9. Castigo

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NARRA KATASHI

Aqui en clase. Sinceramente, estoy muy, muy, muy feliz. Hikaru es un pequeño tan... hermoso, bueno, amigable. Aunque es muy peleón y siempre hace riña con Sahomi, pero bueno, no lo culpo.

-Y asi es como se forma la lluvia..- estaba explicando la evaporización y la condensación.

-Ahora, hagan el cuestionario de la página 56 en silencio e individualmente- todos se pusieron hacer el cuestionario mientras yo revisaba papeles. Sahomi entró por la puerta y miró mal a Hikaru, luego se acercó a mi.

- Señor Katashi necesito hablar seriamente con usted- informó.

-¿Y de que quieres hablar, Sahomi-kun?-

-De Hikaru- asentí y me levanté de la silla.

- chicos vayan haciendo el cuestionario en silencio- ordené. Salimos afuera.

-¿Y...?-

-¿Usted es un enfermo? Tiene 15 años y usted 35- exclamó enfadada.

- Señorita Sahomi no se meta en mis asuntos por favor- ordené molesto.

-Pero su "amor" es ilegal..-

-Si usted amara a alguien de mi edad, tambien seria ilegal- dije elevando mi voz.

-Pero...yo tengo 17, el 15- insistió - Ademas, los dos son hombres- dijo con una mueca de asco.

-¡Sahomi! ¿Que es ese punto de vista tan rancio? ¿Que tiene si somos hombres?-

-Es que...¡Señor! ¡Pedofilo y homosexual! Es una mala combinación-

-Suficiente, señorita Sahomi. No soportaré estas faltas de respeto ni una vez mas- dije firme - No puedo despedirla, pero puedo suspenderla: las siguientes dos semanas no quiero que se moleste en venir- me di vuelta para volver al curso.

-P-Pero Katashi...-

-A mi tambien me duele, Sahomi. Le prometí a tu madre que te ayudaria, pero no soporto tus insolencias. Nos vemos en dos semanas- dije por fin para meterme al curso y vi por la ventana como ella salia corriendo.

-Tal vez fui muy duro con ella- pensé.

-¡Maestro! ¡Terminamos!- dijeron mis alumnos.

-Muy bien, chicos- tocó la campana - la proxima clase lo corregimos- salieron excepto Hikaru, quien se acercó a mi.

-Disculpe mi curiosidad... pero...¿Que habló con Sahomi?- preguntó sentándose en mis piernas y apoyándose  en mi pecho.

-Está suspendida por dos semanas- me miró sorprendido.

-¿Por qué? ¿Que le hizo, señor?- tomó mis mejillas.

-Solo faltó el respeto a su autoridad- me acerqué a su oido -Tu no lo hagas, o tendras un castigo tambien- susurré ronco.
Jadeó tomando mi corbarta y acercandome a el.

-Entonces seré un chico malo- reí ante su frase.

-Ay,  pequeño. Me alegras los días- besé su mejilla. Largó una risilla y dejó un casto beso en mis labios.

-Oye, a veces eres un angelito inocente y luego todo un erótico-

-Bueno, si me prendo, me prendo- excusó sobre mis labios. Reí levemente seguido de darle un beso.

-Te amo, mi pequeño-

-Y yo lo amo a usted, mi maestro- nos volvimos a besar, invitó a mi lengua a entrar en su boca. La pasé por toda su extención bucal, mordí su labio haciendolo gemir bajito entre los mios.

*sonido de timbre para entrar a clase*

Nos separamos y sonreimos. Hikaru volvió a su asiento y todos los alumnos volvieron a entrar.

-Hikaru ¿Donde estabas?- preguntó Yukine.

-Estaba sacandome dudas- el pelinegro le guiñó el ojo al rubio en complicidad y este entendió todo, me miró y se acercó.

-Profe... ¿Que tal van?-

-Bien, Yukine.-

-¿Puedo poner camaras?-

-¡Ay! ¡Ve a sentarte!- largó una carcajada.

-Ehhh~ usted sabe que lo quiero- dijo inocente. Reí levemente de las locuras que dice.

-Ay... si~ Vale, ve ya- se fue a sentar.

(...)

El dia pasó volando, ya son la 11 p.m. Estoy tan cansado.

Me encuento unicamente en boxers sobre mi cama. Tocaron la puerta.

-¿Quien es?-

-Hikaru, señor- su voz se notaba quebrada.

-Pasa- obedeció en silencio. Sus ojos estaban cristalinos. Vino hasta mi cama, y gateó hasta ponerse entre mis brazos.

-¿Que pasó, Hikaru?-

-Tuve una pesadilla...Y no quise despertar a Yuki-

-¿Y tan fea fue?-

-Habia un accidente, una chica manejaba y se la notaba enojada. Nosotros ibamos caminando y estabamos en la acera. La chica chocó su auto y se nos vino encima, usted me empujaba pero... morias- se echó a llorar abrazandome.

-Hikaru... solo fue una pesadilla. Estoy aqui, y para ti estaré siempre- besé su frente.

-Hikaru ¿Puedo pedir tu opinión en algo?- 

-Claro-

-¿No crees que fui muy duro con Sahomi?-

-Objetivamente... no fuiste tan duro. Una falta de respeto tiene su castigo- respondió mirándome a los ojos. 

-S-supongo que tienes razón...- susurre. 

-Katashi...- 

-Dime, pequeño- ambos nos sentamos en la cama para poder mirarnos fijamente. De un momento a otro,  Hikaru se abalanzó sobre mi dejandome contra la cama.

Dirigió sus manos a mi boxer para masajear mi miembro arriba de la tela haciendome jadear.

-Hi-Hikaru...- bajó el boxer dejando ver mi erección. Se sacó su remera para arrojarla a algun lugar de la habitación. Luego se sacó su pantalon, junto a su boxer y se sentó en mi abdomen, dirigiendo mi miembro a su entrada.

-M-Mañana hay clases, pequeño- advertí. Se encongió de hombros -Al menos deja que te prepare- sonrió con inocencia, seguido de dejar caer su trasero, hundiendome en el de una estocada.

-Ay...es... m-muy gran..de- gimió largando algunas lagrimas. Me senté para secarselas con mis pulgares.

-Te lo dije...- bajó su mirada, poniendo sus manos en mi cuello, para balancearse y dejarme arriba de el.

Coloqué sus talones en mis hombros para empezar a dar tocadas profundas.

-Ah~ j-justo ahi...- embestí sin piedad alguna el punto G de Hikaru. Sostuve sus caderas dandome la oportunidad de poder entrar mas en el.

-Ka...¡Katashi~!- se vino manchando nuestros abdomenes. Sus paredes anales se contrajeron por el reciente orgasmo apretandome de una forma deliciosa.

Di unas cuantas estocadas mas, para venirme dentro del pelinegro. Salí lentamente y besé sus labios.

-Te amo, Katashi-

-Y yo a ti, Hikaru-

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