solo por él, ¿no es así?, un hombre de ojos verdes no tenía nada que ver. Escuche un adelante, deje salir todo el aire de mis pulmones. Escuche risas. Inmediatamente mi mirada busco la suya como un imán, todos guardaron silencio, me concentre en su mirada. Se veía relajado, la sonrisa que me dedico me sorprendió.

No te alegres, todo es parte de la actuación.

El no le sonreía a nadie, y menos a mi. Mi pecho ardía.
Quiero acabar con esta farsa de una vez por todas.

— Amor...— sonrió y se levanto de su lugar detrás de su escritorio, los presentes observaban todo con sumo cuidado, era verdad no había reaccionado, solo lo hice cuando sus grandes brazos rodearon mi cuerpo,  impregnándose de su aroma.

♣¿Tuya? ¡Jamás! (Reescrita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora