En la escuela, al día siguiente, Sky no paraba de hacerme preguntas acerca de mis padres y de mí. Probablemente le llamaba mucho la atención que fueramos una cultura mucho más extraña que un simple y nuevo estilo de música como el k-pop. Porque Corea era más que eso. A ella le interesaba todo eso no solo por sus ídolos, horribles ídolos, sino porque yo era parte de ello.
¿Y dónde trabaja tu papá? -Preguntó mientras enredaba sus fídeos en el tenedor y se lo metía a la boca.
Es gerente de una empresa Coreana, de las que hacen sopa instantanea, gerente en esta ciudad obviamente, cariño.
Puso sus ojos como platos, aplaudiendo con emoción y me arrojó un par de tallarines- ¡¿En serio?! Nunca me dijiste que tengas tanto dinero.
Yo no tengo dinero, mis padres lo tienen.- Me reí como loco por la importancia que le dió.
Es lo mismo, Calum. Es que, tu celular es tan poco... de moda y te vistes siempre con la misma remera y no me interesa, pero eso me impresiona ¡¡Demasiado!! -exclamó impactada, aquello me daba mucha risa.
Mh, pues no deberías guiarte de las apariencias. No me gustan los celulares y esta remera es mi favorita. Te conocí con esta remera.
¡Tonto! Siempre dices algo bonito. -me dio un corto beso en los labios.
Siguiente pregunta.- Antes me había hecho apróximadamente diez preguntas, sin exagerar.
¿Cómo se conocieron tus padres? - se encogió de hombros sin saber qué más preguntar.
Bueno, ellos, mh no lo sé.
¿Cómo que no sabes? ¿Nunca te han contado su historia de amor? - me miró fijo, como estudiandome.
No, nunca...
Oye, Calum.- Comenzó a hablar de esa forma única, cuando quiere hacer algo malo o cuando quiere provocar en mí algún efecto mayor del que ya lo hacía.- Te amo.- Musitó rápidamente mientras tomaba mis labios entre los suyos, y me daba un largo beso. Colocó sus manos entre mis hombros, tomando un mechón de cabello de mi nuca y tirándo de él despacio.
Yo a ti, tonta.-Cuando mencioné el "tonta" tiró de mi cabello más fuerte. Pero continuó dejando besos en mis labios y fue bajando hasta mi cuello, sus manos se deslizaban hasta la altura de mi cintura, en la ubicación de mi cremayera.- Sky.... -no pudé decir más, sus labios, su aroma, sus caricias, todo me sumergía en un mundo distinto. Del que no quería salir.
¿Vamos al baño? - Me preguntó al oído para luego continuar dejando un beso en mis labios despacio.Pero no respondí, no quería decirle lo que mi mente decía "No, sky, estás loca", sin embargo; no podía. Ella era como una droga para mí.
Estábamos ya en el baño, y lentamente me sacó la remera. Yo no hacía nada, no porque no quisiera, sino que no sabía cómo. Jamás había visto ni vivido algo como ello. Tomé entre mis manos su rostro y mordí levemente sus labios, jugueteando con ellos. Ella por su parte, acariciaba ahora mi abdomen desnudo, no tenía ni idea de que aquello se sentía tan bien.
Yo pasé mis manos por su cintura, acariciando sus costados, con lentitud. Solo me dejé de llevar, las caricias comenzaban a ser más intensas y más intimas. Sin ninguna idea rondandome por la cabeza más que ella, comencé a desnudar cada parte de ella. Nos acomodamos en uno de los grifos, la pusé sentada sobre esta, poniéndome entre sus piernas y comenzamos de nuevo con las caricias. Mis miedos se esfumaron, empezamos a ser uno solo con lentitud, pero con seguridad.
Ella me amaba y yo la amaba.
***
Al llegar de la escuela, mis padres estaban parados en la puerta. No tenía idea de por qué, aunque por mi cabeza pasaban varias hipotesis. Quizás habían decidido mudarse, quizás se enteraron de que tengo novia o quizás una muerte en Corea.
Nada podía hacer que aquella felicidad, de minutos atrás se vaya. Ella había sido mi primera chica, me tenía loco, porque desde que la conocí me gustó y la quise, y la amé.
¿Qué pasa, papá? -pregunté confundido.
Te vas a Corea, Calum. Alista tus maletas.