En la escuela nos hacen tocar la flauta de forma obligatoria, y aunque a mí no se me dé muy bien es una parte importante de la nota y no quiero suspender, por suerte el curso que viene la asignatura de música queda como optativa, y yo, obviamente, no la escogeré.
Cada miércoles, la última hora del día la pasamos en la clase más aburrida de todas.
Últimamente solo hacemos historia, pero la profesora decidió que hoy debíamos tocar la flauta, y dadas las fechas nos hizo aprender un villancico muy, muy antiguo y muy, muy aburrido.