16. Dolor

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NARRA HIKARU

Ya han pasado cuatro días... cuatro largos, largos días. Atendiendo la floreria y comiendo en mi habitación. Las personas pueden ser muy dramaticas a veces. Y me cruzo siempre con el bravucón Kei. Hasta ahora no me ha dicho nada.

-Chan, ¿Están las flores de cerezo?- preguntó mi hermana.

-Sip, aqui tienes- le dí el ramo.

-¿Y las rosas blancas?-

-Para usted, señorita- dije riendo y haciendo una reverencia real mientras le daba el ramo. Rió y lo recibió.

-Hikaru...¿Puedo hablar contigo a solas?- preguntó mi madre.

-Si- fui con ella. Me esperaba sentada en la mesa de la cocina, me senté frente a ella.

-¿Que pasó?- pregunté. Sonrió.

-Mi bebé... aun te podemos dar una oportunidad- la miré confundido.

-¿A que te refieres?-

-Una oportunidad para poder olvidar todo lo que hiciste...-

-¿Como?-

-Olvidandote de todo lo que pasó, de que te acostaste con ese asqueroso hombre, de que fuiste al instituto- hice una seña de que se callara.

-Aprecio la oferta... pero no la aprovecharé. No quiero olvidar lo mejor que me pasó en la vida- negué.

-No quiero olvidar... lo que me hizo bien... lo que me hizo sentir ese al que tu llamas "asqueroso hombre", ¿Acaso tu me has hecho sentir amado? No-  defendí. Me miró sorprendida y bajó sus ojos a sus manos.

-Lo que me hiciste sentir... fue horrible. Vivir sintiendo que eres una decepción, un inútil, un experimento fallido... Es horrible, mam... Aratani- me quejé. Empecé a llorar sin darme cuenta.

-Lo que Katashi me hizo sentir... nadie me lo hará sentir jamas... yo tan solo acepté, necesitaba sentir que un ser humano me protegía. Sin querer... me enamoré de él y él de mí- seguí hablando a pesar de mi voz ahogada y quebrantada. Noté como seguia sin decir algo.

-Entiende... eso fueron puras fantasías enfermizas que te metieron en la cabeza- apareció mi padre.

-Eso no es amor-

-¡No! ¡Padre! ¿Que Onodera te picó?- me eché a reir por el comentario de mi hermana desde la floreria.

-¡Tienes prohibido ver animes yaoi, jovencita!- gritó mi papá.

-Eso es injusto- respondió Miku.

-Y en cuanto a ti... tienes prohibido salir a la calle, no queremos otro..."noviesito" aqui-

Hikaru, no te contengas. ¡Respondele!

-Agh... Jigoku he ochiro- (Vete al infierno)

¿Eso salió de mi boca?

Se dió vuelta enfadado... para reventar su palma y el dorso de sus manos en mi cara. Y clavar sus dedos en mi costado, donde me habia golpeado el auto.

-Te enseñaré... maldito desgraciado... No llorarás mas por ese enfermo, llorarás por mi mano- gritó. Mi mamá se mantenia viendo la escena en silencio.

-¡No... voy a dejar que lo llames asi!- al querer pegarme, logré detener su mano, pero me gané un empujón contra la pared. Usó sus rodillas... contra mi abdomen y sus palmas seguían contra mi cara... no solo bofetadas, puñetazos también. Mi labio sangraba, mi mejilla también, pero él seguia pegandome.

-¡Para, Akihiko!- suplicó mi madre.

-Callate... y vete a la floreria- mi madre obedeció temerosa y sostuvo mi cuello afixiandome.

-Hazlo... matame...- apretó mas mi cuello, pero me acercó a él.

-No quiero ver a tu despreciable amante en el carcel- me golpeó contra la pared y se retiró. Caí de costado tosiendo sangre.

-¡Hikaru!- Miku vino conmigo. Y me llevó como pudo a mi habitación.

-Vamos a ducharte-

-N-No...-

-Tsk, te cambié los pañales mil veces cuando eras bebé- regañó. No me acuerdo cuando y como me sacó la ropa, para meterme a la bañadera con agua. Apegué mis rodillas a mi pecho tapando mi intimidad.

-Ya se- bajó mis piernas, y sin mirar tiró una toalla para taparme.

-Veamos tu costado- estaba sangrando- Al parecer, la herida se te abrió- limpió mis heridas y me dió otra toalla. Me sequé y me coloqué la toalla en la cadera.

-Aqui tengo unas vendas- me rodeó la cintura con la tela. Y pasó un algodoncito por las demas lastimaduras.

-Me duele ver como te dejó...- dijo con pena.

-Mira tu cuello... por Amaterasu... está con marcas violetas- exclamó.

-No importa... prefiero defender a Katashi-

-Eso si es amor... y sabes... yo estaré siempre para defenderte. Porque eres mi hermanito pequeño...¿Y sabes por qué los hermanos mayores nacen antes?-

-No lo se...¿Por qué?- pregunté.

-Nacemos antes para proteger a los hermanos que vienes detras nuestro- nos abrazamos.

-Gracias Miku-

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