¡¿Qué estás diciendo?! -Le reclamé a mi padre con lagrimas en los ojos. No podía creer que me quiera mandar al lugar que tanto odio, cuando se puso tan terco de que vivieramos acá. Cuando ya me había acostumbrado a vivir aquí. Cuando había conocido a Sky.
A ver, hijo, calmate...-Intentó acercarse a mí, pero yo me alejé de él rápidamente. No podía estar tranquilo, no quería irme aunque fuera tan solo días, no resistiría un solo día lejos de Skylar.- Vas a cumplir 18 años y Moon, bueno... -se rascó la cabeza, buscando las palabras adecuadas.- Él te ha elegido ya. Deberías sentirte muy orgulloso de ello, hijo. A muy pocas personas nos eligen a esa edad.
Entonces entendí. Mi padre tenía razón, ahora sabía de que hablaba y por qué me obligaba a ir a Corea, ahora que lo sabía no podía negarme del todo. Mis creencias hacía Moon eran una de las más grandes cosas que debía agradecer a mi padre. Yo confiaba en Moon, en Dios, en todo eso que me había convertido en lo que soy.
Desde niño quería ello, que Moon me eligiera así, de la forma en que lo ha hecho ahora, a los 18 años, pero no sabía que a los 17 años iba a conocer a Skylar, el amor de mi vida.
Papá,yo ... -Ahora yo na sabía como decirle las cosas.- Conocí a una chica, es muy linda, y ta sabes, estoy saliendo con ella. La quiero mucho. Quiero que la conozcas. No digas que no, por favor. Dale una oportunidad. Quizás si conoce la religión...ella...
Me cortó de imprevisto. Parecía furioso, sus ojos se mostraban decepcionados a cada palabra que decía.- Claro que no. Sabes lo que tienes que hacer, Cal.
Sí lo sabía, pero quería intentar algo, siquiera algo.
Pero, padre, por favor. - casi le supliqué que le diera una oportunidad.
Hijo, vamos, sabes como son las cosas.
Subí a mi cuarto furioso, me encerré en ella. Y me tiré en la cama toda la noche, no iba a salir, no por hoy.¿Cómo se lo diré a Sky? Me sentí morir, hasta que me quedé dormido sin querer.