Tiempo

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El tiempo corre, es tan rápido que no notamos su avance, y los segundos, los días, los meses y los años caen como gotas de rocío en una fría mañana, donde Viento sopla y canta susurros de buenos días  a todos los seres vivos que tanto quiere, aunque sólo Brisa, sonriente y poniendo un gorro en su cabeza lo escucha como tal.

-Amaneció muy frío está mañana ¿No lo crees?- Preguntó ella a su amigo.

-Claro que los rayos de sol rozaron la superficie en el día y dejaré de ser tan helado- Viento soplaba con alegría de ver la hermosa mañana. Brisa caminaba tiritando un poco, ese día podía llegar caminando a la universidad.

-Se me había olvidado, iba a contarte hoy una historia- mencionó de repente Viento.

-¿Enserio? Bueno, me puedes contar en lo que llegamos, o sería saliendo de la escuela, porque estaré muy ocupada hoy- Brisa apresuró el paso, pues estaba empezando a nevar, nieve y espinas caían lentamente.

Brisa tuvo que cubrirse un poco más con su bufanda. 

-Bueno, te lo contaré:

El tiempo es algo difícil de definir, sabes que es una sucesión de momentos que determinan un período determinado, es común que a veces dependiendo la ocasión se sienta que ha pasado una hora y al revisar el reloj te das cuenta que sólo a pasado un minuto, o cuando sientes que sólo han pasado unos instantes te das cuenta que las horas han corrido y escapado.

Bueno, una vez me enamoré de una hermosa joven, que salía todos los días a sentarse en una piedra y tocar su flauta, ¿Sabes como funciona una flauta? Pues me utilizan a mí como medio, y eso es lo que ella hacía, jugaba conmigo y me hacía ir y venir en el instrumento creando las más hermosas melodías. Naturalmente nunca supe como poder hablarle o decirle que yo la escuchaba, pues la pobre siempre estaba triste porque la gente no la dejaba tocar en la plaza, que por que tocar música por dinero era cosa de vagabundos y estaba prohibido ¡Qué tonta fue la gente de ese tiempo! La verdad es que la mayoría siempre disfrutó su música, pero unas personas la envidianban por su gran talento y pagaban a los policías para que "Hicieran cumplir la ley".

Bueno, digamos que aquello me indignó mucho mucho y por la furia que sentí un frío interior me recorrió, cayendo una gran tormenta de nieve en aquella ciudad que duró más tiempo del que yo abría querido. Después de que logré tranquilizarme en lugar de ir a ver directamente a la chica decidí distraerme un poco paseando por el mundo, ya sabes, seguir el atardecer en el horizonte, correr junto a los delfines sobre el mar, remover todas las copas de todos los árboles que encontraba en mi camino, decirle a Aire que las cosas seguían normales de este lado y él asegurarme que allá las cosas estaban igual de bien.

En lo que me pareció un breve instante no pude evitar pensar en ella, su sonrisa, sus dedos deslizándose en su flauta, no me di cuenta cuando ya estaba de nuevo en el lugar donde siempre la veía  ¿Qué crees que pasó?- Viento estaba entusiasmado.

-No lo sé ¿Qué pasó?- Brisa sentía su rostro congelado y apenas podía ver más allá de su nariz, pero confiaba en que llegaría a tiempo.

-Pues para ella habían pasado veinte años desde la última vez que la vida, toda ella había cambiado, ahora tenía esposo y cuatro hijos, todo en un instante, es gracioso como el tiempo corre sin que te des cuenta, de una manera en que no te imaginas, claro que en ese momento estaba totalmente resignado, aunque en todo momento supe que entre ella y yo jamás habría pasar nada, aunque después de todo era por mí por lo que ella vivía.

Decidí que no debía torturarme viendo como estaba, ella siempre estuvo bien, al final logró participar en una Sinfónica y todos la reconocieron como la gran artista que era, claro que estuve ahí, yo estoy en todos lados.

Luego en otra ocasión, estaba tan aburrido, que un día viendo la lenta carrera de un Caracol, perdí todo el día contemplandolo, sentí que habían pasado diez años cuando al fin cruzó el puente por el que corría, pero sólo había pasado un día.

Creo que me pasé un poco,  porque cuando había llegado al otro lado de ese puente, simplemente sople y salió volando por el impacto quedando por donde había había comenzado.

Al fin Brisa llegó a la Facultad y de manera presurosa entró a su salón, que tenía un clima más agradable que allá afuera, aunque al parecer sus compañeros aún no habían llegado, ni siquiera Horacio que solía ser madrugador.

-Bueno, lo primero fue conmovedor, no creí que te hayas enamorado alguna vez, eso es tierno, y triste, casi me haces llorar, y no es bueno llorar en una tormenta de nieve, mis lágrimas se estaban congelando, y lo segundo fue... muy cruel, pobre caracol ¿Porqué lo hiciste?- Brisa froto una mano contra otra para ganar calor y luego tocó su nariz, que se sentía congelada a pesar que se la había cubierto con la bufanda.

-La verdad no lo sé, hay cosas que simplemente no puedo controlar, y en ese momento fue divertido, sabes que me gusta divertirme- Viento estando dentro del salón comenzó a volverse más caliente y agradable.

-Lo entiendo, lo entiendo- Brisa dejó su mochila en su pupitre.

La puerta se abrió de repente y el calor escapó un momento, pero Viento mantuvo el frío justo en la puerta sin cruzarla.

Era Horacio completamente cubierto como un esquimal, se sacudió un poco la nieve de las ropas y saludó a Brisa.

-Hola Brisa, amaneció muy frío hoy ¿No?- Horacio sonreía.

-Qué tal Horacio, sí, el Viento está muy frío,yo diría que se puso sentimental- rió Brisa.

-Oye, eso no es gracioso... Bueno sí, tienes razón- dijo Viento primero en tono de molestia y después riendo.

Horacio tomó su asiento.

-No me imagino el Aire como una persona- dijo este como si nada, rápidamente comenzaron a llegar más personas.

-Bueno, me parece casi increíble que a pesar de este clima tengamos que venir a clase- continuó Horacio sacando platica.

-Sí, la maestra es algo especial- respondió Brisa.

-Dicen que no tiene sensación corporal, no siente el frío ni el calor- mencionó Armando al lado de ellos.

-Bueno, todos solemos tener una peculiaridad- Horacio se encogió de hombros, y era verdad, las personas aquí solían tener algo peculiar, aunque no todos, esto resultaba ser más común en las nuevas generaciones.

Historias De Aire Y Viento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora