Al siguiente día me dí cuenta que aquella escena final había sido totalmente absurda. Es decir, ella pudo haber hecho lo que quisiese antes de conocerme y eso no debe afectarme. Soy el chico que ahora le gusta, así que, debo confiar en ella ¿no? Llegué al punto de sentirme culpable de cierta forma de que en la escuela ella se viera apagada, triste y pensativa. Aunque era mi culpa por obvias razones, no quería sentirme del todo culpable.
No me parecía bonito que la chica que yo tanto quiero haya tenido tantas parejas cuando yo era un completo estúpido que no había tenido ni novias ni, mucho menos, sexo. No sabía a que punto nuestra relación iba a llegar, si iba a perder la virgnidad con ella. Eso sería perfecto,pues, el sexo si es con amor está bien. No la embarazaría ni la lastimaría, entonces eso iba a estar bien, pensé, adelantandome a los hechos. Quizás no sería así, y mi primera vez no sería con ella, pero quería pensar en algo que me asegurase que ella era la chica indicada para mí, quería pensar en que estaríamos juntos de esa manera.
Pensaba tantas cosas mientras la veía con la cabeza baja, pensando en qué tan enojado estaría yo. Sin imaginarse siquiera que yo pensaba en ella y nuestro futuro. Cuando la última clase finalizó, varias horas sin hablarle, me acerqué por fin a ella, le tomé de la mano y le sonreí.- ¿Me perdonas?
Ella no contestó, sin embargo, tiro de mi mano y me sonrió, respondiendome. Me había perdonado y eso me bastaba. Se levanto y salimos de la escuela, nos dirijimos hasta un centro comercial que se encontraba cerca de la escuela. Donde todos iban después de esta, excepto yo.
¿Dónde vamos? -preguntó con cierta curiosidad, mientras enredaba sus dedos con los míos y caminabamos por todo el centro comercial de esa manera ante las miradas de algunos estudiantes que ahora se encontraban ahí. Parecían sorprendidos de que ella estuviese conmigo. Y quién no.
A comer.- Le respondí. Me detuve frente a un restaurant de comida rápida.- ¿Algun pedido especial?- pregunté divertido.
Mh, papas y soda. ¿Tú? -preguntó y me dejó un beso sobre los labios, atrapo mi labio inferior con entre los suyos. Era una sensación indescriptible.
Mh, tú.- Llevé mis manos hasta su cintura. Dejé un beso cortito en sus labios y me alejé a realizar el pedido. Minutos después regrese con la bandeja de comida.- ¡A comer!
Ambos comíamos entre risas y bromas acerca de lo celoso que actueé la noche anterior. Nos tiramos un par de papas y hasta tiramos papas a las otras mesas. Tomábamos las papas del otro para darnos de comer. Estas cosas cursis que se hacen las parejas, pero que disfrutas.
Mis padres quieren conocerte mejor.- interrumpió nuestra conversación a cerca de la mejor película del año.
¿Ahora? -inquirí un poco tenso. Esto de conversar con un adulto, me ponía nervioso.
Sí, después de comer ¿Vamos?
Claro que sí, espero dar una buena impresión. No quiero que tu madre o tu padre piensen que no soy bueno para ti.
Ella se rió como loca.- Eres el chico más tierno y serio del mundo, Calum. Todas las madres te querrían como yerno.- Me guiñó el ojo.
Ahora vuelvo, creo que me cayó mal la soda.
No quería buscar el baño, ni ir al baño. Hace unos minutos atrás, había visto a un chico vendiendo flores. Caminé varios metros antes de encontrarlo.
¡Hey, señor! - Grité con fuerza. Lo miré voltear hacía mí con todas esas flores en sus manos. Se acercó pronto a mí.
¿Cuantas flores desea? -Era lo único que vendía, así que simplemente preguntó.
Quiero todas las rosas que tenga.-Dije mientras metía una de mis manos en mi bolsillo, para sacar el dinero.
Tengo 36 rosas. ¿Las quieres? Son 36 dólares.
Sí, claro.- Prácticamente me iba a quedar sin dinero después de salir del centro comercial.Pero quería darle un gran detalle a Skylar.
Al regresar del "baño" escondí detrás de mi aquellas 36 rosas, acercándome cada vez más a la mesa dónde estaba ella. Le puse las flores frente a ella con una sonrisa amplia.
Para ti.- Las tomó rápidamente entre sus manos.
¡Eres el mejor! -Exclamó con emoción, mirándo hacia mí,arriba. Apoyandose en el respaldar y haciendo una especie de puchero.
Besé su puchero con ternura.
Te amo, Calum. -Dijo entre susurros.- Gracias por esto, me encanta.
Yo también, te amo, mucho.
Terminamos de comer, ella continuaba con las flores entre sus manos. No los soltaba por nada y eso me gustaba mucho. Me hacía sentir importante.
¿Vamos ya? Mi padre pregunta a qué hora vamos.
Vamos.
Cada vez estabamos más cerca de esa charla que me ponía más nervioso.Esperaba caerles bien, en todos los sentidos porque no quería separarme de ella nunca. Menos porque sus padres no me aprobaban sería lo peor. Estaba sumamente nervioso y me pusé a un más nervioso cuando llegamos a la puerta de su casa.
¡Pasen, niños! -Dijo su madre. Tan bella como Skylar.
La conversación Padres- novios empezó a penas nos sentamos en la mesa...